Mi humor durante la mañana no mejoro en absoluto. La constante vocecilla en mi cabeza no dejaba de gritarme que estaba equivocada. Que era una mala idea. Aceptar el trato de Petrovsky es lo peor que pude haber hecho. Pero mi parte irracional me gritaba que era la única alternativa que tenía por ahora para salvar a mi madre.
Continuo limpiando las mesas con frenesís, tratando de olvidar el asunto de con ese ruso. Son cerca de las 5 de la tarde cuando mis ojos se percatan de la llegada del hombre que trabaja para Petrovsky, lleva su habitual smoking de color negro impecable.
—Buenas tardes señorita Lisowska.
—El señor Petrovsky me ha enviado para entregarle esto— en sus manos hay una pequeña cajita envuelta en papel dorado.
¿Por qué siempre envía regalos envueltos en color dorado?
— ¿Qué es?— pregunto mirando sus azules ojos.
—No lo sé. El solo me pidió que le entregara esto.
— ¿Y si no lo acepto?— cuestiono poniendo mis manos en mi cintura.
—Él dijo que quizá se negaría, pero que no le importaba. Esto es parte de su acuerdo por lo tanto tiene que aceptarlo, lo quiera o no.
Doy un suspiro pesado y tomo la cajita de sus manos. Es un tanto pesada. Paso una mano por mi cabello, este hombre es imposible.
—Está bien, gracias.
—No es nada, hasta luego señorita—hace una inclinación de cabeza.
—Espera, ¿Cuál es tu nombre?
—Edgar Sokolov, señorita.
—Muchas gracias Edgar y por favor llámame Alex.
—Discúlpeme señorita pero prefiero llamarla así— hace una pausa— es poco profesional, usted sabe de lo que hablo.
—Está bien, hasta pronto Edgar. Muchas gracias—le doy una sonrisa.
Edgar desaparece por la puerta del establecimiento. Me quedo mirando la pequeña cajita dorada durante algunos segundos. Voy al baño y abro la cajita. Dentro hay un iPhone 8 Plus en color dorado, pongo los ojos en blanco...dorado...todo lo que envía es dorado...
Este hombre gasta demasiado. Enciendo el aparato y luego de configurarse en la pantalla de notificaciones hay un mensaje en la bandeja de entrada, es un mensaje de él. Su número ha sido guardado en los contactos como primera opción.
Mensaje.
Espero te guste este pequeño regalo. Pienso que mereces tener un celular mejor.
Atte: Ivan Petrovsky.
Ruedo los ojos al cielo y contesto el mensaje.
Mensaje.
Muchas gracias señor Petrovsky. Jamás había tenido algo tan caro. Estoy segura que le encontrare un buen uso a esta cosa. Como por ejemplo empeñarlo y darle un abono de la cuantiosa deuda que usted ha decidido poner sobre mis hombros, gracias a su inoportuna ayuda.
Atte: Aleksandra Liswoska.
Salgo del baño y guardo en mi bolso la pequeña caja del aparato. Dentro de la bolsa de mi delantal guardo el costoso aparato, para luego disponerme a continuar con mi trabajo. El aparato vibra y de inmediato obtengo una respuesta del ruso.
Mensaje.
Ni siquiera lo pienses Aleksandra. Te di este aparato para que nos comuniquemos. No para que intentes liberarte de nuestro acuerdo.
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Imperio
ActionSu mirada fría y su actitud temperamental, hace temblar a todo aquel que escucha su nombre. Se rumorea que está en las calles de la ciudad imperial desde los 15 años. Algunos dicen que regreso del infierno, luego de haber sobrevivido a 4 disparos, a...