Capitulo. 51

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Aleksandra

Hay una enorme sonrisa en mi rostro mientras disfruto de la calidad de los brazos de mi adorado ruso, alrededor de la cintura. Los fuegos artificiales iluminan el cielo nocturno de la ciudad que nunca duerme. Las personas que celebran la llegada del año nuevo en la avenida, festejan a gritos, estar en Time Square es una experiencia de otro nivel, los colores vivos en las grandes pantallas del lugar y la euforia que se vive es algo de otro nivel.

Una experiencia inolvidable, como esta noche.

—Señor Petrovsky—una voz a nuestra espalda llama la atención.

—Charles—murmura el ruso.

— ¿Podría hacernos los honores, en el brindis?

—Sera un placer—exclama mi chico de ojos celestes.

El hombre desaparece entre la multitud, mientras los meseros le siguen de cerca. Los demás invitados comienzan a dispersarse por la terraza.

—No recuerdo haber conocido a ese hombre, ¿Quién es?—cuestiono.

—Charles White, el director general del diario The New York Time—hace una pausa —el hombre que nos invito a esta celebración, quiere escribir un articulo sobre nosotros y el programa de comedores públicos.

—Suena interesante—mascullo.

—Sera divertido, ya lo veras.

El ruso toma mi mano y me guía hasta un pequeño lugar en alto, los meseros vienen de inmediato con bandejas llenas de champagne rosado. Cada uno de los invitados toma una copa al igual que nosotros, el hombre llamado Charles ocupa su lugar al lado de nosotros. El hombre me sonríe y yo le correspondo, dándole un asentimiento de cabeza.

—Amigos y conocidos, quiero agradecerle a Charles por esta ocasión—exclama con su notable acento ruso—hoy quiero desearles en esta noche un año lleno de salud, éxitos en cada uno de los proyectos y planes de cada uno de nosotros, pero sobre todo quiero desearles un año lleno de amor—esto ultimo lo dice mirándome directo a los ojos—salud.

—Salud—murmuro antes de chocar mi copa con la del ruso.

El líquido burbujeante acaricia mi paladar y es bien recibido, ha sido una noche muy interesante. Pero mi parte favorita sin duda ha sido su propuesta, la sonrisa en mi rostro no se borra cuando miro al cielo y recuerdo a mi madre, susurro un gracias inaudible por que el universo me a retribuido con creces el dolor que pase en estos años, con un hombre que es realmente maravilloso.

La noche continua, un par de bailes mas y conversaciones con otras personas de la elite de la ciudad. Todo parece ser brillante y elocuente, la noche parece estar a punto de cerrar con broche de oro, cuando Johnson asegura que se reunirá con Petrovsky, su gabinete de políticos de apoyo y algunos otros socios.

La noche termina cuando nos despedimos de Gala y Damon, ellos permanecerán un rato mas en la reunión, mientras mi ruso y yo hemos decidido marcharnos a casa. Nos movemos con facilidad por la autopista rumbo a casa, mientras escuchamos "Maybe" de James Arthur.

Una sonrisa cruza mi rostro cuando escucho a mi chico de ojos azules canturrea la canción en voz baja.

—No sabía que cantaba, señor Petrovsky.

—Solo para usted, señorita Lisowska—exclama sonriendo en mi dirección— ¿Estas feliz?—pregunta justo en el momento que su expresión se vuelve seria—es decir no te arrepientes de aceptar.

Lo miro directo a los ojos, antes de contestar su pregunta. Se que es inseguro hasta la medula, cuando se trata de nosotros. Cuando se trata de aceptar mis sentimientos por él, aun guarda una parte del que teme, que todo esto sea solo una falsa ilusión y en algún momento yo salga corriendo, dejándolo para siempre.

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