Capítulo 29

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Con la excusa de pedir algo para tomar Violet convenció a su madre de que subiera a su habitación y de dejarla sola un momento.

Se sentó frente a la chimenea y vio las crepitantes brazas mientras pensaba.

Se imaginaba los Mortífagos de forma diferente, algo más parecido a un terrorista, no esperaba que fueran personas como los Malfoy, tan normales, tan... amables.

¿Cómo es que personas como estas estaban implicados en el asesinato de sus padres y de otras personas?

Y el chico, Draco, tenían la misma edad y no tenía la culpa de sea lo que sea que hubiesen hecho sus padres, aunque no es que pareciera importarle, o quizá no sabía... le quedaba mucho por investigar tras su ingreso a Hogwarts.

El tintineo de la loza contra la madera la sobresaltó y al girarse vio a Cedric Diggory acomodándose en el sofá junto a ella.

– ¿Qué tal tu noche? –preguntó en tono despreocupado.

– ¡Me diste un susto de muerte! –exclamó ella levantando la voz.

– ¡Shhh! –la mandó a callar el muchacho– el resto de Londres trata de dormir.

– ¿Qué haces aquí, Cedric? –le preguntó la chica mientras fruncía el ceño.

– Escuché que le decías a tu tía que tomarías algo para dormir, –le explicó mientras le ofrecía una de las tazas de té sobre la mesa– tu tía no parece ser alguien a quien valga la pena mentirle.

La muchacha lo miró durante un momento en silencio y luego tomó una de las tazas de té para intentar ocultar la sonrisa en su rostro, sin mucho éxito.

Cedric también sonreía.

– ¿Y qué tal la fiesta?

– Mmmm...–murmuró la chica mientras ponía la taza medio vacía sobre la mesa– fue... informativa.

– ¿Informativa?

– Si.

– ¿No más detalles?

– No.

– Está bien. –zanjó el chico sin insistir.

Cedric tomó un nuevo sorbo de té y Violet recogió nuevamente su taza y lo imitó.

Luego de un largo, pero cómodo silencio, Cedric volvió a hablar y la muchacha pudo notar que había rubor en sus mejillas.

– Te ves muy bonita. –le dijo.

Violet estuvo a punto de atragantarse con su té.

– Oye, ¿estás bien?

– Sí, sí, es solo que...–hizo una pausa para toser– no me lo esperaba.

Unos pasos bajando las escaleras y las antorchas encendiéndose hicieron que ambos chicos dirigieran la mirada al origen del sonido.

Era Tom, corriendo mientras se acomodaba el bigote insistentemente.

Al mismo tiempo, una llamarada verde apareció en la chimenea dejando a la vista al elegante Cornelius Fudge.

– ¡Pero si es la querida Violet! –exclamó el ministro– Que placer volver a verte a tan poco tiempo después de nuestro encuentro.

Violet palideció. Esa no era la situación en la que ella hubiera deseado un reencuentro con el ministro de magia.

– ¿Y es este joven quien creo que es?

– Buenas noches, Señor ministro. –saludó Cedric mientras se levantaba y le ofrecía la mano.

Violet se levantó rápidamente tratando de recuperar la compostura.

La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora