37. Posesión

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[El siguiente capítulo tiene una escena censurada por trigger warning, censura que no apruebo pero aquí irá así.]

DOMINGO


Ese día se había levantado de mejor humor. La perspectiva de poder quedar con Rose el fin de semana le había levantado de buen ánimo...y también de otras formas.

El día anterior había recibido una llamada suya para quedar y los planes eran...prometedores. Película, palomitas, solos en casa de los padres de Rose, por que se habían ido todo el fin de semana a las montañas...

¿Cómo iba a quejarse? Estaba ya vestido y había esperado impaciente a que llegase la tarde para salir. Allí estaba, de camino a casa de aquella muchacha que la tenía loco y al parecer tenía planes aún más locos que bailar pegados en un bar.

Vestido con unos pantalones elegantes pero vaqueros y oscuros, iba a juego con una chaqueta larga, similar a la que había llevado al Hook, con una blusa negra y un par de botones desabrochados. Los zapatos eran elegantes y se revisó en el espejo de un coche antes de llegar y llamar.

Escuchó los pasos de los tacones de Rose y antes incluso de abrir, sintió el aroma agradable de su perfume. La muchacha abrió la puerta y lo miró con una sonrisa coqueta. Su camisa floreada cubría todo su torso y brazos, con el ligero detalle que de que era semitransparente. Owen podría ver su sujetador negro a la perfección. Llevaba unos diminutos pantalones que abrazaban su trasero con un arte endiablada.


- Bienvenido, - Sonrió -. guau, estás muy guapo.

Con una sonrisa más ancha que la de ella, la admiró de arriba a abajo.

- Habló - Se acercó para saludar con un beso -. Me encanta esa camiseta. Estás impresionante. - La joven rió suavemente y le hizo un gesto para que entrara.

- He preparado ya las palomitas - anunció, guiándolo por el pasillo tras cerrar la puerta.

- Hum, bien. Qué impaciente - sonrió, acariciando con suavidad las flores de la camiseta transparente -. Bonita casa.

Ella le miró de reojo antes de avanzar hasta la cocina -. Gracias. Aunque llevo diciéndole a mis padres que nos mudemos a un lugar más amplio - rumió.

- Oh y encima avariciosa - rió burlón -. Ni tan mal - añadió, quitándose el abrigo y dejándolo en su hombro para arremangarse. En realidad no tenía ojos para la casa, estaba demasiado ocupado.


- Soy una princesa y necesito un palacio. - Sonrió, sacando las palomitas del horno.

- Por supuesto, Majestad - susurró en su oreja antes de alejarse un poco -. ¿Qué peli es?

- Sorpresa. - Le pasó el cuenco de palomitas lleno y caminando hasta el salón, tomó el mando de la televisión, esperándolo. En la mesa de té frente al sofá, había ya cervezas listas.

- Las sorpresas no están mal - contestó, yendo detrás como un perro para sentarse a su lado, quedándose la custodia palomitera y así poder tapar otros problemas más repentinos. La rubia le dio a un botón para que comenzase la película.... y miró al chico esperando su reacción.

- No me mires a mí a no ser que sea yo la película que esperas - sonrió, comiendo con entusiasmo.


Ella se acercó despacio para quitarle la palomita con sus labios pintados de rosa pálido y lo miró con una sonrisa maliciosa antes de girarse para prestar un poco de atención.

Owen redujo el espacio un poco más para pasar el brazo por el respaldo del sofá, soltó un 'oh' interesado al ver la película que era y enterró el cuenco de palomitas un poco más. Era una mierda de película, pero no era la mejor para hacerle olvidar el calentón que tenía encima.Mientras los minutos pasaban, Rose se inclinó para apoyarse en el cuerpo del joven. De vez en cuando le daba un beso demasiado húmedo en el brazo, en el cuello... hasta que llegaron a la escena "íntima" en la película y la chica bajó su mano a la pierna de Owen, acariciando despacio sobre el pantalón. Lo dejó muertísimo.

Y como si gritase 'aleluya', dejó escapar un suspiro, quitando el cuenco de encima sin apuro ninguno por mostrar que los pantalones ya no daban de sí. Llevaba desde que había llegado así de despierto y con una molestia evidente. Acarició la mandíbula de la muchacha, besándola.Ella le contestó, dejando escapar ruidos sensuales antes de separarse lo necesario para subir su pierna sobre las de él y sentarse encima.

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