Orrark se entretuvo apilando platos para ponerse a lavarlos en el fregadero. Se puso los guantes y comenzó con la faena mientras dejaba unas vistas traseras ajustadas en unos pantalones grises elegantes con un bolsillo en cada cachete.
- Espero que no haya supuesto una molestia la repentina intromisión de mi hija - comentó, preocupado. Dita aprovechó que no la miraba para analizar bien la figura que tenía delante.
- Vyr es una joven muy enérgica, pero no, no me ha molestado. En absoluto - contestó, encantada.
- Tiene mucha pasión dentro y es una muchacha muy cariñosa, pero estos últimos dos años parece que se está volviendo salvaje - suspiró -. Creo que eres la primera cita que me sale bien - añadió, girándose un momento para pillarla mirando justo antes de volverse para seguir limpiando.
- ¿Las demás chicas no pudieron con su energía? - preguntó, entretenida con aquella historia.- Las espantaba a todas y cada una, así que me rendí y acabé casi casándome con mi trabajo - rió y su espalda quedó un poco más ajustada al chaleco con aquel gesto.
- ¿No te sientes solo...? - preguntó, un poco más seria.
- Bastante, no te voy a mentir. El trabajo es duro y no tener con quien compartir mi tiempo libre lo hace peor - contestó, aclarando la vajilla para colocarla a escurrir y quitarse los guantes -. Antes era llevadero, tenía incluso fines de semana para ver películas con mi hija pero...no sé, se hacen mayores y no siento que esté haciendo nada bien ahora mismo - suspiró, girándose -. ¡Madre mía! Con lo bien que iba la noche y yo aquí quejándome sin control, perdona. - Ella se acercó y le tocó el brazo para apretarlo suavemente.
- Tal vez pueda ayudarte a salir de la aburrida rutina - susurró con una sonrisa bastante sincera. El hombre iba cambiando de tonos de rojo con una habilidad y velocidad pasmosas. Era divertido.
- No te ofendas, me gustas tantísimo que esto parece un sueño...n-normalmente cuando las cosas van rápido me vuelvo patoso y...y....y...a quién quiero engañar, me encantaría que rompas mi rutina, me caes bien. Me gustas - suspiró, nervioso -. ¡Pero soy muy torpe! - insistió, quitándose los guantes del todo y tirándolos con furia contra la encimera. Dita rió bajito y se acercó un poco más, despacio, tanteando el terreno.
- Si crees que vamos demasiado rápido...
- Mnnnggg...- gimoteó, reprimiendo algo y no sabiendo si debería soltarlo o no -. ¿Te asustarías tú si fuésemos rápido? ¿Pensarías que soy un cerdo? Lo pregunto en serio. Hace tantísimo tiempo que no tengo una cita que no se si podría tomar más cafés en el bar con tanta tranquilidad... - dijo, clavando en ella aquellos ojos verdes que brillaban con la incertidumbre y deseo palpables.
Ella le sonrió y se acercó un poco más.
- Hay pocas cosas que me asusten - dijo, sus ojos pardos se posaron unos segundos en sus labios, para luego subir y hacerle frente. A pesar de la patosidad declarada, Raku le devolvió una mirada atrevida.
- Me gustan las mujeres como tú...- susurró, pasando sus manos por aquella cintura, acariciando con sus dedos hacia arriba y después descendiendo hasta casi llegar al trasero. Una cosa era segura, seguía igual de ruborizado -. Y he visto muy pocas como tú...
Ella le sonrió halagada y acortó la distancia con un beso lento, como si intentase no asustarlo. Él respondió con cierta timidez, pero sólo tuvo que darse cuenta de lo mucho que lo había echado de menos para agarrar a Dita de la cintura y subirla al mueble de la cocina sin esfuerzo alguno, sin romper el contacto.
- Me he dejado llevar...¿está bien así? - Ella lo miró sorprendida unos segundos, luego sonrió más que satisfecha mientras llevaba sus brazos alrededor del cuello.
- ... Señor Balik... - le picó, mirándolo con fingido reproche. Dicho señor Balik estaba intentando concentrarse en besarla, en retomar las cosas que sabía hacer, a cada beso con un poco más de soltura. SUs manos se animaban a cada minuto que pasaba. Acarició con hambre las piernas, subiendo poco a poco aquel vestido negro mientras le daba diminutos masajes, excitado con su suavidad.
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NIGHTDALE
Teen Fiction.: LABERINTO:. Suja, Owen, Vyr y Azra son cuatro amigos que viven en un pueblo bastante grande, pero no lo suficiente como para que pase algo siniestro sin que nadie se entere. La adolescencia y las fuerzas oscuras del mal no suelen ser una mezcla b...