Capitulo 3

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Iɴɪᴄɪᴏ ᴅᴇʟ ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇʀᴏ Sᴜᴘʟɪᴄɪᴏ.
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¿Cuantos días han pasado desde que fue capaz de ver la luz del día tan siquiera escasos 5 segundos? Posiblemente muchos, tantos que ya ha perdido la cuenta y noción del tiempo mismo.

En su mente resuena los gritos que oyó hace mucho, recuerda como aquel que lo acompaña y prometió ayudarlo esta a su lado, tratado de la misma forma en que es tratado ha visto como sus heridas van cicatrizando, fue terrible verlo tirado sobre el suelo casi muerto, con la piel totalmente lastimada, el rostro amoratado al igual que la piel de sus brazos, piernas y cuerpo. Curo apenas sus heridas, de no ser por su ayuda aquel ser hubiese perecido a la par en que el grado de infección de sus heridas hubiese aumentado.

Oyó reclamos del otro lado de la gran puerta, escucho murmuros maliciosos y burlescos. Fue capaz de saber quien se escondía tras aquel charco de sangre y maquillaje blanco. Alguien que conoce...alguien tricolor de orbes verdes.

Fue incapaz de verlo como aquellas veces lo vio, quería hacerle tantas cosas...golpearlo, humillarlo hasta incluso matarlo pero era incapaz, sus manos nunca se mancharon de sangre, mató gente en guerras...gente culpable o tal vez inocentes pero nunca fue castigado y hasta ahora pareciera que el castigo llegó.

Lo repudio de tal forma que fue incapaz de creer en aquella promesa que le sigue diciendo: "Saldré y juro por la memoria de mis antepasados que iré y le diré a Egipto donde te hayas".

No le cree, le ha mentido y engañado por ultima vez, entre engaños y mentiras su vida se ha forjado...ahora las cosas serán tan diferentes. No cree en nadie y empieza a perder las esperanzas de que algún día de su vida sera capaz de salir de aquel agujero en busca de recuperar el tiempo perdido con quienes merecen la pena, tal vez Egipto ya no figure en una historia que se vio forzado a retomar por ellos.

Sus hijos son la única cosa que lo une con él, si no fuese por ellos posiblemente ya hubiese hecho su vida con Turquía.

Ah, Turquía, pensar que hace tan poco había tomado la decisión de seguir a Irán era una cosa que posiblemente lo decepcionaría, ya no era aquel hombre que conoció hace 8 o 5 años atrás, ha cambiado tanto que seria incapaz de reconocerlo. Se convirtió en la sombra de aquel monstruo que ingurgita verdades y escupe falsedades como verdades.

De repente escucha el chirrido de la puerta metálica, alguien ha llegado y baraja entre posibles dos personas. El ente o su compañero de "juegos".

Borreguito~ que bueno es volver a verte tan vigoroso...veo que te has recuperado favorablemente. —elogio con una aterradora sonrisa pegada en los labios, parecía ser hipócrita pero sus ojos desmienten lo que sus labios dan a conocer.—Es hora de regresar, ya es hora.

Iraq lo miro con terror, conocía a perfección aquella mirada, deducía lo que la misma transmitía a los ingenuos ojos de su víctima. Impotente observo como Israel era llevado de la cadena de las esposas hasta el exterior de la celda, lo vio irse con él, vio al mismo hacerle un ademán para que mantuviera su boca cerrada. Sabia que el siguiente paso del plan había ya dado comienzo con su retirada.

—Lo lamento mucho Israel...ya todo lo has perdido, ya no queda más porque luchar...—decepcionado de si mismo procede a enloquecer en aquella celda, tuvo tanto tiempo para decirle al egipcio que Israel estaba vivo y decirle el lugar en donde se hallaba, ahora ya nada de eso importa.

Todo lo ha perdido, al atravesar aquella puerta de metal su destino se ha sellado con sangre, dolor y sufrimiento que ningún ser debería sufrir. Si bien fue humillado, aquello no tendría comparación alguna con lo que vendrá a continuación, algo atroz ellos habían planeado y con el cinismo del mundo uno de ellos seria capaz de revelar su propia identidad aun sabiendo que se vendería ante su víctima. Había tal seguridad de su silencio que hacerlo seria romperlo por completo, conviviría con ellos a pesar de saber que fueron aquellos que le malograron la existencia, que fue por ellos que todo lo que tenia se vendría abajo.

