12. Callejón

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- Una joya como tú - sonrió -. Espero que no te moleste mi acercamiento...pero me has parecido preciosa de lejos, no pensaba que mejoraría al acercarme.

- Que tonterías dices, menudo adulador - Vyr miró un instante a sus dos amigos, quienes observaban la escena con cierta curiosidad. Tenían cara de estar un poco indignados por que fuese capaz de ligar en momentos así...bueno, Owen por lo menos -. No molestemos a mis amigos, ¿Te apetece bailar?

- ¿A mi me dices? - preguntó el hombre, sorprendido. No pudo preguntar gran cosa después por que ella ya se lo había llevado para darle un buen meneo en la pista.

Owen echó una carta más a la mesa furioso y en la barra Leo había alzado una ceja. Aquella joven se movía bien, no parecía tener reparo alguno en aceptar compañía de desconocidos...pero la forma en la que algún que otro vampiro se alejaba de su campo de visión...

Sus sospechas no estaban mal encaminadas cuando los vio ir hacia la salida, por una puerta lateral que pocos usaban de lo asquerosa que estaba. Suponía que Matras lo seguiría cuando lo viese moverse, así que ni si quiera lo esperó y fue tras los dos tortolitos.


La cazadora dejó que la arrinconase contra una de las paredes del callejón y la levantase para apoyarla sobre las caderas antes de darle un beso hambriento que fue más que correspondido.Cuando la chica escuchó un suave gruñido escapar de aquella garganta, sonrió con malicia y le propinó un revés con el puño cerrado. Un golpe que al estar acorralada no debería haber llevado tanta fuerza, pero la llevaba...y de forma tan exagerada que el rubio trastabilló al suelo.


- No está nada mal para un perrete de tu tamaño - se secó los labios con la manga de la chaqueta y se ató el pelo en una coleta alta -. ¿Querías que te metiese caña? Ven perrito, te daré caña de la buena - sonrió, disfrutando mientras daba un par de saltos.

El rubio gruñó justo en el mismo instante en el que Leo salió. Presenció, junto a Suja y Owen, cómo la muchacha se adelantaba calculando el momento justo en el que se iba a levantar para dar una patada giratoria y darle con tal fuerza, que incluso el hombre rubio giró en el aire al caer hacia atrás.

- Ouuuh. Eso tiene que doler. Dime ¿Qué hace alguien nuevo como tú en Nightdale? ¿Hay una fiesta y no he sido invitada? Me gustan bastante...bueno, tu fiesta no tanto y eso que estás bueno...pero pareces tan bobo...- bufó, esquivando dos golpes y recibiendo el tercero que la hizo golpearse contra la pared.

El garrulo la agarraba como podía y no fue suficiente. Librándose de la chaqueta de cuero, le hizo una llave que lo mandó al suelo, inmovilizado con las manos a su espalda. Vyr rebotó un poco en su trasero y de la fuerza con la que lo agarraba se le marcaban los músculos en los brazos.


- Vamos, vamos. Dime cosas...- sonrió aunque no tanto cuando alzó la mirada y vio a otro tío gigante, moreno con unos ojos verde brillando en la oscuridad -. Ups ¿Es tu jefe?


- Lo soy...- rumió el aludido delante de los amigos de Vyr. Sacudió sus manos a cada lado de su costado, sacando unas garras afiladas antes de correr hacia ella con un rugido. Aun con los avisos visuales que había dado, pilló a la joven cazadora desprevenida, golpeándola tan fuerte que la mandó a más de seis metros de distancia. Aun cuando aterrizó en el suelo, siguió rodando, rozándose un poco los fuertes brazos antes de conseguir levantarse con la misma inercia.

- ¡Cabrón!

- ¡No voy a dejar que lo mates! - gritó.

- No pensaba hacerlo, ¡pero ahora me estás tentando!

- ¡¡¡Vamos Vyr MÉTELE FUERTE!!! - gritó Suja, más animada que nadie en ese callejón de mala muerte largo y negruzco.

Al escucharla, Vyr sonrió de medio lado y recobró fuerzas para ir a la carrera a por él. Se lanzó a darle patadas, puñetazos, a hacerle zancadillas pero por desgracia le paraba todos los golpes.- Vaya, así que debajo de ese saco de músculos hay agilidad...me gusta - se relamió de repente y se giró para darle un coletazo en la cara. El movimiento había sido tan absurdo que lo había distraído justo como quería. Se agachó al instante para golpearlo en la parte trasera de las rodillas y hacerle caer.

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