Capitulo.23

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En punto de las 4 de la tarde, salgo del restaurante y el auto de Petrovsky está estacionado enfrente. Miro en ambos lados antes de cruzar la avenida y llegar hasta él. El ruso lleva puesta una chaqueta de color negro, debajo de esta una camisa en color blanco. Una bufanda de color azul le rodea el cuello y noto que combina con sus ojos, eso me hace sonreír. He podido notar que usa algo de color azul siempre que puede. Lleva puestos unos jeans de mezclilla y botas militares.

Al mirarme me regala una sonrisa, sus ojos azules evalúan mi aspecto.

—Aleksandra—su asentó ruso siempre notable—estoy aquí como me pediste.

—Gracias por venir—comento mirándolo.

— ¿Y bien que cosa se te ocurrió?—esta vez me mira con interés.

—Bueno en unos días será navidad—hago una pausa—la recepción es el sábado. Pensé que podríamos decorar un poco tu casa, ya sabes algunas cosas navideñas.

Sus ojos se oscurecen y su mandíbula se tensa. Rayos, quizá fue mala idea esto. Pero no lo entiendo, su reacción es como si estuviera molesto y asustado a la vez. ¿Qué está mal con él?

—Mi casa no es un puto circo Aleksadra—gruñe molesto—esas mierdas de navidad no son lo mío. Así que no, lo que sea que pensaste no me interesa.

— ¿Qué pasa contigo, acaso no celebras navidad?—suelto mirándolo, el no responde— ¿Qué clase de persona eres al no celebrar navidad?

—De la clase que le valen mierda esas fiestas entiendes—masculla. Sus ojos azules oscurecidos.

—Bien, pero ten en cuenta una cosa Ivan—no suelo llamarlo por su nombre de forma que esta vez me mira con recelo— se supone que estamos "formando una familia"—suelto haciendo comillas—una familia celebra la navidad y si tú quieres que tus socios políticos se traguen esta mentira que somos, tenemos que actuar como tal, como una familia. Así que deja de actuar como un estúpido.

—Cuida tus palabras Aleksandra—gruñe frustrado— ¿es necesario esta mierda, lo de la navidad?

—La recepción será en tu casa por amor de dios. Por supuesto que es necesario incluso para fanfarronear como lo haces siempre con tus extravagancias —expreso—si vamos a hacer esto tenemos que hacerlo bien. Tenemos que convencer a tus socios de lo que se supone que somos.

Petrovsky no dice nada y solo me mira. Parece meditar todo lo que le he dicho. Su cuerpo tenso comienza a relajarse y entonces finalmente me dice lo que quiero escuchar.

—Está bien—gruñe—haremos esa mierda.

No puedo ocultar mi sonrisa al escuchar sus palabras. Ahora mi plan está en marcha, voy a descubrir quién es realmente Ivan Petrovsky. Descubriré cada uno de sus secretos y esta es mi primera fase.

—Excelente veras que todo saldrá bien—le guiño un ojo y el gesto lo hace sonreír de medio lado—escucha tengo libre la tarde, porque no organizamos lo que se necesita para navidad.

—Aleksandra—hace una pausa y me mira incómodo. Me sorprende lo rápido que cambia de humor—yo...mierda—está realmente incómodo incluso apenado me atrevo a decir y entonces me hace mirarlo con atención.

— ¿Qué sucede?

—Nunca he...ya sabes—comenta molesto e incómodo. Lo miro y entonces la resolución cae sobre mí. Ahora entiendo su reacción taciturna y furiosa con el tema.

— ¿No has celebrado navidad antes?—cuestiono mirándolo sorprendida— ¿Ni siquiera con tus padres?

El me mira apenado y luego hay un ligero brillo de molestia en sus ojos azules.

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