°•¤Ħɑвıвı¤•° (Egipto X Israel)

Capitulo #5

Bɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴏs ᴀʟ Aᴄᴛᴏ Fɪɴᴀʟ
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Conmemorando el día en que se lo dio por muerto, ellos celebran con una copa del más fino champán entre sus labios pálidos mientras ríen y cuentan las anécdotas sobre aquel que permanece aun cautivo bajo sus más crueles intenciones dispuestas a ser finalizadas con un acto repugnante y ciertamente cruel.

Dejaría los maltratos físicos como algo simple, dejaría las humillaciones insulsas, dejaría aquellos intentos de asesinato como una oportunidad de huir de su agonía. Lo que le harían quedaría marcado para siempre en su ser, castigado de una forma atroz e inhumana, obligado a callar para mantener su imagen limpia y respetada antes que verse humillado, sucio...juzgado...

Una elegante cena antes de poner en marcha su astuto plan, dejando muy en claro sus oscuras intenciones desde el preciso instante en que lo capturaron aun con vida después del vano y patético intento de asesinato de una de sus cómplices en este macabro juego.

—Es un buen momento para deshacernos de él de una vez por todas.—opinó sincero aquel que poseía unos falsos orbes verdes, su mirada denota frialdad hacia quien parece dubitar y tragar en seco ante tal comentario.—mmm...¿acaso tienes una mejor idea?.—preguntó dejando de lado su copa y prestando atención a la entidad que tiene en frente.

Aquel ser volvió a tragar en seco, volvió a dar un gran sorbo a su tercera copa de champán antes de responderle, su fría mirada le helaba el alma, era extrañamente intimidante, aterradora y calculadora.

—Opino que es mejor dejarlo con vida, digo... No creo que se atreva a confesar algo tan "personal" ¿no?.—inseguridad en su voz, suplicaba piedad en su interior hacia aquel ser que tenia en frente.

Temía por su vida, más ahora que se hallaban en a finales del cuarto año, pronto seria el quinto y debía terminar este juego de una vez por todas para regresar a su vida normal y recuperar aquello que por derecho y ley le pertenece de las garras de su ex amante.

—Estas...¿intercediendo por él?.—su curiosa mirada y extraña sonrisa incomodaban al contrario quien permanecía con una mirada pavorosa.—Supongo que aun te mantienes atado a ese aberrante sentimiento...pero, creo que tienes un buen punto.—alegó convencido mientras aquella sonrisa malévola desaparece de su rostro para dar paso a una más grande que da paso a una estridente carcajada.

Muy en él fondo quería huir, regresar el tiempo e impedirse aceptar tal propuesta, evitarse el trabajo moroso de mantenerse oculto ante la mirada de una víctima del odio, de su resentimiento. Que daría por recapacitar nuevamente en aquella noche donde fue interceptado por aquel Ente que ahora tiene en frente, de rechazar su propuesta y atenerse a las consecuencias con valentía, de haber acudido a la gran ONU y advertirle sobre el peligro que rondaba a aquella pareja que destruyo su vida.

Pero a su vez no se arrepiente, la oscuridad que consume a su corazón es tan grande que no da espacio a formarse un haz de luz que lo obligue a dar marcha atrás, quiere que pague por todo el dolor que le hizo pasar, por todo lo malo que le ocurrió.

—Ciertamente si sigue con vida pensaran que se escondió o fue secuestrado y escapo, le provocaremos una contundente golpiza para generarle amnesia y así olvide lo que vivió aquí...y...—antes de completar su idea fue interrumpido de forma estrepitosa por aquel que hace poco reía a carcajadas.

—¿Pretendes que nuestro esfuerzo se vaya a la basura? Crees que esto es un juego, pretendes que el viva su vida como si nada hubiese pasado muy al margen del calvario que vivió en carne y hueso bajo nuestras manos, ¡¿Eres estúpido?!.—cuestiono su idea, su mano derecha estaba hecho un puño y golpeo con fuerza el vértice de la mesa provocando que la copa suya cayera al suelo y se rompiera.—Trabaje mucho por llevar a cabo este plan, nos divertiremos con él y lo lanzaremos por un acantilado hacia el mar, si sobrevive vivirá con el fiel recuerdo de este infierno.

La seguridad de su voz lo intimidaba en demasía, más aun estando su aterrador rostro muy cerca del suyo, teniendo encima su penetrante y amenazadora mirada sobre él, sintiendo el peso de sus manos sobre el cuello de su camisa mientras permanece estampado en la mesa.

Una aseveración quedo firme en sus palabras, una que lo inquieta por la forma en que él lo dijo, como si quisiera decirle o transmitirle algo. No había duda de ello, escondía algo maquiavélico del cual pensó que quedaría muy claro ante su perspectiva.

—He notado que ha estado teniendo serios y notables cambios de humor...supongo que es solo mi imaginación...—comentó preocupado, era un tema que calmo un poco la ira de su atacante sumiéndolo en una notable confusión y en un estado pensativo bastante profundo.

—También lo he notado...es por todos estos años de cautiverio y torturas a las cuales fue sometido para complacencia nuestra.—argumento calmado, restándole importancia a aquel comentario que lanzo aquella entidad que recluye entre sus manos y estampa su débil y patético cuerpo contra la mesa.—él recordara cada momento de esta situación en aquellas noches oscuras en que su presencia sea tocada por quien arruino su vida, por aquel a quien siempre estimo pese a haberle hecho daño.

Lo soltó bruscamente, dejando que su cabeza golpeara la mesa emitiendo un débil sonido apenas perceptible.

Se acomodada el traje y dio un último sorbo a la botella de vino antes de lanzarla al suelo y marcharse dejando a su acompañante anonadado por su actuación.

Aquel que sufrió en sus manos yace aterrorizado, apenas se levanto de la mesa sufriendo leves temblores muy notorios entre sus manos y piernas. Unos cuantos pasos más para terminar con su "juego", unas cuantas acciones para concluir con su venganza, tan solo unos cuantos movimientos para al fin ser libre y vivir su vida, mejor dicho, retomar el curso de su vida y recobrar aquello que le pertenece y que ahora esta en manos de un vil ser que hará hasta lo imposible para llenarle la cabeza de comentarios grotescos sobre su persona.

—Te haré pagar por todo Israel, te lo prometo.—juró con vehemencia poniendo su puño derecho sobre la mesa haciéndola retumbar y provocando que los platillos, las copas y el portavelas caigan al suelo de manera estrepitosa.

El comienzo del fin apenas comienza y todos aquellos que de alguna manera se vieron involucrados, que callaron o fueron silenciados pagaran caro por sus acciones.

Lo pagaran tan caro que se arrepentirán de siquiera haber obrado de semejante manera, querrán retroceder el tiempo para remediar sus errores...sera demasiado tarde para ellos e inocentes pagaran por sus crímenes de odio y venganza.