⏳42. Łɑ √๏ž ∂ε µи ¢๏яɑž๏и ђεяı∂๏⏳

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Miro el horizonte en una hermosa puesta de sol, quizá pensando en sus asuntos o recordando acontecimientos que infligieron gran cambio a sus actitudes y decisiones.

Que más daría por sentir una caricia suya manifestada en un cálido y tímido abrazo, que no daría por sentir uno de sus dulces besos sobre sus mejillas y labios dejando una sensación electrizante y cosquillante sobre su colorado rostro y nervioso cuerpo; una sola mirada suya era capaz de alegrarle el día aun cuando su alma estuviese sufriendo por alguien que traiciono su más entera confianza, tan solo su brillante y gentil sonrisa era capaz de dibujarle en el rostro una de las más sinceras sonrisas que desde hace buen tiempo no fue capaz de generar...no había alguien digno ni que valiera la pena por quien hacerlo.

Quiza ahora perteneces al firmamento...quizá ahora eres una estrella más que decora aquel manto oscuro que supone la noche...—penso nostálgico, su voz denota tristeza... Una tristeza fingida con tal descaro que cualquiera que lo escuchase pensaría que sufre en verdad por la partida de quien más amo.

Pueden sus ojos engañar al más ingenuo al manifestar una "tristeza pura", la mentira es una de sus tantas caras que a ocultado al mundo. Sabe a la perfección llevar una mentira como verdad, disfrazarla para hacer quedar como un tonto a quien le crea, y muchos varios han quedado así frente a sus ojos.

Suspira profundamente, cruzado de brazos y con una postura firme e inquebrantable observa atento la caída del sol, sus escasos rayos dan en su rostro deslumbrandolo con su belleza y recordado escenarios en las cuales juro un amor puro hacia quien ahora fue dado por muerto.

—¡Oh, Israel! Qué no daría por revivir aquellos momentos mágicos que tuvimos juntos, tomar tu mano una vez más y mirarte fijamente...—extendio su mano hacia delante, imaginándolo frente suyo, incapaz de tocarlo y alcanzarlo, estando tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.—...decirte que te amo con todo mi corazón, rogándote perdón por mi inmaduro actuar cuando tomaste tu decisión...—cierra sus ojos y su voz parece quebrarse a la par que una pequeña lágrima se desliza por su mejilla izquierda.

Una pequeña y ladina sonrisa, una profunda carcajada digna de un desquiciado y una mirada llena de rencor y resentimiento, sus ojos nublados por el despecho ocultan tras ellos la imagen de una alma vulnerable y frágil que yace aun recogiendo los pedazos de lo que alguna vez fue su corazón. Un objeto frágil de cristal, lo dio todo y aun así no logro mantenerlo a su lado ¿Qué hizo mal?, ¿Qué le falto para ganarse un lugar en su pequeño y roto corazón? Fueron las preguntas que circularon por su cabeza cuando el se marcho con aquel sueño de formar una enorme y feliz familia...una con la cual llevo soñando con la persona equivocada.

—¡Te maldigo!.—vocifero dolido, una exaltación iracunda con un gesto rencoroso lanzo al cielo.

La potencia y fuerza de su voz manifestaban un sentimiento reprimido en su ser que al fin salia, como si se tratase de un desahogo, al fin parecía dejar atrás su pasado y continuar olvidando aquellos tropiezos de su vida.

Se dio la vuelta, dándole la espalda al sol decadente, extendió sus brazos y cerro los ojos un breve instante antes de continuar con su acción.

Se dejo caer...pero  hubo alguien que evito dicha situación.

Sus ojos miraron estupefactos a aquel que sostenía sus muñecas, su rostro familiar provocó que su corazón se acelerara a la par que su rostro muestra indiferencia y enojo.

—¿Qué pretendías?, ¿acaso enloqueciste?.—le pregunto el griego con una voz demandante y autoritaria.

Tan solo recibió indiferencia y una mirada asesina de parte de su ex pareja.

—No tengo la más mínima necesidad de darte una respuesta.—se safó del agarre del griego con brusquedad, mirando con enojo hacia quien evito que se relajara en el mar antes de marcharse en un ataque de cólera y culpa.

—Desconozco en quien te has convertido, un ser despreciable y cínico que muestra tristeza pero en el fondo salta de alegría.—alegó serio captando la atención de aquel que se marchaba y lo dejaba varado en aquel muelle.

—¿Qué tratas de decir? Habla sin rodeos.—se acerco y lo confronto, una vez más sus rostros estaban uno cerca del otro, mirándose fijamente evitando mostrar sus verdaderas esencias.

—No tienes que fingir, al menos no conmigo. Se que fuiste tú quien planeó todo este maquiavélico plan ¿Acaso no sientes remordimiento y culpa por todo el daño que causaste?, ¿Eres capaz de dormir en las noches sabiendo que hay gente sufriendo cruelmente por tus acciones?.—cuestiono con firmeza, un rostro que parece juzgarlo pretendiendo ser inocente, odiaba que el se pusiera bajo la divina luz de la verdad cuando también es él un vil mentiroso al igual que su persona.

—¿Y que hay de ti?, ¿No sientes remordimiento cuando lo ves ahí, sufriendo y guardando una pista tan importante que pudiera quitarse aquella cara largo y de luto que lleva? Es más, quien te crees para venir a juzgarme y creerte inocente y justiciero cuando también tú eres culpable de todo este "complot". —hizo comillas con sus dedos de forma sarcástica, lanzo una verdad que dejo mudo al contrario, pensando en sus acciones y del porque aun no fue capaz de delatarlo.

—¡Eres un bastardo!.—exclamo enojado, poniendo sus manos temblorosas sobre su cuello.—¡No sabes cuanto lamento haberme fijado en ti sin siquiera haber visto tu verdadera naturaleza ruin!.

—El...el sentimiento es mutuo...estúpido inseguro. —respondio apenas por el pequeño reservorio de oxigeno que aun le quedaba en sus pulmones.

—¡Juro que te entregare y delataré frente a la ONU!, ¡Te lo juro!.—asevero procediendo a aflojar su agarre y dejarlo respirar y vivir un día más.

—Puedes...puedes hacerlo, perderás más que yo...eso pudo jurarlo ¡te hundiere conmigo y de paso he de destruirte!.—exclamo furioso, dándose leves masajes en el área afectada antes de ser abandonado por aquel a quien acababa de amenazar.

El griego no volteo a mirarlo, aun cuando escuchaba sus cínicos gritos y amenazas, aun cuando lo insultaba y menospreciaba, aun cuando escucho una fuerte ofensa hacia su integridad no volteo a verle, tan solo su devastado y trágico corazón pregona en un grito desgarrador el amor que aun le sigue guardando y el arrepentimiento que aun sigue esperando ante tantos años de mal trato, indiferencia, menosprecio y humillación.

—No se como aun soy capaz de amar aún a un monstruo como tú, Turquía...—musito con desprecio y tristeza, con la mirada nublada por pequeñas lágrimas que no dejaría que dieran un recorrido por su rostro.

Tan solo esperaba que se redimiera e hiciera lo correcto.

Algo que nunca a de pasar.

°•¤Ħɑвıвı¤•°  (Egipto X Israel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora