⏳25.Δ ¢๏и†яɑяяεℓ๏ʝ.⏳

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Amarrado a una silla mientras la penumbra de un foco tambaleante alumbra su ser con  escasez, una circunferencia brillante que deriva de un cono en plena oscuridad. Entrecierra sus ojos para ver con más claridad que se esconde en las esquinas de aquella habitación, intenta observar a aquellas figuras borrosas que transmiten a sus sentidos una alerta de peligro, entidades malignas que muy bien conoce y a su vez desconoce.

Brillantes orbes flameantes observa de una de las esquinas, mismos que se aproximan de forma lenta a su inquietada presencia, no obstante, por el otro lado, tenues orbes verdes brillantes están a pocos centímetros de aquel haz de luz circunferencial. Pareciera ser una legión la que bordea los lados de aquel circulo, lo rodean y sus ojos sangrientos lo observan con odio e ira.

—Tenias tan siquiera una pequeña oportunidad de escapar ¿por que diste la vuelta?, ¿A donde fue?, ¡¿Que le diste?!.—le interrogó de forma progresiva, fue amena al principio e iracunda al final, precisaba una respuesta, misma que el ya poseía.

Se mantuvo en silencio, con la mirada fija en aquellos extraños orbes caóticos, su determinación poco o mucho molestaba a sus verdugos, aun parecía inquebrantable, aun parecía seguir firme como si una fuerza estraña le hubiese brindado las fuerzas necesarias para no flaquear ni declinarse ante ellos en un bucle de vicios y maltratos.

Una densa niebla desagradable irrito sus ojos, tosió con molestia mientras observaba como el otro fumaba un cigarrillo con tal comodidad de soltar aquel dañino humo en su cara, su sonrisa cínica era un aspecto patético ante su percepción pero también tenebroso, sus ojos mostraban una amplia oscuridad, un caos extravagante que disfraza con decepción y locura mal infundadas por sus convicciones distorsionadas que se torcieron magnánimamente cuando su camino se cruzo desafortunadamente con la del Ente.

—Responde, la paciencia es una virtud, virtud que nosotros no poseeremos contigo.—una última calada, las cenizas de aquel cigarrillo cayeron sobre sus manos y la colilla del mismo fue apagada en la piel de su hombro derecho al instante en que sus labios se abrieron lentamente dejando salir aquel humo nuevamente en su cara.—Hazlo.

Se guardo el alarido de dolor, una simple mueca mostró mientras ellos sonreían y los demás observaban en silencio la escena. Sus ojos llorosos confrontaron a aquellos inexpresivos que poseían sus verdugos, la tétrica sonrisa de sus labios, las insulsas carcajadas que mueren dentro de sus bocas antes de ser claramente escuchadas.

—Responde, que le diste, que te prometió y a donde fugó. —siguió insistiendo, buscando la manera en que el israelí soltase alguna información del traidor.

—No lo sé, pero es muy seguro que ágora él ya este rumbo a las instalaciones de la ONU para dar a conocer mi paradero y así acabar con tu tétrico juego.—respondió seguro, alegando una situación que por lo mucho era ambiciosa y poco realista.

Ellos bufaron con gracia, se rieron a carcajadas mientras lo rodeaban, pareciera que sus palabras fuesen un simple chiste para ellos, deseaba muy en el fondo que él hubiese llegado a la civilización y a si cumplido con su propósito.

—Que ingenuo eres...¿en verdad crees que él llegó a donde dices? Su identidad seria expuesta y seria señalado, juzgado y acusado por un crimen que no cometió pero en el que si participo con gusto, no creo que sea tan estúpido como para abrir la boca y soltar aquella bomba.—aludió con seguridad, sus palabras enterraron todo sueño y esperanza que su víctima poseía con respecto al prófugo.

°•¤Ħɑвıвı¤•°  (Egipto X Israel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora