México Mundialmente Shippeable [One-Shoth Y Drabbles]

No tengas celos

Cuando Ohayo no ve comentarios en los OS o capítulos:

Argentina x México

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Martín sabia bien que su primo Juan era un coqueto y, que tenia demasiado pegue con las mujeres... Lo que Martín no sabia es... ¡DESDE CUANDO LE COMENZO A MOLESTAR ESO!

Justo ahora lo veia coquetear con una hermosa colombiana, mientras que a su otro lado, estaba una bella mujer filipina.
Podía sentir su propia sangre arder... Pero ¿por qué? ¿Por celos? ¡Eso es imposible!

—¿Que cosas piensas Martín? —Se auto preguntó, bebió un poco mas de su cerveza. Tratando de olvidar esos extraños pensamientos de su cabeza.

Aunque a decir verdad, no.podía apartar la mirada del norteamericano que ahora reía, mientras las dos bellas mujeres besaban sus mejillas, dejando la marca de sus labios a causa del labial rojo que se habían puesto.
El rubio bufo, se levantó de su lugar, dejando un par de billetes y decidió.salir de ahí, se sentía verdaderamente incomodo ante al escena... No, no era incomodidad, era molestia.

El mexicano solo lo observo, no pensaba en detenerlo, hasta que recordó que el argentino lo había traído, suspiro.

—Lo siento chicas, creo que tengo que irme. —Dijo, las muchachas solo dieron un pequeño y lastimero "—Ay.", Juan sonrió y les dijo. —Vere si me puedo quedar otro poco, no dejen de pensar en mi bellas~.

Las chicas rieron suavemente mientras lo veían retirarse, el menor alcanzo a su primo suramericano. Lo comenzó a llamar, pero este lo ignoró olímpicamente.
Ya afuera, en el estacionamiento, el mexicano le volvió a gritar, pero tuvo que apresurar el brazo y tomar al rubio del brazo para detenerlo.

—¡Que! —Exclamo Martín fastidiado, el menor también lo mito con el ceño fruncido.

—¿Éstas sordo o qué? —Pregunto con molestia. Ambos se veían de la misma manera. —Te estoy llamando desde hace rato, cabrón.

—¿Así? Pensé que estabas muy ocupado con tus nuevas amigas. —La molestia en su voz fue muy notoria, el mexicano lo miro y soltó al argentino, mientras en su rostro aparecía una sonrisa burlona.

—¿Acaso... Estas celoso? —Preguntó divertido, Martín se sonroso ligeramente. El menor rió al ver su expresión. —Estabas celoso...

Su risa era verdaderamente una burla, Martín, que de por si, no se llevaba muy bien con su pariente del norte. Fruncio más el ceño ante la risa del moreno. Era una suerte que ya estuviera frente a su vehículo.
Ya harto de oírlo reír, lo tomó por los hombtos y de manera brusca le dijo.

—¡Ya callate! No, no estaba celoso idiota... ¿Acaso crees que me porta con quien rayos te acuestes? —El menor dejo de reír, pero, una sonrisa picara estaba en su rostro, Martín no entendía porque el mexicano seguía riendo. —Sube al auto, si llegamos tarde, Antonio nos va a regañar.