Fugados.

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México x Perú.

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—Ngh~... A-ah~ —No podía callar su voz. Suz manos se aferraban a la espalda de su primo mientras era embestido por este. Su espalda se arqueba por el placer que lo inundaba. —J-Juan... Ah~...

Gimió el nombre de su familiar. Mientras lo comenzaba a arañar por aferrarse a su piel. El mexicano besaba el cuello del mayor dejando marcas en este. Disfrutaba de la piel del peruano.

Bien sabia que su primo se casaría con una hermosa ecuatoriana el día de mañana. Pero, no podia aceptarlo. No le importaba dejar chupetones en su piel. El peruano era suyo, como él era de Miguel.

—Miguel... —Lo llamo entre jadeos. El rostro lloroso de su primo lo miro. —¿Me amas?

Le pregunto, mientras detenía sus embestidas. El suramericano con la respiración agitada callo, los ojos oscuros del menor lo miraban con seriedad.

—Claro que te amo. —Le contesto después de varios segundos callado. El mexicano apoyo su cabeza en el pecho del otro pelinegro.

—Entonces ¿por que te vas a casar con ella? —Su voz se oía molesta y dolida.

El peruano no contesto nuevamente, el menor se levanto y con esa mirada seria. Tomo las piernas del mayor y las puso sobte sus hombros. El chico gimió con fuerza por acto tan repentino.

De ello, vinieron mas gemido y jadeos. El menor lo empezaba a embestir con mucha mas fuerza. Le dolía pero a la ves le causaba demasiado placer.

—P-para... Ah~... J-juan~... —Gemia, mientras se aferraba a las sabanas blancas.

El mexicano no paraba, es mas. Lo embestía con mas fuerza. Las suplicar del peruano no lo detenían. Quería dejarle en claro que él era el único dueño de su cuerpo, así con Miguel era dueño del corazón del mexicano.

En toda la noche, Miguel no pudo evitar gemir y gritar el nombre del mexicano. Lo amaba, lo amaba demasiado. Pero no era correcto su amor, por eso se iba a casar con una vieja amiga suya.

Que cuando el mexicano se entero que eran pareja. Dolido lo confronto, pero Miguel en llanto admitió que lo amaba mas a él que a ella.

Y no es que él quisiera hacerle a la dama que lo esperaría mañana en el altar.  Pero no podía negar su amor al menor. Por eso, le daría una ultima noche, donde se entregaría a él sin parar.
Los besos, las caricias y las embestidas lo hacían sentir pleno.

Fue hasta la madrugada que no pudieron mas. Al sentir como el mexicano se corría dentro de el, grito su nombre, importándole poco que los vecinos oyeran.

Ambos cayeron rendidos en la cama, abrazándose el uno al otro.







[...]











A la mañana siguiente, Juan amaneció solo en la habitación de Miguel. Este había despertado unas horas antes y a pesar de haber dormido muy pocas horas debía alistarse.

Le dolía la cadera, pero aun así se ducho hasta quedar limpio. Aún que las marcas de chupetones se veían bastante. Suspiro, salio de su casa a rumbo la de su amigo Manuel.

El chileno le reclamo por lo que hizo durante la noche con el mexicano. Se iba a casar en unas hora y el peruano tenia marcas en todo su cuerpo. Desde chupones, hasta arañazos y mordidas.

Frustrado, Miguel se vistió con su traje de bodas. Un traje negro que lo cubría bastante bien de las marcas en su cuerpo. Manuel maquilló una pequeña zona del cuello, ya frente a la iglesia el chileno se volteo y le pregunto discretamente al peruano.

—¿Estai seguro que te querei casar? —La seriedad de su voz puso nervioso a su contrario.

—... —Silencio, fue lo único que dio el mayor. El chileno lo golpeó en la cabeza. —¡Oye!

—Eso te lo buscaste tú. —La molestia de su voz era notoria. —Si tú lo amas a él. No tienes que casarte con ella.

—Pero mis padres esperan eso de mi. —Contesto. Y es que cuando sus padres se enteraron que estaba saliendo con ella, se emocionaron tanto. Pues ellos esperaban que se casara con una mujer bella y que les diera nietos.

—¡Y a quien chucha le importa lo que ellos quieran! —Exclamo. Miguel agradecía que todos estuvieran dentro de la iglesia y los otros estuvieran entretenidos con la novia. —¡Lo importante es lo que vo' quiera! ¡¿Qué es lo que queri' vo'?!

El peruano bajo la mirada. Lo único que se oía eran los coches pasar y tal ves una moto. Sonrió con delicadeza y le contesto a su amigo.

—Solo quiero ser feliz a lado de Juan. Huir de aquí de Lima e ir a otro lugar a comenzar una vida con él. —Su voz era soñadora y sus ojos brillaban. —Y formar una familia... Juntos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Cubrió su boca con sus manos para evitar que se oyera su llanto. El chileno lo abrazo y lo consoló.

—Entonces huye Miguel. Si tanto lo amas ve con él. —Le sonrió mientras secaba las lágrimas del mas alto. Lo tomó de los hombros y lo hizo voltear.
El peruano abrió los ojos con sorpresa. Si mexicano estaba bajo un árbol en su moto. Le sonreía a lo lejos. El norteamericano se acercó en su moto a donde estaban los dos suramericanos.

—P-pero.. Manuel... Yo no.. —El chileno lo callo con la mano.

—Se feliz Miguel. No te preocupes por ellos, solo por ti. Por ustedes. —Lo tomo de las manos y los junto con las del mexicano.

—Vamos a ser felices juntos Miguel. —Le pidió el menor a su contrario. Se bajo de la moto y volviendo a tomar las manos del peruano.
Le sonrió. El chileno solo sonreía por su amigo. El mexicano se arrodillado frente al peruano. —Miguel... ¿Te casarias conmigo?

El peruano empezó a llorar, y soltó al menor para abrazabrazarlo. Mientras le decía que si. Se besaron y abrazaron.

Ambos subieron a la moto y después de despedirse del chileno. Miguel se abrazo del mexicano, donde este arranco el vehículo donde se fueron lejos de la iglesia, de Lima. Para empezar en otro país suramericano juntos. Tal ves irían a Chile, donde sabían que alguien los apoyaba.






[...]





Los invitados estaban en la iglesia, esperando al novio. El chileno entro por la puerta con una sonrisa, su pareja un boliviano se acerco a él.
Con voz clara  tomando la mano del mas bajo dijo.

—Ya no hace falta que sigan esperando. —Los murmullos no se hicieron esperar. —El novio se a fugado con la persona que en verdad ama. Lamentamos las molestias.

Dicho esto, dio media vuelta y salio del lugar con su pareja. La pareja que viajaba en el caballo de acero le estaría siempre agradecidagradecida al chileno por su apoyo.




—Ohayo Perez.

México Mundialmente Shippeable [One-Shoth Y Drabbles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora