⏳46. Ữи √ɑ¢ı๏ Σ×ıઽ†εи¢ıɑℓ.⏳

11 1 0
                                    

Tarde de un viernes, observo el cielo de tonos cálidos añorando tan solo una cosa, sentirse libre y vivo otra vez.

Recostado sobre la mansa hierba y con los brazos replegados sobre su pecho siente sus lentas palpitaciones; el éxtasis de su extraña obsesión, la víctima de su odio y recelo que yace muerto en vida en una fría y gris habitación.

Se siente confundido, extrañado, asustado y desesperado. Hay tanto que perder y muy poco que ganar, sus sueños se han visto corrompidos por sus recientes decisiones; pertenecer a un "diabólico o maquiavélico" grupo que prometió hacer justicia con el dolor y sufrimiento ajeno, un personaje obsesionado con la tortura hacia quien tanto temen, un profundo odio a quien no tiene nada que ver con su actual vida...alguien que simplemente fue usado para un sucio propósito.

Sentía que su mundo se venía abajo cuando supo que aquel ser poseía un engendro que los delataría si en caso tuviera la oportunidad de ver la luz, era parte suyo y la de él, de laguna manera compartían o compartirían algún parentesco. ¿Podría sentirse feliz aun cuando en sus manos esta predestinado su fatídico y sanguinario final?, ¿Siquiera podría ser capaz de concretarlo?.

Su mayor miedo estaba en sus manos, escoger entre su vida y la de aquel ser que aun no ha llegado, como podría tener el corazón tan duro y los nervios de acero para cometer dicha atrocidad (?).

—¡¿Qué debo hacer?!.—exclamó en un murmuro, una voz seria y desesperada buscaba una salida que no pusiese en juego su existencia y la de sus allegados.

Sus manos se estiran frente a sus ojos, sufriendo una leve alucinación surrealista de una vida hecha con la persona que tanto había amado en su momento y que ahora debía matar. Pero existe un obstáculo que frena aquel acontecer, una "cosa" que bien podría cambiar sus planes y llevarlo a tomar una decisión bastante arriesgada para en parte hacer realidad aquel sueño suyo, huir.

Recordó aquella mágica sensación, sentir en sus brazos aquella cálida presencia que enternece y derrite su corazón con tan solo verlo, su delicado y angelical rostro expresa tranquilidad y paz, su risueña risa dibuja una tierna sonrisa en sus labios, aquella sensación jamás ha de olvidarla y mucho menos ahora que ha perdido parte de la evolución de la vida de su ser más preciado.

—Eres mi propósito, mi destino...como podría ser capaz de matarte, ¡cómo!.—se cuestiona en forma de una profunda reflexión.

Siempre fue el propósito de su existencia mucho más allá de las obligaciones estatales, era parte de su ser, de su vida, quería compartirlo todo con él, expresarle todos aquellos hermosos sentimientos que recluía dentro de su ser por respeto a su fidelidad y confianza. Su amigo, uno tan bueno que despertó aquello que creía extinto con solo sus gestos y demostraciones de afecto que le hacían envidiar su felicidad, creía que él era el motor de aquel maravilloso sentimiento pero erraba.

Era el esfuerzo y resultado del amor que aquellos se tenían, se creía que habían superado incluso al tiempo mismo manteniendo intacto aquel profundo aprecio que sentían el uno por el otro pero erraban al pensar ello.

Le dio esperanzas de compartir su vida con el, de hacer una historia nueva con un final feliz a comparación de su anterior historia que termino de una forma "mala". Su sonrisa, los detalles impresos en sus tiernas palabras, la forma en que expresaba su timidez cuando rozaban sus manos o siquiera sus labios en un tierno y tímido beso que dio pautas para intentar consolidar una fuerte y hermosa relación que todos envidien.

