- No habrá mucho que robar, así que mantén tus manos ocupadas - se mofó Vyr, sonriéndole para después sacar la lengua.
- Mantener mis manos ocupadas puede traernos problemas - contestó con malicia.
- Espérate un rato para eso. - Le hizo la burla rápidamente mientras llamaba a la puerta, esperando. No hubo respuesta, Abel miraba a su alrededor con desconfianza.
- Este lugar no me gusta....
- Tranquiiiiilo. Espera un poco - le recomendó y retrocedió un par de pasos, echando un vistazo a unas ventanas desde lejos antes de volver a llamar.
- ¡Perdón por haceros esperar! - La voz se escuchó tras ellos. Usagi venía corriendo entre los árboles con las cajas en sus manos.
- Ah, ahí estás - Vyr fue a por ella para al menos quitarle algo de peso en esos momentos ya que no habían podido llevarlas -. Siento haberte hecho cargar con esto.
- No pasa nada, no pesa - Sonrió un poco -. Espero no haberos hecho esperar demasiado - dijo, acercándose a la puerta.
- Nah, nos hemos tomado nuestro tiempo en venir, tranquila - Vyr sonrió y le dio una palmada en el estómago al cazador para que dejara de poner una de sus caras de sospecha -. ¿Seguro que aquí podrás contarme con calma lo que querías? - preguntó, intrigada.
La bruja asintió, entró y cerró detrás de ellos. La cazadora fue la primera en hacerse paso y lo hizo con una mano en la chupa de cuero de Abel, por si de repente decidía escapar.
La casa estaba en muy mal estado pero la sala a la que les guió la bruja, parecía estar limpia y ordenada. Había un sofá viejo cubierto por mantas, en el suelo había una torre de libros y la chimenea frente al sofá parecía haber sido usada recientemente. Unas velas se habían derretido en un cajón de madera al lado del sofá. Sólo había un par de flores en un jarrón, cerca del mueble y una lámpara de energía solar.
- Espero que no os importe - murmuró un tanto avergonzada -. De momento me refugio en este sitio... bueno...me refugiaba aquí antes de que Dita me ofreciera su casa - añadió en voz baja.
- Dime la verdad, ¿quién es Dita? - soltó la cazadora tras mirar cómo había decorado para hacerlo todo más hogareño -. Está en todos lados y de repente te ofrece dormir en su casa así porque sí...
- Es una buena persona. - Trató de defenderla con paciencia -. Me ha ofrecido ayuda al descubrir que no tengo un sitio seguro en el que quedarme.- Se acercó al sofá para sacudir con la mano una mota de polvo -. Podéis sentaros si queréis.
Aunque Vyr de repente tenía cara de no creerse aquella información, aceptó su oferta y se cruzó de piernas.
- Más vale que lo sea o destrozará a mi padre justo como no quiero que haga - dijo con seriedad antes de volver a mirarla -. En fin. Soy toda oídos.
Sin comprender del todo a qué se refería, Usagi miró a Abel, quien se sentó en silencio, hombro con hombro, confortándola con su calor.
- Verás, en la casa de Rose... el día que pasó la desgracia, pude llegar antes de que ocurriera algo peor - comenzó -. Pero no es la primera vez que me cruzo con ese demonio.
- ¿No ha sido la primera? ¿Y entonces dónde te topaste con ese bicho? - dijo extrañada, adoptando disimuladamente otra pose para estar más cerca del cazador.
- La hermana Simariel... quien la asesinó... - murmuró bajando la mirada, que se volvió dura de pronto -. Fue el mismo que atacó a tu amigo.
- Sí, eso nos lo imaginábamos mi Cuidador y yo. Por lo menos ahora podemos confirmarlo. Mejor uno suelto que dos distintos - resopló, como si la información no le afectase tanto.
- Hay algo más... - añadió Usagi al escucharla.
- ¿Algo más? Hoy es el día de las intrigas. Cuéntame - contestó, un poco más seria.
- El aura de ese demonio no era la que sentí hoy en la casa de Rose. - Apretó sus manos un tanto nerviosa -. Es de alguien más...
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NIGHTDALE
Teen Fiction.: LABERINTO:. Suja, Owen, Vyr y Azra son cuatro amigos que viven en un pueblo bastante grande, pero no lo suficiente como para que pase algo siniestro sin que nadie se entere. La adolescencia y las fuerzas oscuras del mal no suelen ser una mezcla b...