Capitulo.13

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La mañana siguiente me la paso atendiendo a los clientes del restaurante. Mi cabeza duele debido a las pocas horas de sueño que he tenido en estos días. Mi mejilla se tornó rojiza después de la cachetada que me dio esa chica en Empire. Mi delantal vibra cuando recibo un mensaje de Petrovsky.

Mensaje.

Edgar pasara por ti cuando salgas del trabajo, te llevara a mi casa. Decidí que tendrás una institutriz que te enseñara todo lo que necesitas saber.

Atte.: Ivan Petrovsky

¿Pero qué le pasa? Tengo trabajo en Empire. Le contesto el mensaje.

Mensaje.

¿A caso estás loco? Tengo que trabajar en Empire, ¿Cómo pretendes que vaya a ver a la dichosa institutriz y trabaje? Tengo un hogar que mantener, una madre a quien curar y una cuantiosa deuda que pagar con un maniático ruso.

Atte.: Aleksandra Lisowska.

Su respuesta es inmediata.

Mensaje.

Despreocúpate de eso, no trabajaras más en Empire. Por el dinero no te preocupes te pagare por ver a la institutriz después de todo necesitas sus consejos para poder acompañarme a los eventos.

Ya tome una decisión, no lo hagas difícil. No pienso discutir esto contigo.

Atte.: Ivan Petrovsky

El día pasa relativamente rápido, son las 7:00 p.m. en el momento que salgo del restaurante. No tuve opción de poder discutir lo de la institutriz con el ruso, a final de cuentas me hiso ver que la necesito para poder saldar mi deuda con él.

Ruedo los ojos al cielo y pienso, ¿Qué debo hacer para salir de esta situación?

Una camioneta de color negro y vidrios tintados del mismo color, estaciona junto a la acera y veo bajar a Edgar rápidamente. Lleva puesto su habitual traje de color negro, por un momento pienso en los guardaespaldas de las películas, siempre tan formales.

—Señorita Lisowska—asiente en mi dirección.
—Hola Edgar— sonrío

—Por favor suba, el señor Petrovsky la espera.

—Sí, muchas gracias.

Me ofrece su mano y la tomo, para subir a la camioneta. Edgar cierra la puerta y rodea el auto a grandes zancadas, hasta subir al asiento del piloto y poner en marcha el motor, avanzando por la avenida.

—Edgar, ¿Tú conoces a la institutriz?

—Solo la vi esta mañana señorita, es una mujer amable y joven.

—Espero que así sea Edgar—digo en un susurro.

—Pierda cuidado, lo hará muy bien. Solo debe concentrarse en aprender, le resultara muy fácil—comenta mientras mantiene sus ojos en el camino.

Suelto una risita nerviosa, mientras miro por la ventana del auto.

—Espero aprender bien o el señor Petrovsky se pondrá furioso—musito.

Edgar me mira a través del espejo retrovisor.

—El señor Petrovsky es complicado. Pero tenga por seguro que no se enfadaría por algo tan banal como eso. Se ha encargado de buscar a la mejor institutriz de la ciudad—hace una pausa— está muy interesado en que usted aprenda lo mejor y que la rodee lo mejor.

— ¿Tu sabes porque me eligió, porque yo?— susurro nerviosa

—El señor Petrovsky vio algo en usted, él siempre es muy cuidadoso en todo y en especial con las personas que lo rodean—hace una pausa—debe confiar en usted.

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