Al parecer aún no logro llegar a los cuarenta kilos pero no hay mucho que puedan hacer, en menos de tres horas dejaré de ser su problema, así como dejé de ser el problema de Hope y de Elizabeth, y muy pronto dejare de ser el problema de mis padres también.
—Voy a echarte de menos. —Me abraza Phoebe cuando volvemos a mi habitación y vemos a mi madre sosteniendo una pequeña maleta.
—Y yo a ti. —Murmuro de vuelta abrazándola también.
—Un placer señora Aura. —Dice y le estrecha la mano a mi madre profesionalmente. —Erin y usted cuentan con una amiga más cuando decidan volver.
—Gracias, señora Haze. —De manera formal y me percato de que es la primera vez que escucho su apellido.
Da media vuelta y nos indica el camino fuera de la habitación, camino con mi cabeza gacha hasta que me choco con un torso delicado que viste un uniforme azul claro.
Es Annah. La madre de Holden.
Por un momento pienso que Holden está con ella y que me espera un largo reclamo por mi huída, así que miro a ambos lados esperando encontrarlo con una mirada amenazante o enojada, o solo, encontrarlo, pero para mí desdicha, no logro verlo por ningún lado.
—Él no sabe que estoy aquí. Está en casa. —Su confirmación termina de romper mi ilusión.
—Señora Evesham. Sé que lo que pasó con Holden... —Empiezo a hablar, pero ella me interrumpe.
—Sé porque lo hiciste Erin. —Habla y su mirada es intensa, no sé si me ama o me odia. Por un momento me echo para atrás y quiero salir corriendo. Pero ella me acerca repentinamente, abrazándome. —No puedes imaginar cuánto lo agradezco. —Susurra haciendo volar los cabellos de la parte posterior de mi cabeza.
—¿Ah, si?
—Si. Encontré la carta entre la basura y supe que tú también la habías visto. Entonces, cuando él volvió a casa del hospital y me contó que no querías volver a verlo, lo entendí.
—Sé que tal vez debería hablar con él y explicarle... —Ella me interrumpe de nuevo.
—Tarde o temprano lo entenderá. —Me reconforta. Es la primera persona que ha apoyado mi decisión, siento una gran sensación de alivio. —Gracias, Erin. Por todo lo que has hecho por él. Eres una gran chica, valiente, fuerte y solo espero que la vida pueda recompensarte. Mucha suerte.
—¿Sabe usted que me voy a California? —Pregunto porque su anterior parlamento ha sonado como una despedida.
—Trabajo en el mismo hospital, recuérdalo. —Declara como si fuera obvio. —Holden me pidió mantener un ojo discreto en tí.
—¿Sabe que me marcho? —Pregunto y ella niega rápidamente.
—Estaría de pie en esa puerta, o encadenado a ella si lo supiera. Esperaré un par de días para contarle. —Asiento expresando mi aprobación ante la idea.
—Gracias. —La abrazo de vuelta y después de dos segundos me separó de ella para terminar de hacer mi camino a la salida.
Afuera el clima es frío, completamente invernal. Mi padre nos espera en la salida del hospital y con la nostalgia que invade el ambiente, nos lleva al aeropuerto.
—Escríbeme cuando lleguen, pulguita. Escríbeme cuando quieras, o llamame, mantendré mi línea abierta. —Me abraza fuerte y sé que aunque no quiere que me vaya sabe que no es algo que pueda evitar.
—Claro que lo haré papá. —Lo abrazo de vuelta y me percato de que hemos empezado a llorar.
—Te echaré mucho de menos. —Me dice y me acaricia las mejillas con sus manos paternales.
—Te amo, papá. —Lo abrazo y mis palabras lo toman por sorpresa pero m e sostiene fuerte y sé que es su manera de decirme que también me ama.
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Caída Libre. [TERMINADA]
Teen FictionLos maestros suelen decir que existen diferentes tipos de inteligencia: Hay inteligencia musical, artística, académica, intra e interpersonal, etcétera. Y Erin es una chica bastante inteligente, pero no entra en ninguna de esas categorías. La inteli...