Capitulo. 19

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Luego de pasar alrededor de 15 minutos tratando de decidir que vestido debo usar, finalmente me decido por uno.

El vestido sin mangas es de color verde aceituna en la parte de arriba, seguido de esta una parte en color negro hasta la cintura y finalmente es largo hasta el piso. La falda está adornada de pequeñas piedras de color verde, sobre esta una tela casi transparente de color gris que nos deja a la vista los detalles de la falda interior.
Miro el hermoso vestido extendido sobre la cama. A su lado hay una chalina de color gris al igual que la falda, una cartera pequeña de color verde y finalmente una par de zapatillas de color negro.

Observo todo con atención y no puedo evitar sentirme mal, por prestarme a este juego. Aunque trate de verle el lado bueno, no puedo dejar de pensar en las palabras de Chris.

“Él es un criminal Alex. Ese tipo solo es una fachada con su traje elegante y tu cometerás un error al elegirlo”

Antes de permitir que las lágrimas traten de salir de mis ojos. Me coloco el vestido pero no puedo subir el zipper, así que salgo al pasillo y llamo a Amelia.
Unos segundos después entra en la habitación.

—Señorita me llamo.

—Sí, podrías ayudarme a subir el zipper del vestido, por favor.

—Claro que si señorita.
Amelia me ayuda con el zipper. Luego me ayuda a colocarme las zapatillas, finalmente acomoda mi cabello dejándolo caer en un costado. Mi maquillaje está intacto y me coloco un par de pendientes.

Me pongo de pie y me miro en el espejo.
Me veo muy bonita, me veo mejor de lo que alguna vez me he visto. El vestido me queda perfecto amoldado a mi figura y parezco una modelo. De pronto pienso en mi padre.

Un sentimiento de nostalgia me envuelve, como me encantaría que el pudiera haberme visto alguna vez así. El estaría feliz de ver que su pequeña princesa había crecido, lo extraño tanto.

La vida es tan injusta algunas veces, pero aún más injustas son las personas que tienen la osadía de decidir quien vive y quien muere...como el hombre que mató a mi padre.

Doy un suspiro pesado, tratando de alejar esos oscuros y tristes recuerdos de mi mente. Tomo el perfume rociando un poco cerca de mi cuello y en mis muñecas. Me sonrió a mí misma y me doy ánimos de que esta noche puedo hacerlo bien. Pondré en práctica todo lo que Kate me enseño.

Después de todo yo soy Aleksandra Lisowska. Yo puedo con esto y mucho más…

—Señorita, el señor Petrovsky la está esperando abajo—agrega Amelia.

—Gracias Amelia, bajaré en un momento—le sonrío
Ella asiente y sale de la habitación dejándome sola, me doy una última mirada y suspiro.

—Todo estará bien Alex, todo estará bien—me digo con voz temblorosa por lo nerviosa que me siento. Tomo mi chalina y mi pequeña cartera.

Con la espalda recta y el mentón levantado camino con seguridad por el pasillo hasta las escaleras.

Me quedo un momento en el descanso dando un respiro para calmar mis nervios y entonces mis ojos se encuentran con sus pálidos ojos celestes. Lleva puesto un esmoquin negro Armani a medida, camisa blanca con un pequeño moño de corbata, zapatos caros perfectamente lustrados. Su cabello luce como si hubiera sido asaltado por una ráfaga de viento, algo tan común en él.

Maldita sea debo admitir que se ve... muy guapo. Tiene ese tipo de atractivo que podría convencerte de ser un ángel, sin embargo su mirada intimidante y peligrosa, te podría mostrar que bien es un demonio.

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