Capitulo.22

250 28 19
                                    

Petrovsky

La miro entrar a su casa y de inmediato pongo en marcha el auto. Piso el acelerador a fondo como si eso pudiera despejar todo lo que hay en mi mente. ¿Cómo puede pedirme que confié en ella? ¿Cómo confiar en alguien, si el mundo entero se ha encargado de traicionarte a la menor oportunidad?

Mi mente es un caos y no puedo pensar con claridad. No puedo contarle quien soy en realidad, se aterraría de mí. Saldría corriendo a la menor oportunidad que tuviera y eso solo echaría a perder mis planes.

Ella te vio cuando asesinaste a Cushing...susurra mi mente.

Ese no es el caso después de todo me temía, muy en el fondo lo hace. Ella me teme y es mejor que lo haga. Porque no soy bueno de ninguna forma. Yo no soy un héroe, no hago lo correcto eso no está en mí.

Giro el auto a la izquierda y me detengo frente al portón de acero. Un hombre de negro se acerca a mí.

-Busco a James Williams-exclamo en voz alta.

-El señor no recibe visitas a esta hora.

-Dile que Ivan Petrovsky está aquí-hago una pausa y mi voz suena letal-si no abre la puerta, voy a entrar a mi forma y no le gustara.

El hombre asiente e intercambia algunas palabras por el woki taki. Luego se dirige a mí nuevamente.

-Lo está esperando.

Las puertas se abren y de inmediato pongo el auto en marcha, me encamino por el camino de grava hasta aparcar fuera de la mansión. Su casa no es ni siquiera una quinta parte de lo que es la mía. La mía es impresionante, en comparación a la suya que solo es una basura igual que él y su asquerosa familia.

La puerta principal se abre, dejándome ver a una mujer de quizás 50 años. La cual me indica que pase y me guía hasta el despacho. Al entrar me encuentro con los ojos verdes de James Williams mirándome. En sus manos lleva un vaso de whisky, la mujer se retira dejándonos solos.

-Petrovsky bienvenido-murmura dándome una sonrisa cínica e hipócrita-por favor toma asiento, ¿una copa de whisky?

-No vengo a socializar James-argumento mirándolo furioso- y no gracias, no tomo porquerías como el whisky.

Este sonríe negando con la cabeza. Imbécil.

-Los rusos y su complejo de superioridad, entonces un trago de Vodka-argumenta poniéndose de pie.

No me inmuto en lo absoluto y solo me dedico a observarlo. Maldito hijo de perra. Sería tan fácil acabar con él en este momento. Pero sería tan sospechoso ahora que es candidato a la gubernatura. De inmediato se desbordaría una onda de investigaciones.

-Quisiste matarme-argumento con un tono de voz tan ronco que parece no ser mía, estoy furioso.

-Esa es una acusación muy peligrosa Petrovsky-argumenta riendo- ¿Por qué querría matarte?

-No lose, por envidia, conveniencia. Asegurar tu lugar en la gobernatura-esta vez es mi turno de reír-robarme mi ciudad. Eres solo un imbécil James, tú no puedes conmigo.

- ¿Tu ciudad?, por favor Petrovsky esta ciudad me pertenece por derecho-hace una pausa y rellena su vaso de whisky-durante décadas la familia Williams tráfico en estos territorios. Tu solo te adueñaste de ella a la mala.

Esta vez suelto una sonrisa cínica. Es cierto Nueva York le perteneció durante décadas a su familia, forman parte de la comisión. Una asociación criminal donde se reunieron las 5 familias mafiosas de Nueva York y la familia de Chicago, acordando así mantener sus territorios bajo un solo mando, así como también protegerse de otras mafias.

ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora