Capitulo. 18

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La siguiente semana paso con rapidez. Es domingo y es mi último día con la institutriz, he aprendido lo suficiente para comportarme como una mujer de sociedad. Aprendí a caminar con la espalda recta, el mentón levantado a usar un guardarropa apropiado para cada situación. A usar las palabras correctas para cada momento y por supuesto aprendí a usar todo tipo de cubiertos así como ser una anfitriona esplendida.

Una mujer de sociedad...en eso me convertí.

— Te felicito Aleksandra eres una chica muy lista, ahora sabes todo lo necesario—comenta Kate con felicidad— el señor Petrovsky estará muy contento.

Ante la mención de Petrovsky solo sonrió un poco tensa, hable con el hace unos días. Aunque las cosas se han relajado un poco, aun existe esa tención debido a las palabras que dijo en su casa aquella tarde. Admito que me preocupe cuando Lian me dijo que le habían disparado, sin embargo esperaba que él se disculpara por sus acciones. Pero como diría mi madre no le pidas peras al manzano. Él no se disculpara.

— Verás que si estará satisfecho con tu trabajo —agrego sonriendo —pero sobre todo muchas gracias Kate me has enseñado muchísimo y de verdad lo agradezco.

— Es mi trabajo Aleksandra, me has caído muy bien y espero seamos amigas.

— Claro que si Kate, puedo necesitar tus consejos en algún momento —susurro

— Cuenta conmigo para lo que sea Alex—me sonríe—el señor Petrovsky me pidió que te llevara a su mansión.

— ¿Por qué? —pregunto y me siento nerviosa.

— Serás su cita para la cena de candidatos a la gubernatura de Nueva York, pidió que te preparara para el evento.

—Entiendo— comento en un susurro, no pensé que el día se llegara tan pronto.

— Entonces vámonos ya es hora de hacer magia contigo.

Salimos del departamento de Kate, Liam está esperándonos en la camioneta que Petrovsky asigno para que me llevara a todos lados. Nos abre la puerta trasera y ambas subimos, luego rodea el auto y el sube en el asiento del piloto.

— ¿A dónde nos dirigimos Alex? —pregunta Liam.

— A casa de Petrovsky—Comento un poco insegura.

— Enseguida señoritas.

Liam coloca algo de música durante el trayecto, que para mi sorpresa se vuelve relativamente corto. Los enormes portones de acero se abren dándonos la bienvenida el camino cubierto de nieve que se extiende, hasta el lugar donde se encuentra la majestuosa mansión/castillo del ruso.

Bajamos de la camioneta y avanzamos a la entrada, las enormes puertas doradas se abren, hay una mujer de unos 40 años castaña en la puerta esperándonos. Lleva puesto un uniforme de color negro.

— Buenas tardes señorita, mi nombre es Amelia soy la ama de llaves del señor Petrovsky, la estaba esperando—la mujer me da una cálida, sonrisa muy maternal.

— Mucho gusto Amelia —le sonrió y le tiendo la mano, a lo que ella me responde el saludo—ella es mi amiga Kate, mi institutriz.

La mujer le sonríe a mi amiga y esta le da un asentimiento.

— El gusto es mío señoritas, por favor pasen.

Amelia me abre la puerta de la enorme mansión y miro con el ceño fruncido la mesa del centro. En ella hay un enorme arreglo de rosas blancas, hay un pequeño salto en mi corazón cuando recuerdo la conversación donde le propuse que pusiera un pequeño arreglo de flores en la entrada.

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