Aún no tenía demasiado claro si habían tenido muy buena suerte o todo lo contrario. De todos modos, era algo de lo que se irían percatando después por que la cazadora de Nightdale, no sólo no cumplía con su deber si no que tenía conocidos y amigos dentro de un bar horrible de nombre aún más deplorable.
La Sanguijuela Borracha se caracterizaba por ser un antro para seres sobrenaturales lo suficientemente desgastados o aburridos como para pasar por allí y echar un rato al lado de una buena jarra de cualquiera que fuese su contenido.
Se habían dividido entre dos mesas. Los hombres lobo más corpulentos estaban sentados con Vyr y Suja un poco más allá, pero alerta a todo lo que decían...mientras que Owen estaba en otra mesa distinta a dos metros de distancia. Al principio había apoyado la cabeza en la columna y al final, la mesa había ganado la guerra para hacerle de almohada. A escondidas, había sacado algo de su chaqueta para llevárselo a la boca. Por lo menos el corazón ya no le iba desbocado.
- No entiendo cómo funciona Nightdale - dijo el moreno.
- ¿Leo has dicho que te llamabas, no? - sonrió al ver que asentía -. Verás, que aquí haya criaturas sobrenaturales no significa que muchas de ellas deban morir o se merezcan la muerte. Si cometes un delito, te parto la mandíbula o acabo con tu vida, esto va así - explicó.
- Hace rondas casi todas las noches - informó Suja con una sonrisa y el dedo pulgar hacia arriba. Al parecer al lobo rubio le hacía gracia que aun siendo totalmente humana y normal, siguiese tan animada como antes.
- Así que haces rondas para controlar...¿que no se cometan delitos? - preguntó Leo.
- Así es y normalmente sólo os veréis en problemas si os metéis con humanos. Los vampiros que había antes aquí ya no están por que les gustaba demasiado el sabor de éstos - Vyr alzó una ceja y pidió con un gesto al camarero que les trajese bebida.
- ¿Qué tenemos que hacer para quedarnos? - preguntó Ans, intrigado y dejando de mirar un instante a Suja.
- ¿Para quedaros? - Vyr parecía que acababa de escuchar algún chiste -. Tener un techo bajo el que vivir, quizá un trabajo...a mi qué me cuentas. Mientras no vayáis por ahí meándoos en las farolas...
Leo bufó, astiado.
- No somos perros, ¿vale?
La charla continuaba, más bien lenta que rápida mientras el tercero de los lobos volvía de la barra con su propia bebida. Dos vasos de agua. Uno para él, otro para el joven del corazón desbocado. Aunque parecía haberse calmado, seguía teniendo la cara deshecha por el malgasto de energía.
Owen levantó un poco la vista para ver cómo se sentaba a su lado y le dejaba el agua al alcance. Lo que no se vio venir es que él también apoyó la mejilla en la mesa, para devolverle la mirada. Era de un violeta extraño, podía decir que incluso bonito y por más que quería levantar la cabeza y apartar la mirada, no era capaz.
- ¿Estás bien? - preguntó el joven lobo. Por su cara, parecía preocupado de verdad pero ya no tenía nada claro después de haberse tomado la pastilla. Tenía ganas de ir a casa y dormir. Hacía tanto que no le pasaba algo así fuera de casa... Le había dado tal ataque de ansiedad que sólo había logrado empeorar las cosas para él.
Notó una mano cálida en el brazo y cerró un poco los ojos antes de incorporarse poco a poco, sujetar su vaso y beber recostado contra la esquina que hacían la pared y el banco.
- Yo soy Matras, ¿Y tú? - preguntó con una sonrisilla bastante inocente.
- Owen...- respondió y alzó una ceja cuando escuchó su nombre repetido en labios de aquel chaval. Era un tío muy raro pero al menos no parecía peligroso como los otros. Giró un poco su cabeza para verlos charlar.
- ¿Así que no tenemos que aportar nada? ¿Sólo buscarnos la vida? - preguntaba Leo, con la mosca detrás de la oreja.
- Bueno, no espero que os quedéis sin más, puede que os pida algún favor que otro. Pero seguro que podréis con ello, os lo prometo - sonrió Vyr, tragándose la cerveza como si fuese agua. Una gota se deslizó por su barbilla hasta su cuello y escote y el hombre lobo con problemas hormonales tuvo que contenerse -. Espero que controles a este salvaje o tendré que hacerlo yo - amenazó con una voz tan sensual que hasta Suja lo encontró interesante y Leo carraspeó.
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NIGHTDALE
Teen Fiction.: LABERINTO:. Suja, Owen, Vyr y Azra son cuatro amigos que viven en un pueblo bastante grande, pero no lo suficiente como para que pase algo siniestro sin que nadie se entere. La adolescencia y las fuerzas oscuras del mal no suelen ser una mezcla b...