Prim cerró los ojos, intentando contactar con su Señor, tras un par de segundos tuvo la respuesta que buscaba... aunque no le parecía nada bueno, no desafiaría a su amo. Inhaló hondo a pesar de no necesitarlo y avanzó entre la maleza, saliendo justo frente a Azra y Vyr.La cazadora se asustó un poco y dio un pequeño salto para ponerse a la defensiva aunque al reflexionar y verla, se calmó un poco. Era menuda, preciosa y vestía como las chicas lolita de las que hablaban de vez en cuando Suja y Owen. Iba de negro y tenía un aspecto muy elegante. Era como una muñeca.
- Joder, macho - se quejó.
Azrael, a pesar de los eventos había sonreído de medio lado al verla reaccionar así -. Hola, Prim - le ofreció una sonrisa apagada, acordándose una vez más de lo que había hecho. La miró con tristeza.
La chica asintió levemente.
- buenas noches hermano, cazadora - saludó -. Os guiaré a casa por caminos seguros.
- Buenas noches - sonrió la cazadora al mirarla con más detenimiento -. Te lo agradezco.
- ¿Nos dejan ir? - preguntó intrigado, acercándose a Prim sin importarle dejar a la cazadora detrás.
- Nuestro Señor os espera - anunció, comenzando a caminar.
- Uff, bien. Espero que le guste hablar - contestó Vyr antes de callarse y analizar el sitio por dónde los llevaba hasta su destino, por si los atacaban por el camino y para poder memorizarlo.La chica no dijo nada, tampoco dirigió palabra alguna al vampiro, aunque lo analizó con la mirada, en silencio. De vez en cuando Azrael se frotaba un poco el lado de la cabeza, tras la oreja, como si le molestase o le doliese un poco, pero hasta que llegaron a su nueva casa, no dijo nada y Vyr sólo lo miró con una ceja alzada.
- Espero no arrepentirme de no haber puesto seguridad mágica en esas casas abandonadas...- comentó la cazadora.
La joven les guió hasta una elegante casa que la cazadora estaba bastante segura de que era nueva, aunque yacía en el mismo lugar que la base principal del nido anterior. Prim caminó hasta la puerta y abrió esperando a que la siguieran. Azra entró sin dudarlo aunque se quedó mirando a su amiga.
- Vamos.
Vyr le miró aún indecisa pero cuando se detuvo para inspirar profundamente y volvió a abrir los ojos, parecía otra persona. Más convencida y más calmada, controlando sus pulsaciones. Literalmente. Era una bruta.
La casa tenía paredes blancas, pinturas y otros decorados de lujo adornaban los corredores. No vieron a nadie, aunque estaba claro que la casa estaba llena de vampiros.
- Es...muy bonita - comentó, admirada, dando vueltas incluso sobre sí misma para verlo todo bien -. Hala.
- Muchas gracias - la chica sonrió levemente -. Por aquí por favor - pidió, guiándoles escaleras abajo.
- Aún faltan unas horas para que amanezca. ¿De verdad tenemos que bajar? - preguntó, totalmente seria.
- Seguro que va bien - intentó calmarla el joven vampiro.
- Tú calla, que esto es culpa tuya - le chistó Vyr, haciendo que Azrael se encogiese.
- Nuestro Señor no os hará daño si no le dais motivos - se dirigió a la cazadora, luego miró al joven, dando a entender que él no saldría demasiado favorecido. El aludido tragó, nervioso.- No le hagamos esperar - respondió ella.
La chica los guió escaleras abajo, donde el nivel de elegancia se mantuvo a pesar de la falta de ventanas.
Vyr aprovechó para hacerse una coleta alta bien apretada y una trenza para tener el pelo bien agarrado, después se revisó las botas con la mirada, los pantalones ajustados, la camiseta y la chupa de cuero. No quería confesarlo pero necesitaba distraerse con algo por que no sabía lo que le esperaba.
Se detuvieron frente una puerta de madera, la chica les miro para cerciorarse de que estaban listos. Vyr asintió después de crujirse las vértebras un poco y Azrael trató de quedarse por detrás.
La habitación era un despacho lleno de libros, una alfombra con un decorado persa cubría casi todo el suelo de la amplia oficina. Al fondo, junto a la chimenea había un cómodo diván donde dos figuras estaban sentadas, mirando el fuego tranquilamente.
- Buenas noches mi Señor, Señora - saludó la chica -. Azrael y la cazadora están aquí.
- Gracias Prim - contestó una voz masculina con calma -. Puedes retirarte.
La chica asintió y salió de la habitación cerrando la puerta tras ella.
- Gracias por dejarme visitar vuestro nido en términos pacíficos - saludó Vyr -. Espero no llegar en mal momento...¿He de suponer que estáis enterados al respecto del tema que nos atañe?- Si. - La figura se levantó y lo primero que Vyr vio fue la melena roja que cayó tras la espalda del hombre alto que se giró con elegancia y la miró con curiosidad. Vestía un traje negro elegante, que en contraste con la habitación donde estaban, era muy moderno -. Bienvenida a mi humilde hogar. - Le dedico una reverencia pronunciada -. Mi nombre es Balthazar, es un placer conocer a la cazadora de Nightdale.
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NIGHTDALE
Teen Fiction.: LABERINTO:. Suja, Owen, Vyr y Azra son cuatro amigos que viven en un pueblo bastante grande, pero no lo suficiente como para que pase algo siniestro sin que nadie se entere. La adolescencia y las fuerzas oscuras del mal no suelen ser una mezcla b...