1.Intro

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Sujamí cantaba por milésima vez una canción que había encontrado la tarde anterior. Era tan mala, ridícula y tonta. Le encantaba. Owen y ella se habían aprendido la letra y ahora, el pobre Azrael lo sufría durante el descanso de los quince minutos. Almorzaban siempre juntos. Eran un grupito bastante singular aunque aún no estaba al completo.

- Ya está tardando Vyr – murmuró la joven de pelo revuelto tras limpiarse una lagrimita tras otra ronda de "Seagulls".

- ¡Yeh! - saludó la aludida con un grito, apareciendo por detrás de ellos. Le dio una palmada en la espalda a Azrael, saltándole las gafas del sitio y a Owen también, aunque en su caso casi se le habían saltado los ojos -. Joer, que espalda más dura, niño.

- ¿Qué tal en el club del mal? – preguntó Suja, mirándola con curiosidad mientras mordía su manzana.

- Down to the bitch I'm strollin'...- cantó Vyr, sentándose a la mesa con su bandeja de comida, cambiando la letra de la canción -. A ver cuándo cambiáis, que empieza a rallar la cancioncita. Y mal. Me han echado - hinchó de repente los mofletes, removiendo su pudding de color sospechoso.


- Ufff menos mal - rió Suja -. Las animadoras son de lo peor.

- Son unas hipócritas - añadió Azrael, saliendo de su usual mutismo y vergüenza -. Te mereces un sitio mejor que ese.

- Estoy con Suja y Azra, menos mal...- intervino Owen mientras comía por encima de sus posibilidades. La aludida sonreía ampliamente. 

- ¡Pero me gusta demasiado! Y el Director me ha dicho que tengo que meterme en algún club, ¿Qué voy a hacer ahora? Necesito moverme - se quejó, comenzando a comer.

- Busca trabajo - susurró Azra, escondiéndose detrás de un libro -. Así no te dará mal con las actividades extraescolares...

- ¿Y no te interesa ninguna otra actividad? - preguntó Suja -. ¿Y el karate?


- Uhg, no sé. Me lo pensaré...quizá me venga bien dar un buen par de patadas - sonrió -. ¡Puede que vaya a probar!

- ¡Yaaii! Si no, siempre puedes unirte a la orquesta, nos hace falta un violinista - continuó la chica.

- ¿Y qué hago con el violín? ¿Me lo pongo de peineta? Esas cosas no se me dan bien - contestó la morena, arrugando el morro. El sonido de la campana les avisó que era hora continuar con la otra mitad de las clases. Ni le había dado tiempo a Vyr a almorzar debidamente.

- ¡Yujú, química! – celebró Suja, levantándose... aunque tampoco había gran diferencia si estaba sentada o de pie, seguía siendo la más baja de todos.


- Nnooooo...- gimoteó -. Se me da muy mal la química...y las matemáticas...y....- Azra le dio unas palmaditas en el hombro a Vyr como premio de consolación.

- Tranquila, puedo echarte una mano - sonrió de medio lado, compadeciéndose de ella. Todos sabían que lo que mejor se le daba era el deporte, en lo demás era un desastre por que ni si quiera se esforzaba. En realidad tenía cabeza para cosas complicadas pero le daban dolores de cabeza muy pronto.

Llegaron hasta el salón y vieron de lejos a Rose, la chica más popular del instituto. Seguía con su uniforme de animadora puesto y hablaba por los codos con su grupo de amigas o minions malignos.


- Dicen que murió... – continuó.

- ¿Qué dices? – preguntó una rubia junto a ella.

- Te lo juro, se lo he escuchado al director – les aseguró.

- Oye, no está bien inventarse ese tipo de cosas. Son temas muy serios – le reclamó Sujamí con una cara de disgusto y Rose puso los ojos en blanco como respuesta.

- ¿Habéis escuchado algo? – preguntó sarcástica -. Juraría que era el volar de una mosca.

