Capitulo. 8

369 79 26
                                    

Por la mañana me levanto un poco más temprano para poder ordenar y limpiar la casa, me ducho y luego voy directo a la cocina para prepararle el desayuno a mi madre. Al menos pudo descansar y no sufrió de esos horribles dolores. Los medicamentos de alguna forma solo le ayudan a calmar eso, el dolor.

—Buenos días mamá— susurro cuando ella aparece en el comedor— prepare pan tostado con jalea y un poco de café con leche.

—Muchas gracias cariño, ¿Cómo te fue en tu nuevo trabajo?

—Muy bien para ser mi primer día, me dan buenas propinas y el sueldo también será bueno, me asignaron a la zona vip—mamá come de su pan. Me alegra que tenga apetito el doctor dijo que lo perdería de vez en cuando debido a la enfermedad.

—Cariño me encantaría poder ayudarte. Eres muy trabajadora al igual que tu padre—al mencionar a papá un atisbo de lágrimas reluce en sus ojos verdes.

—Hare lo que sea para que estemos bien mamá.

—Yo debería de ser quien te sacara adelante Alex. Solo tienes 19 años deberías ir a la escuela, hablar de chicos con tus amigas y salir a bailar. Inclusive tener un novio, estas dejando tu vida por mí.

—Mamá eso no importa ahora, todo lo que quiero es que tú estés bien, que goces de buena salud—mi cuerpo se tensa por que se dónde terminara esta conversación.

— ¿Pero a costa de que Alex, de tu vida?— susurra débilmente y puedo ver que está a punto de echarse a llorar.

—Mamá—mi voz sale quebrada. Se la impotencia que siente, yo la siento de la misma forma, pero no voy a renunciar a ella. No renunciare a mi madre.

— ¡Nada justifica lo que te estoy haciendo Alex, te estoy destruyendo la vida y lo mejor sería que yo muriera de una vez, no quiero que sigas esclavizándote por mi culpa!—grita mientras algunas lágrimas caen de sus ojos.

— ¿Cómo puedes decir eso?—mi voz suena ahogada debido al nudo de emociones atorado en mi garganta— ¿morir? ¿De verdad quieres dejarme sola?

— ¡Te estoy destruyendo la vida!

—Solo olvídalo quieres—exijo poniéndome de pie—te sacare adelante como sea, no me importa lo que sea, a lo que tenga que renunciar. Yo solo quiero a mi madre conmigo, la quiero viva y sana.

Hay una punzada de dolor envolviendo mi pecho, pequeñas lágrimas resbalan por mis mejillas. Ella solo me mira y niega con la cabeza, antes de ponerse de pie y dirigirse a su habitación.

Con el dorso de mi mano limpio mis lágrimas. Tomo los platos sucios y los llevo al fregador, una vez que están limpios. Doy un suspiro pesado y me coloco mi abrigo, tomo mi bolso y giro el pomo de la puerta, al abrirla me encuentro con el tipo del banco, Eithan Lodge. Maldita sea lo que me faltaba.

—Buenos días señorita Lisowska, que oportuna, estaba por tocar.

— ¿Qué es lo que quiere?–mi voz suena más agresiva de lo que pretendo.

—Hoy es fin de mes, usted no ha liquidado la hipoteca—hace una pasa dejando que sus palabras se asienten. Mierda no...nos desalojaran— vengo a desalojarla.

El hombre hace un gesto asía la calle y hay un camión con un grupo de cargadores. De pronto me siento mareada.

—No, usted no puede hacer esto—sueno desesperada, no puedo perder mi hogar, no ahora.

—Me temo que si señorita, le notifique lo que sucedería sino liquidaba su deuda. Esta casa le pertenece al banco. Así que hágase a un lado y deje que mis hombres hagan su trabajo.

ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora