Me las arregló para dejar la escuela por la salida de emergencia sin que nadie me vea, y aunque sienta el celular vibrar en mis bolsillos no me molesto en sacarlo para mirar quien es o para contestar, sé quién es; sé que Holden debe estar buscándome por todo el colegio, pero no puedo permitirme estar cerca de él en este momento. Necesito estar en casa, en mi lugar seguro, necesito encerrarme en mi caparazón y estallar en un lugar donde no pueda hacerle daño a nadie.
Alguna vez leyendo Bajo la misma estrella de John Green, Hazel decía que ella era un granada a punto de explotar y que sin quererlo podía hacer mucho daño a la gente que más quería en el mundo; Bueno, yo me siento exactamente igual. Desde que llegué a este lugar todo ha empeorado, pero en vez de alejarme y poner distancia entre los que amo y yo cuando todo esto explote, me he acercado más a ellos; mi padre, Leo, Maggie y... Holden.
Dios, Holden. Él, yo... definitivamente no lo veo solamente como un amigo, pero independientemente de mis sentimientos hacia él debo poder alejarlo de mí antes de que, antes de que me vaya. Antes de que mis sentimientos por él se hagan más grandes, y aunque él no sienta por mí nada más que simpatía, debo evitar hacer el mayor daño posible, cuando todo esto acabe.
A pesar de haber purgado todo mi festín en el baño de la escuela siento miles de rocas en el estomago, como si nada hubiera salido en realidad, me siento diez kilos más pesada, con el estómago hinchado y miles de pensamientos agobiándome la mente, así que cuando llego a casa, fingiendo que no lo hice hace más de una hora me dirijo al baño e intento hacerlo de nuevo, pero en lugar de lograr purgar algo de comida que pudiese haber quedado mis manos se manchan de líquido rojo fuerte y vivo. Es sangre.
Pretendiendo que no vi nada me lavo las manos rápidamente y enjuago mi boca para dejar de sentir el sabor metálico en la parte de atrás de mi garganta. Un miedo repentino me invade y el peso sobre mi estómago se hace más grande, solo entonces me doy cuenta de que no es una sensación de saciedad, es una sensación de culpa, miedo, ansiedad y malestar combinados perfectamente en mi vientre. Nunca antes me había salido sangre al vomitar, pero claramente hay una primera vez para todo. Mis manos están temblando por el esfuerzo que supone vomitar cada vez así que en lugar de seguir intentando me dirijo al cuarto y de debajo de mi colchón saco el frasco de Bisacodilo que compré hace un par de semanas y sin siquiera molestarme en tomar un poco de agua para tragar las pastillas me pasó dos cápsulas al tiempo, sin pensarlo. Espero que en un par de horas esto alivie el nudo que tengo en el estómago obligándome a defecar todo cuanto pueda tener allí adentro.
Sé que el lenguaje que uso no es el más lindo, pero ey, nadie dijo que esta enfermedad fuera color de rosa.
Mi celular ha dejado de sonar, creo que al fin Holden se ha cansado de insistir, y aunque por un lado me siento bien, hay una pequeña parte de mí que quiere llamarlo y pedirle disculpas por ser una imbécil.
No sé en qué momento me quedo dormida, pero cuando despierto la luz del día ya se filtra por las ventanas y hay una manta cubriéndome que seguramente me puso papá para no despertarme, cuando me giro sobre mi costado mis entrañas se contraen y se estiran en mi interior, se sacuden, vibran y gruñen haciéndome soltar un grito ahogado de dolor.
-Maldito Bisacodilo. -Gruño mientras me doy cuenta de que las pastillas que trague anoche no van a surtir efecto, seguramente no tenía nada que evacuar y en lugar de una diarrea logre unos monumentales cólicos.
Como puedo me levanto de la cama y llego al baño con la vaga esperanza de que el agua arrastre el dolor, pero no sucede y tengo que respirar un par de veces frente al espejo después de bañarme para lograr ocultar la cara de malestar.
-¡Erin! -Llama mi padre desde el piso de abajo. -¿Ya estas despierta? Tienes visitas. -¿Visitas? ¿Qué clase de visitas puedo tener?
Poniéndome un pantalón de Chándal y un suéter de algodón bajo a toda velocidad, incluso con el cabello mojado. Entonces lo veo allí, de pie frente a la puerta con el teléfono en la mano, despeinado, con los ojos grandes y pálidos llenos de ojeras, algo deshecho a decir verdad. es Holden.
-¿Qué haces aquí? -Escupo de repente, tajante, seca. La verdad es que para haber pensado en él desde la noche anterior no sueno nada cortés.
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Caída Libre. [TERMINADA]
Novela JuvenilLos maestros suelen decir que existen diferentes tipos de inteligencia: Hay inteligencia musical, artística, académica, intra e interpersonal, etcétera. Y Erin es una chica bastante inteligente, pero no entra en ninguna de esas categorías. La inteli...