⏳29.ʀɛʍօʀɖɨʍɨɛռtօ ʏ ċօռvɨċċɨօռ⏳

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Observa el ocaso caer tras las cumbres montañosas de un paisaje gélido, quiso buscar respaldo en tierras rusas pero la cobardía que posee al igual que el miedo y el pavor se lo impiden, tan solo una visita casual derivada de un simple viaje turístico para relajarse y despejarse de todo aquel complot existente en su cabeza.

No puede dejar de pensar en él, mucho menos cuando se ha enterado del estado emocional en el que se halla sumido Egipto, se siente culpable por callar algo tan importante que puede cambiar el rumbo actual de la historia.

—No puedo...si lo hago perderé todo lo que más amo en mi vida...—se sentía muy culpable, y eso que aun esperaba y aguardaba respuesta de la Liga a su solicitud de entrevista en calidad de emergencia global.

Intuía muy en el fondo una extraña sensación de peligro, que sus póstumas acciones tendrían un peso crucial sobre ciertos aspectos de su miserable vida. En silencio guardando grandes verdades que el mundo ciertamente apreciaría su valentía y sinceridad permaneció observando aquel gélido paisaje que lo rodea entre tantas personas que circulan por el lugar.

¡Oh, que dilemas trae en su cabeza! Corresponder a sus sentimientos, a sus convicción y a su remordimiento que poco a poco carcome su consciencia sumiéndolo poco a poco en la locura de cargar consigo problemas que ni siquiera son suyos, ante los cuales simplemente atribuyo su autoría como principal factor desencadenante de tal tormento que consume la existencia de múltiples personajes.

Por un lado esta ella, la mujer de su vida, la dueña de su oscuro e impuro corazón manchado por los pecados de sus más cercanos. ¡Lo que daría por verla nuevamente lucir su extraordinaria sonrisa! En lugar de aquella expresión lúgubre que carga consigo desde aquel preciso momento en que Irán le dio la espalda y le impuso sobre sus hombros una culpa de cuya mayor parte pertenece a la oscura y perversa personalidad del Ente.

Por otro esta Israel, un amigo que tardíamente conoció en circunstancias atroces, recluido y privado de su libertad, sufriendo vejamenes físicos y mentales en manos de aquellos seres fieles al Ente. Aun cuando lo peor no ha transcurrido puesto que preparan el terreno hostil para hacer en sumisión lo que se les plasca. Guardando silencio sobre su paradero por miedo a perderlo todo, por miedo a perder a Siria si es que el Ente se entera, observando como las personas que aun guardan y mantienen la esperanza de su pronto regreso poco a poco decaen en la resignación de que él partió en circunstancias que por mucho fueron extrañas y sospechosas. Es triste pensar que las personas sufren a causa de tu silencio, sabiendo que con tan solo confesar aliviaría el dolor, la preocupación y angustia de aquellos seres que atraviesan un duelo forzado de una persona viva.

Tal vez hablar con la gran Liga genere una solución a semejante complot que sumió en una histeria colectiva a toda la sociedad global, había un loco entre ellos, solo que ninguno de ellos sospechaba de nadie, incluso cuando muchos de ellos tenían ciertos roces conflictivos con el difunto.

Y por último estaba su tan rara convicción, aquella idea que cuestiona con severidad, misma que enveneno su consciencia con ideas erradas, caminos que tergiversan una verdad y realidad, pensamientos por mucho racistas e intolerantes. El enemigo no era aquel en cuya piel se plasma la identidad de un pueblo que por muchos años fue esclavizado, marginado y humillado, el enemigo era uno mismo. Descendientes de un mismo ancestro, comparten ideales nacidos de los principios que conforman a sus respectivas religiones, son como hermanos y aun así se odian, odian al que resulto ser diferente, odian al que fue fruto de una vil mentira y confabulación que hundió y destruyo los sueños de construir una nación plenamente árabe en las tierras en las que alguna vez se erigió el Imperio Otomano, odian y temen a aquel que posee una estrecha amistad con el peor enemigo del Islam, Estados Unidos. Quizá ahora sus pensamientos erren en algunos aspectos pero en su mayoría son acertados, hay bastante odio, rencor y miedo hacia quien en reiteradas ocasiones busco la armonía que ninguno de ellos a excepción suya quiere brindar. El orgullo herido fomentado por sus erradas convicciones ligadas a un sueño roto de un personaje que no poseía palabra de honor alguna son detonantes de su actual conflicto, participes a decir verdad, los antecedentes de una guerra que hasta el momento sigue latente en los corazones de cada uno de ellos.

—Estamos equivocados y somos incapaces de reconocerlo...—reflexiono profundamente con respecto a todos aquellos pensamientos que redundan en su cabeza.

Se miro las manos un breve instante, sus manos temblaron de miedo al recordar lo cerca que alguna vez estuvieron de arrebatarle el aliento al israelí, la presión ejercida aun yace en su memoria como un trauma. Ver sus ojos clavados en los suyos mientras poco a poco se can cerrando, ver el tenue y casi extinto brillo de los mismos fue aterrador al mismo tiempo en que sus debilitadas manos decayeron dando a entender su inconsciencia.

Suspiro con agobio mientras sus manos se dirigían a sus sienes para masajearlos en un intento de calmar el dolor de aquel sector. Muy a lo lejos esta aquella imponente personalidad de carácter álgido responsable de la protección de la siria, Rusia, hay curiosidad en su mirada desde el preciso instante en que lo vio deambular vagamente por la ciudad sin rumbo aparente, quizá por la forma en que llevo sus manos a su cabeza o quizá se trate de una sensación de extrañeza la causante de su curiosidad.

Por el momento no le presto importancia, hay tantas cosas en su cabeza con respecto a Siria que no puede darse el lujo de indagar en la compleja vida del iraquí, no ahora.

El día aparenta ser gris hasta que llegue la noche, la nieve cae y con el pasar de las horas la misma se vuelve densa. El frío poco a poco cala hasta los huesos, quizá un cigarrillo pueda calmar la ansiedad de su ser, al menos sera aliviante sentir calor en sus labios, aun cuando el calor sea generado por un agente nocivo para su salud.

—Vaya día...tantas cosas en la cabeza...quizá un buen licor o trago me siente bien.—piensa en voz alta encaminándose en busca de un bar donde en un vaso de cristal con licor ahogara sus penas y dopara su consciencia para dejar de pensar en sus problemas.

Al menos hoy saldrá ganando.

A comparación del ayer ¡Qué días más hórridos han transcurrido en estos tres años!

°•¤Ħɑвıвı¤•°  (Egipto X Israel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora