Capitulo.41

200 19 6
                                    

El suave val ven de sus labios sobre los míos se vuelve tan hipnótico que es capaz de transportarme a cualquier otro lugar. Cuando nos separamos por la falta de aliento, sus ojos celestes brillan con una intensidad abrumadora y me pregunto ¿Realmente Ivan Petrovsky esta feliz conmigo?

Una sonrisa torcida se desliza por sus labios y no puedo evitar sonrojarme, tiene un efecto inquietante sobre mí. Él es capaz de hacerme olvidar hasta de mi propia existencia y me pregunto ¿Hasta que punto somos capaces de llegar estando juntos?

—Así que es usted señor Petrovsky, todo un admirador de Emily Brontë. Si no me equivoco su frase es de Cumbres Borrascosas.

—Una historia demasiado trágica y dramática señorita Lisowska—hace una pausa y sonríe de forma agridulce—un amor demasiado infortunado y tormentoso, pero apasionado a final de cuentas. Demasiados desengaños, venganza y odio. Todo un drama.

—Pero hermoso en todas sus letras, es un clásico de la literatura inglesa—respondo.

—No puedo negarlo señorita Lisowska—hace una pausa y acaricia mi mejilla— ¿Te ha gustado mi sorpresa?

—Ha sido totalmente inesperado y romántico—declaro encantada— ha sido una de las mejores sorpresas que me han dado señor Petrovsky.

—Me alegra escuchar eso Aleksandra—dicho esto toma la bandeja con el desayuno y la pone frente a mi—Ahora deberías desayunar, ayer no ingeriste ningún otro alimento desde que aterrizamos en San Petersburgo. No quiero que te enfermes.

Su gesto atento y delicado envuelve en una cálida sensación mi dañado y herido corazón.

—Le agradezco el gesto señor Petrovsky—murmuro antes de comenzar a comer las frutas que ahí en el plato.

El resto del desayuno la pasamos hablando animadamente de los próximos proyectos que nos esperan cuando regresemos a Nueva York. También me contó que en su ausencia en la llamada ciudad imperial unos tipos que trabajan para James, intentaron contrabandear drogas y algunos mas aventureros intentaron vender armas en lo que el ruso llama sus territorios.

Orgullosamente me aseguro que sus hombres se encargaron de patearles el trasero a cada uno de ellos y enviarle un mensaje bien claro a James, la compañía no tiene oportunidad cuando se trata del demonio ruso.

Nuestra conversación es interrumpida cuando el celular de Petrovsky suena. El mira el identificador y frunce el ceño en respuesta. Su semblante cambia volviéndose uno totalmente oscuro y me atrevo a decir que temeroso...

—Debo contestar—el tono en su voz de pronto es gélido y ni siquiera me mira.

— ¿Esta todo bien?—cuestiono mirándolo con preocupación.

—No, solo termina de desayunar—declara serio y se pone de pie—Iré a contestar.

No espera mi respuesta pues abandona la habitación lo mas rápido posible, cerrando las enormes puertas de madera detrás de él. Me quedo mirando la puerta de madera con un gesto confundido, pero recuerdo que estoy con Ivan Petrovsky, el ruso de los mil cambios de humor en un segundo.

Desvió mi mirada a los arreglos de rosas y otra sonrisa de boba me asalta. Entonces pego un salto de la cama y rebusco en mi bolso el celular que me obsequio el ruso ase un tiempo. Me doy cuenta que tengo mas de 20 mensajes de Gala y 10 llamas, también ahí mensajes de Chris y las chicas del restaurante.

Entro a WhatsApp y me encuentro con más mensajes de Gala así que entro a su chat, la encuentro en línea y le escribo un muy inocente Hola :D. La respuesta no se hace esperar y de inmediato Gala me hace una videollamada que acepto gustosa.

ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora