22. Rose

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Jueves.


Aquel día era como otro cualquiera y para colmo aún estaban a jueves. La semana se les estaba haciendo eterna. Pero lo peor había sido la noche anterior...encontrar a Azra en ese estado, después de que hallasen el cuerpo de la pobre monja...era macabro más allá de lo que habían esperado. Aún no se creía lo que le había pasado a su amigo.

Bostezó tras el libro levantado, casi dislocándose la mandíbula y no se le ocurrió otra cosa que mirar a Rose. No se sentaban tan lejos en el aula y era raro no escucharla charlotear como una cotorra. Ver cómo el sol se colaba tras su pelo lo enmudeció un poco, con la mano en la boca, aún con el gesto de taparse el bostezo.

Rose iba vestida con un jersey rosa claro, una falda corta blanca y se había arreglado el cabello dándole forma de abundantes y enormes rizos negros. Por poco no parecía una princesa de alguna película moñas.

El corazón de Owen dio un vuelco de repente, estúpidamente acelerado. No entendía nada, pero hasta las mejillas las sentía rojas...si no hubiese sido por su personalidad tan horrible...era tan preciosa...Una bola de papel le golpeó la nuca. Era Vyr, criticándolo por no prestar atención en clase, seguramente para pedirle después los apuntes.


A su lado Suja estaba casi dormida, se sostenía la barbilla y cerraba los ojos de cuando en cuando, hasta que vio la bola de papel golpearlo y se rió bajito. Se percató al instante de la mirada boba de Owen y siguió el camino hasta llegar a Rose... se despertó del todo al comprender algo terrible.

El chico se giró sin hacer ruido, mirando mal a Vyr y volviendo a su libro, evitando a propósito girar la cabeza en dirección a su otra amiga. Por algún motivo, sabía que lo que acababa de pasarle era inaceptable pero por otro lado...le daba un poco igual, por que de vez en cuando intentaba volver a mirar, con interés renovado, como si hubiese algo que lo llamase cada poco tiempo. Muchos tíos estaban coladitos por Rose y no pasaba nada.

La morena levantó su mano izquierda y la pasó bajo su cuello, moviendo sus rizos y dejándolos caer para "acomodarlos". Le llegó de golpe el aroma de su perfume...Owen se dejó atontar un poco más. Estaba tan cansado que aquello era como un soplo de aire fresco, el paraíso.


- Señor Kim Ho, preste atención en clase, por favor - le llamó la atención el profesor antes de continuar escribiendo en la pizarra. Mientras tanto, Vyr ya estaba escribiendo una nota para enviársela a Suja.

" ¿A este se le ha roto la cabeza?" preguntaba en el papel. Sujamí puso los ojos en blanco, exasperada.

"No sé tío, pero jo, cualquiera menos Rose" Se lo envió de vuelta con disimulo.

"Pues sí, por que la pava es guapa pero le reventaba la cara, por gilipollas" añadiendo risitas detrás en el papel, se lo volvió a lanzar añadiendo un "Es como si ya no le gustase la chica de antes, increíble" Suja dejó escapar un bufido entre divertido y molesto.

"Po él se lo pierde" - contestó.

"¿Pero sabes quién era?" preguntó Vyr en otro papel, dándose cuenta en ese instante que los ojos de Owen estaban en esa pelotita, intrigados.


Suja leyó y haciendo morritos comenzó a escribir, cuando el profesor se detuvo frente a ella.

- Señorita Zając - murmuró, quitándole el papel -. ¿Escribiendo poemas en clase?

- ¿Poemas? - rió. Se aclaró la garganta al ver la cara del profesor, quien alzaba las cejas levemente al leer el contenido.

- Luego de clase, te quedas un rato - le informó.

El chico negó un poco con la cabeza, ajeno al drama y Vyr le metió una patada bajo el asiento. El profesor se giró al escuchar el ruido y miró a la otra alumna con desaprobación.

- Señorita Balik se queda también en detención - siguió su camino cuando reparó en que Owen seguía perdido - Y usted también, Kim Ho.

- ¿¡Qué!? ¡¿Pero yo por qué?!...¡Joder! - soltó, refunfuñando mientras escuchaba el coro de risas en la clase. Rose se giró para sonreír de una manera encantadora y él, de nuevo rojo como un tomate, agachó la cabeza sobre el pupitre usando sus brazos como almohada...mirándola de reojo. ¡Le había sonreído! Se le escapó una sonrisa tonta de sus ojos verde oscuro.

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