México Mundialmente Shippeable [One-Shoth Y Drabbles]

A ceux que je t'aimerai / Far away I will love you

Canadá x México

Pd: No me maten (?)

*-*-*-*-*

❀ “ Quelle honte de devoir juste faire semblant d'amitié, alors que ce qui se passe, c'est que je t'aime vraiment!” ❀

---¡Tengo muchos nervios Matt! ---Exclamó Juan mientras daba pequeños saltos en su lugar. El canadiense sonrió de manera amable y se acercó al joven tomándolo de los hombros para calmarlo.

---Tranquilo. Te ves increíble. ---Comentó este y acomodo el mocho blanco que el mexicano llevaba, sus ojos amatista chocaron con el oscuro del menor. ---¿Juan, estás seguro de esto?

---Bueno... Si es algo pronto. Pero, si estoy seguro. ---Contestó el menor mientras acomodaba la rosa que estaba en el saco del canadiense. ---Se que es con él.

Matthew asintió ante las palabras de su amigo. No faltaba mucho para que el mexicano se casara con un joven austriaco con el que llevaba más de tres años de relación.
En el interior del canadiense, sentía romperse y quebrarse desde que el moreno le había dicho y presentado al europeo como su pareja.

Matt sabía que tal ves él tenía la culpa de su propio dolor, pues nunca tomó el riesgo de declarar lo que sentía aquel joven por el medio de perderlo por ello.
Pero, había preferido seguir siendo el mejor amigo de Juan a qué decir algo. Pensó que en algún momento llegaría otra oportunidad para declararse como se debía y... Justo ahora el menor estaba por casarse.

---¿Puedo pasar? ---Preguntó desde afuera la voz del padre de su amigo. Al darle el permiso, el ibérico mostraba una sonrisa tensa. ---Dentro de 5 minutos ya puedes salir... ¡Ay Juanito! ¿Seguro que te quieres casar mi niño? ¡Aun podemos irnos!

---Toño, vete. En unos momentos te alcanzo. ---Le dijo el menor mientras lo empujaba con suavidad para sacarlo de la habitación. ---Ve con mamá. No me pienso arrepentir. Por favor, dijiste que serías bueno.

---Esta bien, está bien, te quiero. ---El castaño sonrió y salió finalmente de la habitación. Dejando a ambos amigos solos.

---Yo también te quiero papá. ---Le dijo Juan con sinceridad mientras se recargaba en la puerta y le sonreía al rubio. ---Aun no supera que me vaya a casar.

---Bueno, sinceramente yo tampoco creí que te casarás tan pronto. ---Confesó Matt con una sonrisa nerviosa. ---¡P-pero estoy feliz por ti enserio!

---Gracias Matthew. ---Agradeció el mexicano mientras bajaba la mirada con una sonrisa. ---Te agradezco que siempre hayas estado ahí para mí, eres mi mejor amigo.

El canadiense seguía sonriendo ante las palabras de Juan. Le habían dolido si se era sincero, pero ya no podía decir hacer mas.
El mexicano se decidió el saco y se acercó a una esa dónde un ramo de rosas varias se encontraba. ---Llegó la hora. ---Anuncio, se podía notar la felicidad en su tono de voz. Matt bajo la mirada y cuando lo vio abrir la puerta dió pasos apresurados y tomo al menor de la muñeca sin tanta brusquedad. El moreno volteo a verlo cuando sintió el agarre.

---Juan. ---Llamó, pero unos segundos después todo quedó en silencio, porque el canadiense se había quedado con la garganta seca. Tragó el nudo que se le había formado. ---Juan... Yo... Te amo.

El mexicano quedó callado ante esas palabras. Desvió la mirada segundos después.

---¿Por qué me dices esto? ¿Y ahora? ---Preguntó con un tono ligeramente serio, Matt que no había soltado al mexicano, inhaló aire y continuo.

---Se que no es el mejor momento. Pero, ya no podía seguir ocultadolo. Desde que íbamos en la universidad empecé a sentir amor por ti... Pero tenía miedo de arruinar todo.

---¿Y el mejor día para confesarlo, era el día de mi boda? ---Preguntó el joven mientras se acercaba a él. Matthew torció levemente los labios. ---Matt, te tengo un gran aprecio. Y... Te seré sincero, yo también había sentido algo por ti, pero supongo que igual soy culpable por no decirlo... Pero, cuando yo sentí amor por ti, aún tenía dudas y en ese tiempo conocí a Roderich. Y fue con él que supe que solo quería amistad de ti. Lo siento.

---Esta bien... No te preocupes, lamento haberte dicho todo esto hoy. Aún así, te deseo lo mejor junto a él, se que te hará feliz. ---La voz del canadiense se oía decaída, pero aún así sonrió al mexicano. El cual lo abrazo con verdadero cariño. ---Te agradezco todos estos años de amistad Juan.

---Lo mismo digo Matthew. ---Al separarse levemente, el moreno beso la mejilla de su amigo y finalmente salió de la habitación. El canadiense suspiro, se quitó los lentes unos momentos y secó las lágrimas que estuvieron por salir.

Para después de aquello, volvió a ese rostro amable y salió del cuarto. Pues no solo era invitado en la boda de su amigo, sino también el testigo.

El rubio vio como el español entrego al mexicano. Podía ver la sonría no solo en la persona que más amaba, sino que también en el rostro del europeo. Que tomaba la mano ajena para acercarlo a él.
Había un brillo en los ojos de ambos, un brillo que Matt conocía muy bien.

Su hermano y él fueron padrinos de parte del menor. Y estuvieron cerca, logro oír con total claridad los votos nupciales de ambos, dónde se declaraban su amor y el esté ahí para cuando el otro lo necesitará.
El canadiense estaba acostumbrado a ver la felicidad del mexicano a la lejanía, amándolo en silencio y viendo como este era feliz a lado de otro.
Tal ves, si no hubiera callado sus sentimientos, justo ahora sería él quien firmara el acta de matrimonio junto al mexicano para poder ser esposos frente a todos.

Bajo la mirada y dejo salir un suspiro de forma lenta para que nadie notará lo melancólico que se encontraba. Y cuando el juez declaró a Juan y Roderich esposos, sonrió y aplaudió por ellos. 

----Ohayo Pérez