- Dont.fall.asleep – murmuró la más pequeña, haciendo referencia a la canción de antes, mirando con odio a la animadora, como si prometiese ir a acecharla mientras dormía para hacerle algo malo, como pintarle un bigote con rotulador permanente. Ése sí que sería un plan brutal.

Vyr sonrió disimuladamente, pasando de largo para luego susurrar un 'Ojalá machacarle la cabeza' que sólo llegó a Azra y quien puso una cara rara ante tal agresividad.

Una vez dentro del aula, todos fueron a sus respectivos pupitres. El momento en el que esperaban que entrase el profesor, lo hizo alguien que no conocían.


Era una mujer de no más de treinta años, con pantalones ajustados negros, tacones del mismo color y una blusa blanca de botones de los cuales los primeros estaban desabrochados para mostrar escote. Su cabello era negro, perfectamente liso a la altura de su cuello. Su piel canela por poco parecía brillar con la luz del sol que entraba por la ventana. Ella les sonrió tras sus gafas. Aquellos ojos pardos examinaron al grupo que se había quedado, en su mayoría, con la boca abierta.

Algunos de los que había pillado desprevenidos, como Azrael, se quedaron sin aire y el mismo Azra tuvo que echar mano de su inhalador azul por el susto. Vyr, ahora con su pelo negro denso y un poco ondulado recogido en una coleta alta, le hizo una suave caricia en la espalda mientras le susurraba algo que hizo que se ahogase aún más en vez de calmarlo.

La mujer elegante se giró para darles la espalda y comenzó a escribir su nombre en la pizarra. "Dita Sabah Neferet". Se había vuelto a girar y los miraba a todos con ojos inquisitivos, seria y con las manos cruzadas.


- Buenos días, soy la profesora Neferet y de hoy en adelante seré vuestra nueva maestra de química – anunció -. Desgraciadamente el profesor Spore tuvo un accidente y no está más con nosotros – dio media vuelta para poner la tiza en su escritorio y limpió sus manos de manicura oscura perfecta mientras les miraba con calma.

- ¿Y-ya no está? - preguntó Azrael, afectado antes de quedarse callado, mirando su libro.


- Al final parece que la animadora de las narices tenía razón - rumió Owen, con el ceño fruncido. La profesora se limitó a omitir cualquier información que pudiese conocer y abrió el libro.

- Según las notas del profesor Spore, os habíais quedado en el capítulo nueve – ojeó un instante las páginas, con bastante poco interés -. ¿Tenéis alguna pregunta que no involucre la muerte de vuestro antiguo profesor?

Suja levantó la mano.


- Dime - murmuró la profesora.


- ¿De verdad es una profesora? – preguntó la chica con naturalidad pero los ojos brillantes de curiosidad. La nueva maestra levantó la mirada y se la devolvió con la misma intensidad . Rose comenzó a reír y el resto de la clase la imitó.

- Tenía que ser la tonta de la enana – se burló.

- ¡Eh! ¡No te metas con Suja! - se quejó Owen, muy ofendido.

- Ohh... ¿Vas a proteger a tu novia ahora, rarito? – se burló con una pequeña y terrible sonrisa y Suja fulminó a la animadora con la mirada cargada de odio.


- ¡Señorita Rose! – exclamó la profesora de pronto con una voz que hizo callar a todo el mundo -. Esto no es un jardín de infancia, así que conténgase – anunció, pasando la página del libro de texto con calma -. ¿O quiere que le busque un libro de pintar y ceras de colores?

Sujamí parpadeó casi más sorprendida que la misma Rose, quien se sonrojó y bajó la mirada, luego rió y miró con adoración a la profesora nueva. Cualquiera que le diese un porrazo a Rose se merecía un trofeo.

- Capítulo nueve – repitió la profesora.

Owen se había unido de mientras al mutismo de Azrael. Encima le quemaban las orejas de la vergüenza.


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Bienvenidos a Nightdale.

Lady_Zadril.

**Recomendación del día: Escuchar las loquísimas canciones de BAD LIP READING**

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