Su corazón es traicionero, su mente juega con él transmitiendo imágenes de los recuerdos que creyó haber borrado con su rencor, lo vio en cada momento feliz de su vida, en cada instante de la existencia de su bien más preciado durante hermosos 5 años juntos, aislados de la presencia de un infiel y traidor que con su labia le quito la oportunidad de ser feliz y remediar el dolor de su alma y curar las heridas de su destrozado corazón.

—¡Porque!.—exclama impotente, entre sus manos recluye su cabeza intentando acallar la voz de la razón que pregona las mas crudas verdades que no quiere oír.—¡Porque aun sigo aquí si no puedo conseguir ser feliz!.

Su mayor miedo yace expuestos siendo el resultado de un prematuro abandono; abandonado por quien tanto amo en sus años mozos, abandonado por aquella imagen que escasamente conoció y que la cruenta guerra le arrebato el derecho de tener una familia que lo apoyara y guiara en todo momento, la imagen de aquel a quien debía seguir...aquella imagen que tanta falta le hizo en los momentos más cruciales, importantes y tristes de su vida.

Abandonado en 3 ocasiones, tres de las cuales solo dos influyeron significativamente en el rumbo de su vida solitaria. Quizá los fríos brazos de la soledad son el único consuelo que conseguirá cuando se revele su mayor secreto, cuando todos aquellos que lo rodean lo vean con odio y repudien al enterarse de su último movimiento.

Si lo hacia ya no tendría más por que vivir, y si aun lo hacia muy pronto desearía con fervor no continuar viviendo. Su mayor tesoro lo repudiaría con toda razón, no seria capaz de ver la decepción impregnada en su mirada mientras lo señala bajo la premisa de "asesino", no soportaría la idea de estar lejos de él, de ser privado de verlo crecer al igual de ver como su vida comienza a tonar un rumbo bastante familiar.

Siguiendo aquellos pasos que ya ha dado a lo largo de su existencia, seguir con el ciclo de aquella 'vida' que lo llevo a esta instancia. Cometer aquellos mismos errores, sufrir por las mismas razones y acabar como el más vivo reflejo de sus malas decisiones, la viva copia de su vida llena de excesos heredadas de su 'padre'.

—Para que seguir viviendo si mi vida no ha sido más que miserias y sufrimiento, incapaz de consolidar una hermosa relación con quien tanto amo, siendo el futuro de mi mayor tesoro...ya no...ya no puedo. —pensó y argumentó, luchar consigo mismo estos años han llevado su existencia a una crisis existencial, debatir el porque seguir existiendo si no hay más que desgracias que le esperan por delante.

Repetir la misma tragedia, recrear cada momento infeliz de su existencia, rememorar cada suceso agobiante que marco y dejo huellas que siguió a lo largo de su vida, sentir que no hay nada más por el cual seguir viviendo si de cualquier manera sus atrocidades saldrían a la luz y terminarían convirtiendo a su inocente ángel en una paria repudiada por sus acciones, ver como un inocente pagaría por todos los crímenes que había cometido en estos últimos años.

Se detuvo un momento a pensar en su siguiente paso, tomó una decisión arriesgada que de seguro no condenaría su alma al eterno sufrimiento y agonía. Haría algo bueno para compensar todo el sufrimiento dado a quien menos lo merecía pero que de algún modo poseía cierta culpa por la cual castigarlo severamente.

—No tengo más opciones, quizás solo así tenga más claro mis propósitos.—comentó con cierta duda, deseando purgar los pecados de su alma con un benevolente actuar.

Sentir que algo nuevo surgido de una atrocidad seria capaz de darle otro sentido a su vida era algo estimulante.

Al menos tendría algo por el cual lucharía con ferviente valor, el inicio de un suplicio al cual intentaría ver el lado bueno.

Pagaría con la indiferencia de aquel a quien siempre había amado, aquel a quien tanto daño le había hecho.

°•¤Ħɑвıвı¤•°  (Egipto X Israel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora