13 (4/4) Erinzo

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—¡Apresúrate Erin! —Exclama mientras salpica agua con sus manos en mi dirección.

—¿Qué haces, loco? Sal de ahí ahora mismo. —Demando pero lejos de hacerlo salir se zambulle un par de segundos y sale con su cabello cubriendo su frente casi hasta los ojos.

—¿Qué crees que haríamos aquí, hablar de la reina? Ven aquí Erin, disfruta un poco. —Sonríe y me provoca para alcanzarlo dentro. Su voz suena desafiante y no voy a dejarme vencer. Así que rápidamente boto mis zapatos lejos y me quito el vestido por encima de mi cabeza lanzándolo a un lado. Tomo un poco de impulso y corro hacia la piscina lanzándome por encima de su cabeza y cayendo en un perfecto clavado casi al centro de la piscina.

—Wao, eso fue impresionante. ¿Así aprobaste la materia? —Pregunta apenas salgo a flote y niego con la cabeza.

—Me niego a usar bañadores frente a las demás personas, no quiero que se burlen de mí, así que hice muchos ensayos sobre la teoría del deporte.

—Vaya, que desperdicio. Se nota que eres una muy buena deportista, cualquier universidad te aceptaría sin pensar.

—Gracias. Creo. —Le digo y nado hasta él para quedar frente a frente. Estoy a punto de preguntarle por la admisión cuando abre la boca y responde mi pregunta no formulada.

—Me rechazaron. —Dice y no oculta el pesimismo en su voz. —Por eso estaba así está tarde, pero no importa mucho.

—No digas que no importa Holden, era tu única opción. Tiene que haber algo que podamos hacer.

—No lo hay, Erin. Pero no es mi único plan, podré quedarme aquí contigo y tomar clases en el instituto de Cheshire o algo así, ya se nos ocurrirá algo.

Entiendo entonces que ya está resignado, sus sueños se han estancado y tendrá que quedarse aquí, seguir trabajando con Barb y esperar un milagro para poder aspirar a una educación superior medianamente decente.

—No lo entiendo, estudiaste tanto. —Le digo y lo acerco a mí para abrazarlo con fuerza. —No te preocupes, mi papá podrá ayudarte... Si le decimos puede buscar ayuda con los socios de su compañía y tal vez... —Me interrumpe.

—Dejalo, Erin. No hay nada que hacer y ya decidí quedarme aquí, contigo. —Detiene mi bola de pensamientos crecientes y se aparta un poco de mi abrazo, obligándome a mirarlo directamente a los ojos. —Eres la mejor decisión que he tomado. —Acomoda mi cabello húmedo tras mis orejas y me sonríe con un amor imposible de negar. No entiendo muy bien sus palabras, pero lo abrazo aún más fuerte. Agradezco en mi interior el poder tenerlo junto a mí por un par de meses más, y aunque me sienta egoísta me permito disfrutar de un futuro imaginario un poco más prometedor a su lado.

Decidimos quedarnos un poco más dentro del agua, nadando, chapoteando y salpicándonos de agua. Holden se resiste a aceptar que soy mejor nadadora que él así que hacemos un par de carreras ida y vuelta a cada lado de la piscina y no puede ganarme ni una sola vez.

—¿Cómo es posible? —Jadea después de mi tercera victoria consecutiva mientras me avienta agua con las manos.

—Solo acéptalo, soy invencible. —Declaro de nuevo victoriosa. —Creo que merezco un premio.

—¿Ah sí? —Su pregunta parece más una invitación. —¿Cómo podría premiarte? —Nada rápidamente hasta mí y enreda sus brazos alrededor de mi cuello.

—Ven aquí niño bonito. —Enredo mis piernas desnudas en su cintura y lo beso de nuevo lamiendo su labio inferior justo como lo hice en el auto. Haciéndole estremecer nuevamente.

Caída Libre. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora