Capitulo.6

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Petrovsky

Miro al sujeto que está sentado frente a mí, Thomas Petsch es un tipo ambicioso que vino a mi club esta noche solicitando una audiencia conmigo, hace 10 minutos que lo escucho parlotear acerca de porque deberíamos ser socios en las carreras clandestinas.

No soy ningún idiota, este hombre tiene otra clase de intención más allá de negociar conmigo, el desea adueñase de mi territorio. Se dé buenas fuentes que tiene dominio en Las Vegas.

—Petrovsky estoy seguro que será un gran negocio— argumenta bebiendo whisky mientras una mujer está sentada sobre su regazo.

—Thomas—hago una pausa y paso mi lengua por mi labio inferior— ¿Por qué aceptaría tener un socio en las carreras? Controlo todo Nueva York, el dinero es mío.

—Lo admiro por ello señor Petrovsky, usted es un hombre incomparable cuando se trata de negocios.

Pongo los ojos en blanco, espera que con unas cuantas palabras estúpidas y su fingida admiración, yo acceda a negociar con él. No me van las personas hipócritas como él.

— ¿Y bien?—me encojo de hombros restándole importancia al asunto. Es un mediocre no sabe hacer negocios, hasta ahora su oferta no me es interesante.

—Puedo traer corredores desde Las Vegas, las ganancias se multiplicarían. En una semana ganaríamos millones.

La idea me encanta, suena como una buena oferta mas no estoy dispuesto a compartir mi negocio, no con la basura de Thomas. En Las Vegas las auditorias en sus hoteles son incontables a cada momento, es demasiado polémico y podría perjudicar mi imagen si lo atrapan. No me arriesgare a tener tratos con él.

La gubernatura corre peligro.

—Thomas no pienso asociarme contigo. No cuando tienes a toda la puta policía de Las Vegas tras de ti, esperando a que cometas un solo error para luego podrirte en la cárcel. Tengo una imagen que cuidar y no la ensuciare con una basura como tú—agrego con aburrimiento—las carreras son mías y todas las ganancias seguirán siendo solo para mi enorme fortuna, ahora lárgate.

Mis palabras lo sorprenden y de pronto se pone de pie furioso.

— ¿Tienes idea de lo que haces?—escupe rabioso—nadie me dice que no a un negocio, no invertí tanto tiempo para negociar contigo y que un idiota novato me diga que no, arruinare tu maldito negocio.

¿Quién diablos se cree el muy imbécil como para levantarme la voz y amenazar mis negocios? idiota me llaman el demonio ruso por una razón.

—Como te atreves a levantarme la voz en mi club—grito furioso—eres basura bajo mis pies, soy el demonio ruso, el jefe de la bratva en esta maldita ciudad. Mi ciudad.

—Eres solo un estúpido niño rico con complejo de dios. No entiendo cómo puedes ocupar el lugar de un jefe en la bratva, siendo tan estúpido.

Es suficiente acaba de cavar su propia tumba. En un rápido movimiento lo tomo por el cuello y lo empujo contra la pared. Le propino un par de puñetazos en el rostro, la sangre comienza a salir a borbotones de su nariz. Saco mi arma de la chaqueta y le apunto directo a la cabeza sin piedad alguna, los ojos de Thomas se abren de par en par.

Estoy en el lugar que estoy porque me lo he ganado, gracias a mi esfuerzo. Quite las cabezas que me estorbaron entre la cima y yo. En la bratva no hay lugar para los débiles. Cazas para sobrevivir o te cazan y mueres. Yo soy el cazador en esta ciudad.

—Ninguna escoria como tu puede insultarme y salir vivo—gruño furioso— ¿quieres saber cómo llegue aquí?, soy el mejor. Jamás titubeo y cuando me topo con alguien como tú, lo elimino de mi camino. Ahora voy a quedarme con todo lo tuyo, tu dinero, las propiedades, negocios. Todo y tú no podrás hacer nada.

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