<<<ESCENA EXTRA. Esta escena contiene material +18 entre Abel y Vyr. Si no quieres leerlo, sáltatelo y espera a la parte 35, gracias >>>
- ¿Eh? - la cazadora se quedó a cuadros, parpadeando de más -. ¿Por qué?
- Te he traído hasta aquí para hablar en privado - murmuró -. Lo menos que puedo hacer es llevarte a casa.
- ¿Tan pronto? ¿Y ya está? Aunque viendo las botellas que ya has vaciado...no me atrevo a pedirte una - bufó -. ¿No quieres hablar de nada más? - la chica puso los brazos en jarras sobre sus caderas -. ¿O te da cosa tenerme aquí?
- No quiero hablar más... - murmuró -. No quiero hablar...Vyr dio el paso que faltaba para tenerlo más cerca. Tal y como estaba, se deshizo la trenza con un gesto y se soltó la melena densa, negra y ondulada para que le dejase de doler la cabeza. Aunque eso igual era de pensar tan fuerte si estaba haciendo mal o no.
- Pues...¿no hables? - propuso antes de soltarle un beso rápido en la comisura de los labios. Abel la miró con los ojos vidriosos en silencio, quizá buscando una respuesta. Se acercó y haciéndola girar, la acorraló contra la pared, mirando sus labios.
La cazadora le devolvió la mirada, ganando confianza para sonreírle un poco y de repente, le rodeó la cintura con los brazos para tirar de él, atrayéndolo. Si lo que necesitaba era contacto, no se sentía capaz de desaprovechar la oportunidad. ¿Le hacía aquello una aprovechada? Sabía que tenía la bragueta muy suelta pero...era una tentación infernal...y era el único como ella que había visto hasta la fecha.Abel no lo pensó más y atacó sus labios sin delicadeza, buscando quizá la manera de sacar el nudo que tenía en el pecho. Con un quejido, Vyr subió una mano para agarrarlo del pelo, mordiéndole el labio mientras él la sujetaba con fuerza del trasero para levantarla y apretarla aún más contra la pared.
Emitió una risa suave y juguetona, rodeando el cuello con sus brazos y la cintura con sus piernas como si fuese una pelea. Tenía una sonrisilla maliciosa en los ojos. Aunque el cazador no sonreía, sus caricias llevaban hambre y ansia. Tras devorarla un poco contra la pared la tomó en sus brazos y se dirigió con ella a la cama, sin dejarle respirar entre besos.
- ¿Todos los cazadores tenemos fuerza sobrehumana? - preguntó como pudo al aterrizar en la cama, devolviéndole los besos con tantas ganas que se planteó si llevaba un hechizo encima.- Quién sabe... - jadeó, quitándose la camisa y lanzándola de cualquier manera a un lado.
- A ver, lo digo por no romperte...- ronroneó Vyr, quitándose la chaqueta y camiseta con escote en forma de estrella, dejando a la vista una lencería que de deporte no tenía nada y realzaba innecesariamente...todo. Sólo entonces una sonrisita se asomó en los labios del hombre. Éste bajó la cremallera de sus pantalones vaqueros y sin poder esperar más, se acercó a ella.
- No puedes romperme más... - le susurró, antes de atacar su cuello a besos.
La chica se sacó las botas con los pies pero se detuvo un momento para girarse y besarle la mejilla. Rápidamente llevó las manos a sus propios pantalones, bajando de la cinturilla elástica con relativa facilidad.
- A-ayúdame un poco - pidió, arqueándose del placer con las caricias. El cazador obedeció, tras lo que se quitó sus botas y pantalones del todo. Sólo después, se ocupó de acariciar con cuidado todo el cuerpo que tenía a su merced. Vyr notó los dedos duros por el entrenamiento, el estilo de vida que te dejaba callos hasta en el carnet de identidad y se retorció del gusto bajo su toque. Intentó poner las manos en el pecho del cazador para empujarlo y tumbarlo en la cama. Él se dejó hacer, intentando calmar sus ansias. Cayó de espaldas en la cama y esperó el siguiente paso. Vino con una sonrisilla traviesa y un movimiento de caderas con suaves pero insistentes contoneos sobre sus calzoncillos, sabiendo muy bien lo que se hacía mientras agarraba las fuertes muñecas contra la almohada, tratando de impedir que se moviese por su cuenta. Abel separó los labios, mirándola con hambre, reaccionando a ella, moviéndose.
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NIGHTDALE
Teen Fiction.: LABERINTO:. Suja, Owen, Vyr y Azra son cuatro amigos que viven en un pueblo bastante grande, pero no lo suficiente como para que pase algo siniestro sin que nadie se entere. La adolescencia y las fuerzas oscuras del mal no suelen ser una mezcla b...