La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)

Capítulo 34

Estaba a punto de preguntarle al ministro acerca de ello cuando unos golpes en la puerta interrumpieron aquel incómodo momento.

– ¡Siga! –exclamó Fudge al instante aprovechando la oportunidad para salirse de la situación.

– Señor ministro... –saludó un hombre pelirrojo entrando a la oficina- siento interrumpir -dijo al ver a Violet sentada– ¿Me llamó, señor ministro?

– ¡Arthur! Siento mucho interrumpir tus vacaciones, supe que estuviste en Egipto visitando al mayor de tus hijos, ¿Qué tal el viaje?

– Bastante agradable, aunque sumamente caluroso comparado con Londres, debo decir, pero la pasamos esplendorosamente, aunque nuestra hija Ginny sufrió un vahído debido a las altas temperaturas pero...

– Violet, siento mucho interrumpir nuestra reunión tan repentinamente, pero esto es algo que no puedo aplazar –se disculpó Fudge dejando una despedida implícita en sus palabras.

– No se preocupe señor ministro, aún debo terminar de empacar mi baúl para mañana. Muchas gracias por recibirme.

– Haré que los libros lleguen a tu habitación del caldero chorreante hoy mismo, si te parece bien.

– Por supuesto, señor ministro.

Violet salió de la oficina dedicándoles sendas sonrisas a ambos hombres pero quedándose tras la puerta sin que se dieran cuenta. Su instinto le decía que debía quedarse y, aunque no era propio de ella del espiar conversaciones agendas, se quedó a escuchar.

– Es una lastima lo de la pequeña Ginny, Arthur, pero cuéntame, ¿es verdad que tu hijo menor tiene una relación cercana con el chico Potter? –preguntó el ministro.

– Así es, señor ministro, han sido mejores amigos desde su primer año en la escuela, ¿Por qué?

– Oh, ¡eso es una maravilla! –exclamó Fudge– Con el escape de Sirius Black de azkaban, la mayor preocupación del ministerio debe ser la seguridad del muchacho, así que estaba pensando que tal vez un par de autos con seguridad extra serían de ayuda para evitar que el chico se... desvíe de su camino hacia Hogwarts, como sucedió el año pasado.

– Es una excelente idea, señor ministro –dijo su interlocutor con entusiasmo–, pero ¿qué relación tiene mi familia con este plan?

– Me gustaría que esto se llevara a cabo con la mayor discreción posible, Arthur, y pienso que, ya que tú familia es tan cercana al chico Potter, podrían trasladarse juntos hacia King Cross sin levantar sospechas por parte del muchacho ni de cualquier mago mañoso que quisiera perjudicar su integridad.

Violet, detrás de la puerta, levantó las cejas con curiosidad, ¿Por qué la seguridad de Harry estaba en cuestión por el escape de Sirius Black? ¿Acaso el hombre iba tras de él? Si Violet lograra escapar de Azkaban lo único que querría es, bueno, escapar.

– Oh, por supuesto, señor ministro, será un placer ayudarle.

– Gracias, Arthur, sabía que podía contar contigo –dijo el ministro con jovialidad– y ya que el muchacho se encuentra hospedado en el Caldero Chorreante, ¿te parece bien que los autos los recojan a él y tu familia allí el primero de septiembre?

– Por supuesto, señor ministro, estaremos allí para ese día.

– ¡Espléndido! Ah, Arthur, y que estamos tomando tantas molestias, tal vez podrías incluir a la señorita Bancroft en nuestro plan, tengo entendido que también se está quedando en el Caldero Chorreante.

Un pequeño silencio se adueñó del lugar y Violet supo que aquel era el momento correcto para retirarse. No le gustaba ser el centro de las conversaciones de los adultos, la hacía sentir incómoda.

– ¿Dijo usted Bancroft, señor ministro? Tal vez me equivoque pero, ¿no era la chica que estaba aquí antes?

– Así es.

– ¿La hija de Robert Bancroft?

– Efectivamente, Arthur.

Violet caminó en dirección a los ascensores antes de escuchar otra palabra, sin importar si lo que iban a decir sobre ella era bueno o malo, prefería no escucharlo, no importaba demasiado, de igual forma.

Pero se iba de allí con dos grandes dudas en su cabeza: ¿corrían peligro Harry (y ella misma) con Sirius Black en libertad? Y ¿Dónde estaban enterrados sus padres y por qué nadie había mencionado antes el paradero de sus cuerpos?