Capitulo.26

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Aleksandra.

Días después, luego de que mi madre recobro un poco de las fuerzas que perdió debido a la quimioterapia. Me di cuenta que estaba perdiendo un poco de cabello, cada vez que cepillo su cabello una parte del cae. Tuve que morder mis labios con fuerza y obligarme a tragar el nudo de emociones que se formó en mi garganta.

La mujer que me dio la vida se estaba marchitando como si fuera una rosa en el invierno, sus pétalos estaban cayendo y no podía evitar sentirme aterrada. La pérdida de cabello es una clara señal de que es posible que el cáncer este expandiéndose. Me cuesta mantenerme fuerte frente a ella.

Había momentos en los que solo quería echarme a llorar y renegar por el destino que nos tocó desde que mi padre murió.

— ¿Qué sucede Aleksandra, estas distraída?—la voz del ruso me trajo de vuelta de mis pensamientos.

Trato de parpadear para disipar las lágrimas que se forman en mis ojos. Tengo miedo de perderla, creí que mejoraba. Pero ahora parece empeorar. ¿Qué pasara si ella muere? ¿Yo moriré con ella?

—Mi madre no está bien—balbuceo. Venimos a su casa para que yo pudiera indicarle a Amelia lo que se necesitaría en la cocina para la fiesta de mañana.

— ¿Qué sucede, que pasa con ella?—sus celestes ojos me miran y creo ver preocupación en ellos.

—Su cabello...hace unos días yo estaba cepillándolo y entonces—cierro los ojos con fuerza por que llevo días aguantando el nudo que se forma en mi garganta. Llevo días aguantando mis lágrimas por ella— se cae...—sollozo con fuerza por que no puedo más— su cabello se está cayendo.

La presión en mi pecho se hace más grande y soy conciente totalmente de que mi rostro es un desastre lágrimas caen de mis ojos. Los sollozos sacuden mi cuerpo y siento que no puedo respirar. Estoy muerta de preocupación por ella, temo que le suceda algo malo. Tengo miedo.

Los fuertes brazos de Petrovsky me rodean. Una de sus manos acaricia mi cabello y susurra palabras tranquilizadoras. Sollozo con fuerza porque necesito sacar todas las emociones que he estado aguantado.

—Tranquila Aleksandra—susurra—todo estará bien. Lo prometo.

—Tengo tanto miedo—susurro enterrando mi cara en su pecho.

El aroma de su colonia me envuelve y no puedo evitar sentir que me relaja. Sus fuertes brazos me sostienen como si tuviera miedo de que me rompiera en cualquier minuto. No puedo evitar sentirme protegida, mientras lo escucho susurrar palabras intentando calmar mis lágrimas.

—Hablare con el doctor Collins —su voz suena ronca—le diré que traiga más especialistas, los que sean necesarios. Quiero distintos puntos de opinión. Haremos lo que haga falta para curar su enfermedad. Que traiga los mejores medicamentos.

— ¿Y si no hay alternativa?—murmuro con la voz entre cortada por el llanto—si ella muere.

—Haré hasta lo imposible por salvarla Aleksandra. Si eso te hace feliz. Moveré el mundo entero para encontrar una solución, lo prometo.

Su declaración me deja sin aliento por unos segundos. ¿Cómo puede decir estas cosas y ser tan cretino al mismo tiempo?

—Gracias...gracias por hacer esto—susurro mirando sus ojos celestes.

No dice absolutamente nada más. Solo se dedica a sostenerme tratando de juntar cada uno de los fragmentos derrumbados hace unos instantes. Suelto un suspiro pesado, a veces siento que la carga sobre mis hombros me aplastara. Mi vida se ha vuelto un espiral en el que estoy en constante peligro de caer y golpearme con todo el peso de la realidad.

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