Capítulo 5

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En el momento que llegaron al auto de Daniela, Poché inmediatamente soltó la mano de la castaña y se abrazó a sí misma mientras murmuraba cosas que la más alta no podía llegar a entender. Angustiada y conmovida por cuan frágil se veía la chica delante de ella, Daniela solo abrió la puerta del lado de Poché y la invitó a entrar. Rodeó el auto dando un último vistazo hacia donde minutos atrás estaban Mario y sus amigos. Seguían allí, parados mirándolas fijamente mientras tenían sonrisas burlonas dibujadas en sus rostros. Calle apretó con fuerza la llave de su auto, prometiéndose a sí misma que Mario pagaría por lo que le había hecho a Poché.

Entro al auto y condujo en silencio hasta el lugar donde se comerían el helado.

— 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11.... 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11.... 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11.... –los susurros de una Poché totalmente perdida en su propia dimensión hizo que Daniela orillara el auto a solo unas cuadras del local.

— Si no te sientes cómoda –empezó y se giró para quedar mirando de frente a la más pequeña —podemos irnos. De verdad, si quieres solo podemos ir hasta el parque que queda cerca y sentarnos en los columpios y solo... -Daniela se estaba reprendiendo mentalmente por ser tan torpe y no encontrar las palabras adecuadas —es decir... también podemos ir por el helado, a fin de cuentas, te lo prometí... o también podemos ir por el helado y luego ir al parque... que bueno... en realidad ese era el plan inicial... ¡Dios! –soltó en un suspiró mientras dejaba caer su cabeza hacia el volante.

— Yo...

— No tienes que decir nada, Poché. De verdad solo quiero que te sientas cómoda.

— Si pero... -antes de continuar Calle la interrumpió.

— Podemos ir a donde tú quieras, en serio.

— Bueno... -Poché se soltó un poco el propio agarre que tenía sobre sí mientras veía a su acompañante quien de nuevo la interrumpía.

— La verdad no a dónde tú quieras –reflexionaba Calle mientras se llevaba la mano al mentón mientras pensaba —¡Ya sé! Podemos ir a dónde quieras, que quede dentro de nuestra ciudad. –dijo emocionada creyendo con eso haber descubierto el más difícil de los misterios y por un segundo vio asomarse una mueca de risa en la boca de Poché —¡Eso! ¡Te hice sonreír!

— Si... -Poché rodó los ojos cuando vio que Calle la iba a interrumpir una vez más y no creyendo ni ella misma lo que haría llevó su mano a la boca de Daniela tapándosela —deja de interrumpirme, por favor. –pidió con una sonrisa que fue devuelta por Calle.

— Mksdkjsasdjkjjjkhasdalñwi –murmuró sobre la mano de Poché.

— ¿Qué? –las cejas de Poché se fruncieron.

— Jsakldasñdioqwwdqwpde.... –Daniela con suavidad sostuvo la mano de Poché y entrelazó con mucho cuidado sus dedos haciendo que ambas sintieran una corriente en sus propios cuerpos erizándolas por completo —te decía que ya no te voy a interrumpir –y luego volvió la mano de Poché a su boca y levantó los pulgares en señal que todo estaba ok, haciendo sonreír nuevamente a Poché.

TOC Trastorno Obsesivo-Compulsivo | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora