42. Hocico de lobo

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La joven se tragó la cara de dolor y comenzó a susurrar bajito -. Twenty nights in the ice is a long tiiiimeeee, when there's hostiles on the hills...- Owen, que estaba incorporado gracias a unos cojines, cerró un poquito los ojos y sonrió al escucharla para intentar añadir algo de letra, aunque su garganta aún estuviese entumecida. Según Suja se acercaba, empezó a ver una bufanda blanca rodeando el cuello del joven.

- Its not abaut guat dei guant, yu just gora wok yo waak...gracias...ahora no podré quitarme la mierda de canción de la cabeza...

- Culpable - canturreó la chica, asomándose tras la cortina -. ¿Puedo darte mal? - preguntó.


- Sí, por favor - gimoteó con aquella voz rota y una sonrisa adorable.

- Pues para empezar, me parece fatal que tengas permiso de no ir al insti y yo no - comenzó con voz dramática. Imitando el gesto como si riese, Owen sonrió un poco más y le indicó con una mano que se acercase a la cama. Suja se sentó de golpe tras dejar tirada su mochila por ahí, con ímpetu.

- Segundo - le pasó la cajita con la etiqueta de la tienda de dulces -. ¡TA DAM! Regalos p'al pocho - Owen la miró con una sonrisa y le acarició la mano en señal de agradecimiento.


- Espero que el médico no se enfade demasiado si como un poco - contestó en voz muy baja.

- No tiene porqué enterarse - le guiñó un ojo -. Iba a traerte porno, pero Vyr se puso muy estricta. - A pesar de ponerse un poco pálido, rió de nuevo de aquella forma silenciosa y rara.

- Ya me dejarás algunos tomos otro día...

- Oye, sabes, ayer estaba viendo este vídeo tan tonto, espera te lo pongo. - Se tiró a su lado, sacando el móvil para enseñarle de lo que hablaba antes de que perdiese todo el color. Owen pegó su cabeza a la suya para ver mejor el vídeo y le pasó el brazo izquierdo sobre los hombros, intentando relajarse un poco con su presencia. Suja era tan buena cambiando de tema y haciendo olvidar, que no podía pedir mejor compañía.

Fuera de la habitación, el padre del paciente se había vuelto a sentar, esperando su turno para entrar. Se escuchó una puerta al fondo del pasillo y Vyr se asomó para ver cómo Matras salía del baño, yendo derecho a la habitación, así que le cortó el paso. No era plan de que interrumpiese un momento importante. Entre una de sus últimas sospechas, había estado preguntándose si los temas sobrenaturales le habían afectado al corazón más de lo debido.

- Ey, pensaba que os había dicho por chat una hora para venir de visita, ¿me equivoco? - alzó una ceja, cruzándose de brazos.- Matras la miró casi con la nariz arrugada.


- ¿De verdad quieres que pase todo el día lejos de Owen después de lo que ha sucedido? - rumió -. Puede que no lo conozca desde hace años, pero también estoy preocupado.

- Lo sé, lo sé...- sonrió mirándolo con cariño y le puso una mano en el hombro con suavidad -. Y te dejaré pasar, pero ahora está ocupado...esta mañana se lo he contado a Suja y está de visita.- Sí. Los dos parecen unos raritos con gustos similares. Es natural que pase ella incluso antes que yo - se encogió de hombros -. Y seguramente necesite distracciones...


Vyr lo sujetó de la mano un instante para llevárselo al sofá, lejos de Kwang -. ¿Te ha contado alguien los detalles?

- No... pero por el aroma de Owen, le ha pasado algo turbio - murmuró, moviendo la pierna derecha nervioso, una vez estuvieron sentados -. No he preguntado a los padres porque dudo que sepan mucho o fuesen a darme detalles...

- Saben lo más grave, aunque no lo que lo causó - Vyr lo agarró de las manos y las miró, distraída, acariciando levemente con sus pulgares. Era agradable al tacto, reconfortante -. No creo que esté bien en un tiempo...además, tiene algo en el corazón. El muy idiota nos lo había ocultado a sus dos mejores amigas - susurró, atenta al padre que se escondió tras el periódico -. Seguro que tú lo oliste.

Matras apretó un poco sin querer al escuchar esa información -. Algo sospechaba... - la miró, preocupado -. ¿Han dicho algo los doctores?

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