Capítulo 23

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Instituto Iberoamericano – un par de horas más tarde

Después que Daniela salió del auto rumbo a seguir a Poché pudo encontrarla cerca de su casillero, la más pequeña guardaba algunas cosas y tomaba otras para prepararse para sus futuras clases, Calle se fijó en como las personas que estaban cerca miraban a Poché, apretó su mandíbula y también el morral que colgaba en su hombro.

— Es...es a est-esto a lo que-que me refería –escuchó que decía Poché aún con la cabeza dentro del casillero.

— Solo son unos idiotas –respondió mirando con desprecio a cada uno de ellos que estaban allí —igual yo estaré cerca siempre para protegerte, bonita.

— Creí...creí que ya-ya habíamos dejado eso cla-claro. –dijo refiriéndose a su conversación pasada.

— Poché –murmuró Daniela.

María José cerró su casillero, ya tenía sus cuadernos listos y con un suspiro se volteó para quedar frente a una Daniela que estaba en pose al primer estúpido que se acerque a lastimarla, lo mando a enfermería.

— Calle –dijo Poché y llevó su mano hasta la de Daniela que estaba apretada alrededor de su mochila —agradezc-agradezco lo que haces...pero...pero soy...

— Ni te atrevas a decirlo, María José –interrumpió Daniela rudamente, adivinando que Poché se llamaría a sí misma "freaky" —No entiendo que tengo que hacer para que ya no te llames así, tú eres tantas cosas hermosas, tantas...tantos nombres de cosas maravillosas –Daniela había tomado la mano de Poché entre la suya —para que te llames así, para que... -soltó un suspiró mientras acariciaba el rostro de Poché —para que te digas así.

Daniela acercó su rostro al de Poché dejando un beso en la comisura de sus labios, pero se sorprendió cuando fue la misma Poché la que impidió que se alejara y sostuvo su rostro para dejarle un beso en la boca.

— Tus besos me llevan a Marte sin necesidad de naves espaciales. –dijo Daniela con una sonrisa tonta enmarcada en su rostro cuando se separó.

— Tus besos me hacen sentir normal sin necesidad de volver a nacer –respondió.

— Aún no hemos aclarado lo que somos –Daniela acariciaba la mejilla de Poché, absolutamente todo y todos habían desaparecido en ese momento, solo le importaba su Poché.

— No –Poché sonrió —no lo hemos hecho.

La más pequeña volvió a acercarse a Daniela y esta vez dejó que sus bocas se reconocieran, se saborearan, se llenaran de paz. Para Poché era casi adictivo cada beso que Daniela le regalaba pues con cada uno que sumaba era un gramo menos en su cuenta del dolor.

— No puedo creer que me hayas dejado por andar con la freaky.

Escucharon y se separaron, Daniela enseguida había retomado su anterior pose y lo hizo mucho más cuando se fijó de quien se trataba.

TOC Trastorno Obsesivo-Compulsivo | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora