Capitulo. 42

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Aleksandra

Mis ojos me devuelven la mirada a través del espejo, mi cabello rojizo cae en cascada sobre mi espalda en ondas salvajes. Llevo puesto un vestido en color plata adornado de algunas finas flores en color blanco, es un poco corto manteniéndose por la mitad de mis muslos. Unas sandalias de tacón en color negro a juego con una cartera del mismo tono.

Termino de ajustar las sandalias y decido colocarme brillo labial, opto por algo más discreto usando un tenue tono rosado. Me miro en el espejo y estoy mas que satisfecha por el resultado, me coloco un poco de perfume y estoy lista. Esta noche es muy especial, oficialmente el ruso y yo tendremos una cita, me sonrió a través del espejo.

—Todo mejorara—susurro mirándome.

Antes de que cualquier inseguridad me atrape tomo mi abrigo de la cama y antes de abrir las puertas de madera suelto un suspiro. Cuando las puertas se abren me encuentro de lleno con la celeste mirada del ruso, se encuentra de pie con un trago de vodka en su mano. Lleva puesta una camisa en color blanca arremangada asta los codos, pantalón de vestir y zapatos en color negro.

Luce intimidante, guapo y peligroso, su cabello luce como asaltado por una ráfaga de viento y todo en él es intoxicante, perfecto. Una suave sonrisa atenúa su rostro cuando se acerca a mi luego de haber dejado su trago sobre la barra.

—Luces como una diosa Aleksandra—murmura antes de besar el dorso de mi mano—sencillamente encantadora.

Sus alágos me hacen sonrojar sin embargo sonrió.

—Usted luce muy apuesto señor Petrovsky, demasiado perfecto.

—Me alegro saber que me encuentra apuesto mi cita—susurra juguetón.

—Siempre lo encuentro de esa manera, aunque algunas otras es un completo arrogante—jugueteo un poco.

—Es parte de mi señorita Lisowska—hace una pausa y me mira— ¿Estas lista?

—Estoy lista.

Me regala una deslumbrante sonrisa antes de darme un corto beso en los labios, seguido de esto toma mi mano y avanzamos fuera de la habitación. Una ves fuera del hotel subimos a la camioneta y Edgar se ocupa de conducir.

— ¿A dónde iremos?—pregunto mirando por la ventana y luego miro al ruso.

—Demidoff, es uno de los mejores restaurantes de la ciudad—hace una pausa y besa mi mano—estoy seguro que te encantara.

—Estoy segura que si—murmuro sonriendo— ¿Cómo esta todo en Nueva York, tus negocios están bien?

Quizás no debería hacer esa clase de preguntas, pero creo que las cosas han cambiado entre nosotros. Ya no somos el tirano aprovechado y la chica acorralada, además cabe destacar que Ivan Petrovsky abandono todas sus obligaciones solo por acompañarme asta el otro lado del mundo y devolver a mi madre al lado de mi padre.

Si un hombre siente amor de verdad es capaz de cruzar el mundo por ti, estoy segura que es capaz de ir al infierno si es necesario. Todo por la mujer que ama.

Espero alguna respuesta seca o incluso una donde me reprenda y me pida que me meta en mis asuntos y no en los suyos, sin embargo me sorprende de nuevo.

—Las cosas se encuentran un poco tensas, las postulaciones para la gobernatura serán dentro de poco, James ha presentado un nuevo plan para preservar las áreas verdes en la cuida y cuidar del aire de la gran manzana.

—Suena a que se esta esforzando por ganar la gobernatura, tiene un buen punto el medio ambiente es un tema de importancia hoy en día—declaro mirándolo antes de preguntar— ¿Tienes un plan para contrarrestar eso?

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