Camino por los angostos pasillos, rememorando la instancia en que fue arrastrado cual perro y torturado hasta tal punto de dejarlo casi muerto, en aquellas paredes siente la misma sensación de cuando por las mismas sus dedos se deslizaron dejando un triste trazo sangriento. Fulminado por la brillante luz del medio día fue encaminado a empujones hasta la habitación que solía ocupar, nada ha cambiado salvo que hay mas ropa de la habitual en aquel armario.

—A partir de ahora te pondrás esto.—tiró sobre sus rostro una especie de vestido azul bastante ceñido al cuerpo.—te vestiras como dama, actuaras como tal y te veras como una mujer, así no habrá porque hablar de tu aberrante inclinación por los hombres y supondremos que siendo mujer se justificara tu "amor".

Quedo perplejo ¿vestirse como mujer?¿acaso estaba loco aquel tipejo que tiene en frente? Entre sus manos sostuvo aquel vestido, lo examino con detenimiento, era de aquellos vestidos que no dejan casi nada a la imaginación y vaya que eso lo humilló, no por el hecho de vestirse de mujer, sino por el hecho de que él lo hacia con tal malicia que sus palabras lo dejaban bien claro. Se tenso al sentir aquellas frígidas manos sobre sus hombros ejerciendo presión, una de ellas se dirigió a su mentón y lo sostuvo de tal forma que al obligarlo a voltearse parecía que quería arrancarle la mandíbula.

—De ahora en adelante seras la mujerzuela de la casa, por tus pecados pagarás con creces...esto solo es el principio borreguito.—un amargo y agrio beso planto en sus labios, aquellos labios tenían el sabor del tabaco y el whisky mezclados, hasta incluso podría decirse que su beso sabia a cenizas.

Lo soltó y dirigiéndose al tocador tomo de uno de los cajones un labial, era de un rojo tan brillante que relucira a su parecer espectacular en sus labios pecaminosos. Tomo entre las yemas de sus dedos aquel labial y con la mano libre el rostro ajeno y procedió a pintarle los labios, embarro toda aquella barra en los labios ajenos que se removían inquietos y humillados.

—Quieres ser una mujer para amar a un hombre? ¡Pues conviertete en una, lo haré por las buenas o por las malas! ¡¿Me oíste?!.—siguió ejerciendo presión, el labial dejo de deslizarse por sus labios y paso por sus mejillas y los contornos que delimitan su rostro de su cabello, resistirse solo agravaba más la situación.

Al cabo de algunos minutos dejo se someterlo, lo abofeteo y dejo caer al suelo aquel labial ya inservible.

—Espero verte por la noche de forma más decente, no quisiera corregirte por verte como mujerzuela ofendiendo mi honra. No quisiera  poner mis manos sobre tu cuello nuevamente...ya no habrá nadie quien te salve esta vez corderito~.—entre carcajadas salio de la habitación cerrando la misma con seguro desde el otro lado de la puerta.

Se quedo sentado en el suelo, derramando lágrimas, pasando sus manos sobre sus rostro limpiando los trazos de aquel labial rojo, se sintió humillado y a la vez frustrado, fue incapaz de darle siquiera un golpe para evitar que lo humillara de esa manera, lo obligo a maquillarse a costa de su negación, lo amenazó de muerte para que se vistiera como tal, lo llamo mujerzuela y satanizo su amor por Egipto de forma disimulada. Se vio en el espejo y tomando valor le dio un puño al mismo, como odiaba ver aquella imagen suya en el espejo, como odiaba ver el reflejo crudo de su realidad.

Con los nudillos ensangrentados tomo pequeños pedazos y se hecho a mirarlos con detenimiento un instante ¿Estaba tan seguro de hacerlo?¿En verdad quería hacerlo?.

No pudo, se acobardó al ultimo momento en que aquel pedazo de cristal que sostenía sobre la piel de su brazo izquierdo estaba a punto de ser incrustado para luego ser tirado de forma horizontal y con aquella acción terminar con su vida.

Todo apenas comenzaba y tan solo era el inicio del fin de quien alguna vez fue Israel. En el recuerdo quedara y vivirá tras la sombra de lo que alguna vez fue... Aferrado a sus temores e incapaz de olvidar los horrores que vivió en carne propia, el suplicio, el infierno.

°•¤Ħɑвıвı¤•°  (Egipto X Israel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora