43. Dulce

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Matras le miró con los ojos brillantes, un sonrojo se asomó a sus mejillas -. Claro que sí... - murmuró -. ¿Cómo te encuentras?

Owen se palpó un poco la bufanda y después puso un pulgar hacia arriba con una sonrisa de suficiencia.

- Deberías dejar de hablar hasta que se te baje la inflamación, ceporro - añadió desde su asiento la cazadora.

- No quiero...aburrir a mis visitas - sonrió el memo.

- No seas bobo, tienes que descansar - se quejó Suja. Matras reparó en ella de nuevo y la miró mal por un par de segundos antes de girarse de nuevo al joven.


- ¿Necesitas algo? Puedo conseguirlo, lo que sea - ofreció, amable.

- A-agua - asintió, señalando la mesa en la pared de en frente, cerca de Vyr.

- Me alegra verte tan mandón - contestó la susodicha -. Ojalá te recuperes pronto. Tengo que contarte que he avanzado un poquito el primer Drakon Mace - sonrió al ver la cara de sorpresa de su amigo. Matras obedeció rápidamente y le dio el vaso a la mitad, acercándolo con cuidado. Suja observaba todo con evidente curiosidad.

- Aunque ahora me gustaría mucho ponerle al elfo rubio el pelo moreno y ojos grises...- comentó, mirando al grupo con una sonrisilla.

- Te...pondré...mods - contestó Owen, aceptando el vaso pero sin llegar a cogerlo del todo, por lo que el lobo también tuvo que ayudarlo a beber mientras Owen se agarraba a su muñeca.Sujamí se levantó de la cama - ¿..-ónde vas? - logró preguntar el paciente -. Tenemos que co-mernos los dulces. Lo bueno se comparte - anunció solemne y echando de menos el calor de su amiga que acababa de alejarse. Se cubrió un poco con la sábana, con frío -. Matras, también puedes comer.

- Ah... no, gracias, mejor... mejor disfrútalos tú - sonrió débilmente.

Como Suja pasó a atacar los donuts sin piedad, Vyr se levantó para robar uno que se comió en dos bocados voraces pero cogió otro para sentarse donde estaba Suja antes y poder darle el dulce a pellizcos al paciente.

- Abre la boquita, aaahhh. Que viene el avión - sonrió al ver cómo el enfermo fruncía el ceño, molesto, pero comiendo igualmente.

Owen seguía teniendo curiosidad por los motivos reales que habían llevado al lobo allí, así como que lo miraba de vez en cuando mientras intentaba comer sin atragantarse. Llegó el punto en que lo miró demasiado fijamente, entre embobado y cansado. La cazadora ni si quiera le dio importancia.

El lobo, que estaba sentado en un sillón, le sostenía la mirada, ignorando el calor que subía por sus mejillas hasta las orejas. Sin tener muy claro por qué, al final Owen bajó la mirada con las mejillas rojas, recuperando un color mucho más sano desde hacía horas.


- Está muy bueno...pero no puedo más - se quejó, tocando los esparadrapos de los arañazos y temblando un poco, tras lo que Vyr le echó una chaqueta gruesa a los hombros -. Gracias.

La puerta se abrió suavemente y se cerró, dejando paso a Kwang. Su figura alta y elegante vestida de negro, contrastaba con el Hospital entero. Casi parecía alguien famoso...y de luto.

- ¿Todo bien? ...Owen...- suspiró, viendo que ya había comido dulces -. Bueno, no te han prohibido comer nada, así que supongo que está bien - saludó, dándole una suave palmada a Matras en la espalda -. No podemos quedarnos todos, así que si tenéis algo pendiente, es mejor dejarlo para mañana y que descanse por hoy.

- "Aboji"....- se quejó el aludido en un idioma que sólo entendió el padre.


- Descansa, maldito cabezota - contestó un poco enfadado, yendo a su lado en lugar de Vyr para revisarlo y darle dos besos antes de restregarle un pañuelo en la comisura de la boca para limpiarlo.

- Bueno, ya nos vamos - Suja se limpió las manos en otra servilleta -. Te haré copias de los apuntes de clase - se ofreció mientras Matras miraba aquella escena, indeciso.

- Míralo, qué morro - Vyr, que estaba dando un rodeo para salir, le dio un leve empujón con el codo a Matras, animándolo. El joven abrió la boca y la cerró de nuevo.

- E-estaré afuera - murmuró.

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