México Mundialmente Shippeable [One-Shoth Y Drabbles]

Amor, Perdón

España x CDMX

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Antonio seco una ves más las lágrimas que él mismo había provocado. Siempre acababa preguntándose, ¿cómo un cariño sincero acabo en algo así? Y es que a pesar de todo lo que había pasado, seguía sintiendo lo mismo que hace 500 años atrás.
Solo lo había tratado de ocultar todos estos años, de enterrarlo y sepultaron para que muriera de forma lenta y desapercibida.

Pero... No había funcionado, aún le dolía ver llorar a su ex pareja; Yahir tenía los ojos cerrados, para evitar que más lágrimas salieran.

---Lo mejor... Será que te vayas... ---Murmuró el capitalino, tomando las manos ajenas para quitarlas de su rostro, el español miro a la madre de su hijo.

----Quiero quedarme. ---Le pidió, pues ya era algo normal que, después de cada pelea él se fuera a otro lado, mientras el mexicano seguía llorando. ---Por favor.

---Antonio, no quiero seguir peleando. ---Hablo en casi un suspiro el menor, aún con sus manos sobre las del europeo. Los ojos verdes de Antonio lograron ver, como Yahir abría sus ojos, mostrando ese color oscuro que siempre llamo su atención.

---No tenemos que seguir peleando. Podemos hablar... Por favor. ---Pidió una ves más, mientras acariciaba la mejillas de su ex pareja. Podía notar la tristeza en los ojos ajenos, tal ves Yahir también podía ver tristeza en sus ojos. ---Yahir...

---¿Y de que quieres hablar? ¿Acaso no tenías cosas que hacer? ---Le preguntó en ese tono triste el pelinegro. Y es que esa era la pelea más frecuente que podían tener, que el español no tenía el tiempo para su hijo. Ya que sus deberes como país se lo impedía muchas veces.

---Lo se... Pero, ya no quiero pelear. Yahir, desde hace más de cuatrocientos años peleamos por lo mismo. Y, debo admitir que si, debería organizar mejor mi tiempo para pasa tiempo con Juan... Pero sabes que nunca e Sido bueno para eso. ---El capitalino lo miro unos momentos y después desvío la mirada.

Yahir logro quitar las manos del europeo de su rostro. Ambos sintieron algo de frío por la separación, el capitalino le dió la espalda unos momentos, para sentarse en el sofá individual de la sala, acomodando el vestido que tenía puesto. Suspiro.

---Antonio, se sincero por favor. ¿Enserio, no tienes tiempo? O... ¿No quieres estar aquí? ---Preguntó mirando a los ojos verdes del ibérico, el cual aún estado de pie, le devolvía la mirada. ---Porque si es lo segundo, yo podría pedir los permisos para que Juan pasará esos seis meses en Europa, así se...

---¿Por qué supones que no quiero pasar tiempo aquí? ---Interrumpió el europeo con algo de consternación. Yahir desvío la mirada una ves más, pero no tardo en seguir mirando a Antonio.

---Porque tus acciones me hacen pensar eso. ---Respondió en un tono cansado. ---Cada ves que vienes, tienes prisa por irte. Hay días en que te encierras en la oficina o...

---¿O?

---O evitar estar en casa cuando estoy yo. Tal ves para evitar peleas... Mira, si yo soy el problema... Me puedo ir con mi hermano y así... ---Antonio se acercó a él con pasos apresurados, antes de poner tres dedos sobre los labios del capitalino el español le oyó decir. ---Podrias pasar tiempo con Juan sin sentirte incómodo o presionado por mí...

Las yemas de sus dedos sintieron la suavidad de la piel del capitalino, al igual que vio sus ojos oscuros cristalizarse una ves más. Antonio estaba arrodillado en el piso, lo que le daba una pequeña cercanía a ambos.
La única luz que les alumbraba era el de candelabro del techo.