Capítulo 11

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[N/A: No cumplieron con los votos, sin embargo, dejaré este capitulo como regalo por el cumple de Camila jaja]





El zumbido de una mosca que se había colado a través del aire acondicionado era lo único que se escuchaba en la oficina del director. Eso y los balbuceos de Mario sumado a los quejidos de dolor de Johan cada vez que se movía.

El tridente de las Panteras, Lauren, Kim, Sebas, Calle y Poché. Esas eran las personas que el director Stevenson veía fijamente cada vez que paseaba su mirada de extremo a extremo.

Dejó caer sus brazos en el reposabrazos y unió sus manos dejando los dedos índices cerca de su boca, en una pose pensativa.

Quizás tratando de decidir cómo iba a manejar toda aquella situación.

Maldijo internamente pues había hijos de familias muy importantes.

Los Cabello, Hamilton y Hansen eran familias prestigiosas que contribuían cada cierto tiempo con el instituto.

La familia Calle, a pesar de ser recién llegados, estaban muy bien posicionados, tanto social como económicamente. Germán, hasta dónde él sabía, era un multimillonario del golf.

Por otra parte, los padres de Johan eran grandes amigos suyo.

Y los Jaramillo... el padre de Sebastián era el alcalde la ciudad.

Vaya dilema tenía entre sus manos.

Respiró hondo y luego apoyó sus codos sobre el escritorio de caoba bien pulida.

— ¿Quién me dirá que fue lo que pasó? –preguntó con un tono de voz áspero.

— Solo diré que esos dos –dijo Dinah apuntando a Mario y Johan —tendrán que ir donde un cirujano urgentemente. –hizo mueca de asco y cierta pena.

— ¡Hansen! No estoy para tus bromas. –respondió el Sr Stevenson —¿Cómo es que todos ustedes estuvieron involucrados en tremendo desastre? ¡Es que acaso no ven que casi matan a esos dos estudiantes! –gritó —Señorita Calle, usted acaba de llegar a esta institución, no sé cómo serían las cosas en su escuela anterior pero aquí no apruebo esos actos de violencia.

Daniela hubiese hablado para defenderse, pero ella solo tenía ojos para Poché.

La veía con añoranza, con ganas de abrazarla y no dejar que ningún imbécil volviese a lastimarla.

La veía tratando de gritarle con la mirada que no la iba a dejar sola, que ella estaría siempre a su disposición.

Pero Poché solo mantenía su rostro agachado, ocultándolo bajos sus mechones de cabello, la mano de Ally sujetaba con fuerza la suya.

TOC Trastorno Obsesivo-Compulsivo | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora