Capitulo.5

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               Hago un ejercicio de respiración, hasta que siento la ira esfumarse de apoco. Una vez que me siento más tranquilo y olvido toda la mierda que paso por mi cabeza. Me pongo de pie y musito.

—Vamos a ver la basura que compraste—suelto un poco más calmado y me pongo de pie.

Damon sonríe y me da una palmada en la espalda. Caminamos entre las personas que se encuentran pasando la noche. Me permito admirar los distintos autos que permanecen con el capo abierto mostrando sus motores. Algunas mujeres se cruzan en nuestro camino, pero le restamos importancia.

Damon se detiene junto a un auto de color azul.

— ¿Y bien que te parece?— argumenta en tono juguetón.

—Compraste un Lexus LC 500— hago una pausa y sonrió con arrogancia— al fin estas aprendiendo de mis buenos gustos.

—Eres un imbécil Petrovsky— exclama divertido— ¿Una carrera?

—Vamos a patearte el trasero— miro entre las personas y encuentro a Liam, le hago una señal. Este de inmediato se apresura hasta nosotros— ¿Cuánto dinero piensas perder esta noche Kellerman?

—Hagamos esto por un par de millones, ¿Qué te parece?— argumenta encogiéndose de hombros. Liam llega hasta nosotros.

—Señor.

—Anuncia que la siguiente carrera será entre Damon y yo. Hay dos millones de dólares en juego.

—Me encargare de limpiar la pista señor.

Liam de inmediato se pierde entre la multitud, encontrándose con algunos chicos más y deduzco que les da indicaciones cuando la multitud comienza a hacer espacio en la pista. Damon enciende su auto y el motor ruge en respuesta.

—Se escucha bastante bien, veamos cuanto puede correr— le digo sonriendo.

—Solo ve a buscar tu auto Petrovsky, morderás el polvo.

—Eso ya lo veremos.

Me alejo de Damon en busca de mi auto. El lugar esta abarrotado de gente y es en ese instante que mi cuerpo impacta contra uno más pequeño, como acto reflejo de inmediato lo sostengo con ambas manos de la cintura.

Mis ojos se abren con sorpresa en el momento que me doy cuenta de quién se trata. El agradable aroma a vainilla me inunda, tan dulce y delicado a la vez.

—Aleksandra, parece que nuestro destino es chocar— argumento en tono burlón. Apreciando su rojo cabello caer en cascada sobre su rostro.

Sus ojos marrones se encuentran con los míos y se aleja bruscamente de mí. En ese momento un tipo rubio de ojos azules se acerca a nosotros. Sus hombros se tensan cuando me mira y luego mira a Aleksandra.

— ¿Sucede algo?— el tipo me mira de pies a cabeza. Sin embargo no aparto mis ojos de el en ningún momento.

¿Quién demonios es este tipo?

—No, Chris. Yo choque con el—murmura Aleksandra mirándonos a ambos.

—Deberías tener más cuidado por donde caminas, idiota— me escupe el chico. Lleva puesta una chaqueta de cuero, con el cabello ligeramente revuelto.

Una sonrisa arrogante se cruza por mi rostro. Enserio quiere pelear conmigo. Doy un paso más cerca de él. El no hace nada más que cuadrar sus hombros en lo que trata de ser una postura amenazadora.

—No es asunto tuyo. Y si vuelves a llamarme idiota, te vas a arrepentir—mi voz suena peligrosa y letal, mis ojos se desvían a Aleksandra, quien parece asustada. Así que interviene.

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