Dos meses después
Mis tacones resuenan sobre el piso de mármol, voy de un lado a otro por la enorme sala de la mansión, supervisando que todo se encuentre perfecto. Los hombres encargados de colocar las mesas en la terraza del jardín trasero entran y salen con los muebles cargando, por otro lado los adornos extravagantes adornan la estancia, ¿El motivo?, esta noche tendremos una mascarada en la mansión Petrovsky.
Mi adorado ruso recibirá esta noche a uno de los líderes más importantes de la Bratva, el temible casi innombrable Leonid Novikov.
Se sabia que nos visitaría días después de nuestro viaje a Detroit, sin embargo por motivos de agenda la visita se pospuso hasta dos meses después y hoy es la gran noche.
Según lo poco que me ha contado es uno de los miembros de las familias fundadoras de la organización criminal mas temida del planeta. La idea de realizar una mascarada es que su rostro se mantenga oculto, a manera de beneficio de ambas partes. Esta noche tendremos la mansión llena de vida, acróbatas venecianos, mascaras y un sinfín de bailarines, entretendrán a nuestros invitados.
Dirijo mis pasos a la cocina, esta llena de meseros vestidos con algunos trajes propios del festival de Venecia, trajimos un chef especializado en gastronomía Italiana. Los mejores vinos y vodka se encuentran en nuestra cocina.
—Señorita Lisowska—argumenta Amelia desde una esquina de la enorme cocina—los aperitivos están listos, los serviremos en el momento que usted nos lo ordene.
—Cuando los invitados comiencen a llegar, los recibiremos con los aperitivos y las bebidas—hago una pausa—quiero que personalmente te encargues de atender al señor Novikov.
—Así será señorita.
Con un asentimiento me retiro, para dirigirme al jardín trasero. La nieve a desaparecido, dando paso a un hermoso jardín verde, lleno de flores hermosas y coloridas. Petrovsky tenía razón, el jardín es hermoso en primavera. Hay toldos alemanes de color rojo oscuro con barbas doradas, decorados con grandes candelabros extravagantes, mesas con manteles de un profundo color negro resaltan. Una exquisita bajilla de porcelana china en gravados dorados al igual que cubiertos de plata, todo grita lujo, esplendor y poder...
Fuera de los toldos se extiende un amplio camino cubierto por una alfombra de felpa, que nos guía a su interior. Los jardines se encuentran iluminados por pequeñas farolas asiendo alusión a las mismas que se encuentran en la plaza de Campo Santo Stefano, en Venecia.
Una sonrisa se forma en mi rostro, todo luce mucho más que perfecto. Mi ruso estará muy contento con todo esto.
Dirijo mis pasos al frente de la mansión, los fuertes pilares se encuentran adornados por grandes trozos de tela en color rojo oscuro. Sobre estos justo al centro por encima de las enormes puertas reluce el escudo del apellido Petrovsky.
La idea de que el personal se encuentren vestidos con la temática veneciana es excelente, la mansión se siente tan llena de vida. Con autosuficiencia dirijo mis pies hasta las escaleras rumbo a la habitación principal. Al entrar me encuentro de lleno con sus celestes ojos recorriendo mi cuerpo de arriba abajo, mientras deja escapar el humo de su cigarrillo.
—Todo luce perfecto—exclamo caminando en su dirección—tu reunión será un éxito.
—Contigo de mi lado, cualquier cosa es perfecta—murmura antes de besarme con suavidad—tengo un regalo para ti, quiero que lo uses esta noche.
Sonrió con picardía mientras arqueo una de mis cejas y sonrió.
— ¿Llego el momento de las sorpresas, señor Petrovsky?
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Imperio
ActionSu mirada fría y su actitud temperamental, hace temblar a todo aquel que escucha su nombre. Se rumorea que está en las calles de la ciudad imperial desde los 15 años. Algunos dicen que regreso del infierno, luego de haber sobrevivido a 4 disparos, a...