Aleksandra
La brillante sonrisa de Petrovsky, reluce en todo momento mientras nos mantenemos recostados en la cama, comiendo las pizzas improvisadas que prepare. Esta contento, por no decir que lo encuentro feliz, después de todo el tipo rudo en su interior también le gusta ser mimado. Sus ojos azules brillan con amabilidad y ternura cada vez que me mira.
—Bueno, ahora me toca preguntar a mi señor Petrovsky—hago una pausa riendo— ¿Cuál es su color favorito?
El ruso le da un sorbo a su copa de vino antes de contestar.
—Anteriormente era el color azul—comenta mirándome—pero desde que te conocí el color rojo se ha vuelto mi color favorito.
Yo sonrió y le cuestiono jugando con un mechón de mi cabello.
— ¿Y puedo saber por que señor Petrovsky?
—Por tu cabello, porque siempre vistes algo que lleve color rojo para combinarlo con tu cabello y por que—esta vez se acerca hasta a mí, para acortar la distancia entre ambos y acariciar mis labios con los suyos—tus labios, siempre están pintados de un hermoso color rojo, como el de las rosas.
—Bueno el azul celeste de sus ojos se ha vuelto mi favorito señor Petrovsky—murmuro mirándolo a través de mis pestañas—tienes el cielo en tus ojos.
—Que romántica es señorita Lisowska—me da un corto beso en los labios—tengo que admitir que usted es una excelente cocinera. Espero poder probar más platillos de su autoría.
—Cuando estemos en Nueva York podría pasarme por tu casa, para prepararte algo de vez en cuando—le digo sonriendo
—Respecto a eso Aleksandra—su rostro se pone serio y toma mi mano—no creo que sea una buena idea que permanezcas en tu casa, lo que sucedió con tu madre y ese desgraciado de James, no quiero que estés en peligro.
—Puedo cuidarme sola—murmuro ligeramente.
—Esto no puedes tomarlo a la ligera Aleksandra, no podría perdonarme si algo malo te sucediera. No es cuestión de que sepas o no cuidarte, si no que mis enemigos te tendrán en la mira por mi—hace una pausa y relame su labio—No quiero que algo malo o inoportuno se atraviese entre nosotros, consideró que lo mejor es que te quedes conmigo.
Yo frunzo el ceño en respuesta.
— ¿Hablas de vivir contigo?—suelto indecisa.
—Hablo de que quiero tenerte cerca de mí, quiero protegerte. Te quiero conmigo Aleksandra—hace una pausa—así que si, por favor ven a vivir conmigo. Estaré más tranquilo sabiendo que permanecerás a mi lado.
Suelto un suspiro y paso una mano por mi cabello. ¿Realmente seria una buena idea? Es decir por ahora todo marcha de maravilla, pero vamos todos conocemos el carácter de Petrovsky, se que en su intento por protegerme quedra mantenerme en casa, ¿Pero que ahí de mi vida? ¿De mi trabajo? No quiero renunciar a todo eso, pero tampoco puedo morir. No antes de haber hecho pagar a James Williams por la muerte de mi madre.
—Bien, pero tengo algunas objeciones respecto a vivir en tu casa—comento.
—Te escucho—argumenta serio.
—Mi trabajo, quiero conservarlo. Mis amigos, saldré con ellos y esto también ase referencia a Chris. Quiero conservar la casa de mi madre—hago una pausa—ah y si voy a permanecer en tu casa, vas a permitirme encargarme de algunas tareas domesticas.
—Aleksandra, pero eso no es necesario Amelia puede encargarse de todas las tareas domesticas, ese es su trabajo—suelta un suspiro—tampoco es necesario que trabajes, el dinero no es un problema y lo sabes, puedes disponer de la tarjeta de crédito que te di.
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Imperio
ActionSu mirada fría y su actitud temperamental, hace temblar a todo aquel que escucha su nombre. Se rumorea que está en las calles de la ciudad imperial desde los 15 años. Algunos dicen que regreso del infierno, luego de haber sobrevivido a 4 disparos, a...