48. Celos

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- ¿Ha venido otro nido? - Vincent preguntó, preocupado.

- No, no precisamente pero...lo estamos investigando todos los que podemos dedicarle algo de tiempo - se encogió de hombros -. ¿Podréis decirle a vuestro...er...jefe que me pasaré este fin de semana? Para que nadie se asuste. Igual llevo compañía, aunque eso aún no lo sé.

- ¿Compañía? Suena un poco insensato por tu parte - azuzó Azra.


- No es que...es una compañía especial - La Cazadora se puso un poco colorada y ellos que eran vampiros, notaron en seguida la ola de calor que emitía su cuerpo.

- No sé si es sabio llevar a más gente sin embargo, si vas sólo tú, nos sentiremos más seguros - murmuró el rubio -. Le daré el mensaje al Maestro y enviará su respuesta pronto. ¿Dónde podemos contactar contigo?

- Vale, iré yo sola para que me comáis entera - bufó -. ¿Tienes móvil?


- Sí - contestó -. Y cazadora, por favor. Nuestro Maestro no incumpliría su palabra. No está aquí para hacer daño.

- Desde luego no parece como el resto y quiero creérmelo, te lo aseguro - sonrió con una amenaza grabada en sus ojos de miel -. Pero me han hecho ya demasiadas mierdas como para relajarme cerca de vosotros. No te lo tomes a mal, no es personal.

- No me lo tomo mal, comprendo tu posición y el Maestro también - añadió -. ¿Cuál es tu número? - preguntó.


- Al final me tendré que hacer uno nuevo para el trabajo...- suspiró y sacó una de las tarjetas que se acababa de mandar hacer. Un rectángulo negro del cual la luz no parecía reflejar, con los bordes plateados y un número en relieve por detrás con el mismo tono de negro. Había que tener bastante buena vista, casi sobrenatural, para percibirlo así que quizá estuviesen imbuidas en algún hechizo menor -. Toma, para ti.

- Gracias - sonrió, guardando la tarjeta en su billetera -. Se la entregaré al Maestro al volver a casa.

- Bueno yo me voy a...


- ¿Y Suja y Owen? ¿Cómo es que no están contigo? - preguntó por fin Azrael -. Los echo de menos - según le había preguntado, había percibido el cambio en la cara de Vyr y el aumento del ritmo cardíaco -. ¿Eh?

- Se han ido de luna de miel a Moscú - contestó Vyr, alzando las cejas.

- No, venga...en serio...te va el corazón a mil por hora. Huelo el pánico en tu piel.

- Hum...- la chica se lo pensó unos instantes antes de devolverle la mirada -. Está bien, no debería ocultártelo sólo por haber sido un capullo malnacido con mala suerte - respondió de pronto con saña -. Owen está en el hospital y Suja viene y va para visitarlo.- Azrael se quedó quieto en el sitio. No podía estar más pálido por que para él era físicamente imposible.

- En el hospital...¿Es grave?


- Sí y aún es más, te prohíbo ir a verlo hasta que no te controles a la perfección - contestó con una sonrisa mientras le apretaba con demasiada fuerza el hombro. Hasta él se quejó del dolor, captando la indirecta -. Prohibido, ¿vale? Necesita descansar.

- Augh...vale...dile que espero que se cure pronto - deseó, deprimido de nuevo.- Y con todo este teatro, mejor me voy que el pavo con el que he quedado no aparece por ningún lado - rumió, diciendo una palabrota demasiado larga y elaborada -. Adiós Vincent, adiós pajarillo. Ya hablaremos con más calma en otro momento. Portaos bien.


El rubio la miró marcharse, con curiosidad.

- Hasta donde yo sé, ya se ha acostado antes con vampiros - le susurró el joven -. Suele tener ligues de una noche con bastante frecuencia...si te interesa - bromeó, no muy seguro de que él mismo pensase que fuese broma.

- Gracias, pero esa relación es algo que no arriesgaría - sonrió -. ¿Pedimos algo para tomar? - preguntó, mirando el bar.

NIGHTDALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora