Capitulo.31

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Petrovsky

Salgo de la habitación sintiéndome furioso. Camino a través de los pasillos lo más rápido que puedo hasta que abandono el hospital. Edgar me está esperando en una de las camionetas. Subo a esta y le indico que me lleve a la mansión cuanto antes.

¿Cómo pude ser tan estúpido y pensar que ella podría sentir algo por mí? ¿Cómo es que pude pensar si quiera en ella de esa forma? Soy un estúpido...

Me siento furioso conmigo mismo, este no soy yo. Yo no soy un hombre que cree en el amor pero no lo entiendo porque me siento de esta forma, porque siento como si sus palabras fueran decepcionantes. Ella a herido mi orgullo, soy tan poca cosa para ella que ni siquiera puede pensar un momento en tener algún sentimiento por mí.

Esa parte obscura de mi emerge apoderándose de mi mente.

Flashblack

Los gritos no han parado en el pequeño ático. Desde que mi padre entro no ha parado de golpear a mamá. Permanezco callado en una esquina, aprieto los ojos con fuerza y me cubro los oídos con mis manos ya no lo soporto. Solo quiero salir de aquí, pero no puedo llorar o me golpearan también.

—No eres más que una zorra estúpida—grita el hombre que dice ser mi padre. Escucho como la abofetea.

—Solo déjame ir—chilla la mujer de ojos azules a quien llamo Ivanka y dice ser mi madre. Ella odia que le diga mamá. Ella me odia.

—Tengo que recordarte que tu maldito deber es cuidar al bastardo que pariste.

—Solo quédate con él. Déjame ir maldita sea—grita mi madre—como pude ser tan estúpida y haberme enamorado de ti.

—Eres tan estúpida—escucho reír a mi padre y luego golpearla una vez más—eres solo la puta con la que follo, pero claro las mujeres de tu clase solo buscan dinero. Pensaste que con tu bastardo podrías retenerme, no te creo ni una mierda.

Lo siguiente que escucho son los sollozos de mi madre, mientras es golpeada por mi padre y luego escucho como rasga su ropa. Mi corazón late desbocado y solo quiero desaparecer de este lugar. El sonido de su bragueta siendo bajada y el grito que suelta mi madre me hace presionar mis manos sobre mis oídos con tanta fuerza que duelen. Solo quiero que los minutos pasen tan rápido como sea posible, odio esto. Odio verlo sobre el cuerpo de mamá y escucharla gritar que se detenga.

Mi respiración esta agitada mientras sollozo en silencio. Solo quiero que se vaya, quiero que todo termine tan pronto como sea posible. El gruñido de mi padre solo me hace apretar los ojos con fuerza, junto al gritó de mi madre. Luego de unos instantes escucho la puerta cerrarse, cuando abro los ojos mamá está llorando mientras se coloca lo que quedó de su vestido roto. Hay sangre en sus piernas y su cuerpo tiembla como una gelatina.

Sus ojos azules se encuentran con los míos y solo puedo ver odio.

—No tienes idea de cuánto te odio, maldito bastardo—me grita y yo me encojo en mi lugar. Mi nombre es Iván no bastardo, mamá—por tú culpa estoy atascada en este maldito lugar, ojalá estuvieras muerto. Te odio tanto.

Sus palabras solo me hacen llorar. ¿Por qué mamá me odia? ¿Yo no pedí está vida, porque todos me odian? ¿Acaso soy malo?

Durante horas me la pasó sentado en la misma esquina de la habitación. Solo puedo llorar, me siento tan asustado de todo y de todos. Me preguntó si ¿Existen más niños a los que sus padres los odien? ¿Es normal que ellos te odien y te llamen bastardo?

Hace frío y mi estómago duele, hace días que no me traen comida. Me gustaría acurrucarme con mamá pero ella repudia mi presencia, sea quedado dormida en la otra esquina del cuarto. Así que todo lo que puedo hacer es recostarme sobre el polvoriento tapete que hay en el suelo, miro las estrellas a través de la pequeña ventana.

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