Capítulo 22

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Severus.

Violet sintió el cosquilleo en sus mejillas al recordar los gritos de júbilo que había dado solo un minuto antes mientras daba volteretas en el aire. ¿La habría escuchado? Ya lo descubriría cuando llegara al suelo.

Para su sorpresa, Severus Snape estaba sonriendo cuando ella llegó a tierra.

– Montada en esa escoba te veías tan idéntica a tu madre a tu edad que tuve que mirar dos veces para reconocerte. –le dijo.

No era la primera vez que se lo decían él y Eliade, y tenían razón. El parecido con su madre era sorprendente: el cabello, la forma se su rostro, su sonrisa... era una copia idéntica de Elizabeth Bancroft.

Violet le devolvió la sonrisa a Severus.

Severus... ya no el profesor Snape; y nunca 'tío'. La primera y única vez que lo había llamado así el hombre había abierto tanto los ojos que la chica pensó que se le saldrían de las cuencas.

"Solo Severus –le pidió– por favor"

Así que Severus se había quedado.

Violet sentía que se había creado un gran vínculo entre ambos, a ella le gustaba aprender y apreciaba a quien le enseñara algo nuevo; la vocación de Severus era la enseñanza y era bueno en ello.

– ¿Es la primera vez que te montas en una escoba?

Violet asintió.

– Lo hiciste muy bien –la alentó.

– Gracias –le respondió la chica mientras sentía que volvía a sonrojarse.

– Bueno y a todas estas, ¿Cómo va ese filtro de Muertos en Vida?

– Lo terminé anoche –Anunció la muchacha complacida.

– Bueno pues vamos a verlo.

Luego de que ambos vieran como una hoja moría con tan solo posarse sobre el líquido azabache que aún seguía en el caldero, y de que Severus le diera las respectivas felicitaciones, ambos se sentaron uno frente a otro en el estudio.

– Has sido una maravillosa estudiante, Violet, nunca en mis años como profesor de Hogwarts había visto a una bruja tan dedicada y con una habilidad de asimilación de información tan desarrollada como la tuya, incluso apoyada con la poción de memoria. Creo que en estos meses has alcanzado el nivel de habilidades que debe tener un chico en su sexto año de enseñanza, tal vez incluso más. –declaró el hombre, haciendo que Violet se sintiera más que abrumada– por esta razón he decidido que ya es hora de que aprendas a aparecerte.

A Violet se le cayó la mandíbula.

Había querido aprender a desaparecerse desde que había leído sobre aquello, pero había perdido la esperanza de hacerlo desde que había sabido que debía ser mayor de edad para que te dieran la licencia. Así se lo dijo a su joven profesor, a lo que este, no sin cierta picardía, le había respondido.

– No necesitas tener licencia para aprender a hacerlo, lo importante es que no lo hagas en lugares públicos.

Con eso ya era definitivo.

Severus Snape se había convertido su persona favorita en todo el mundo.

Pasaron las siguientes 3 horas en el salón de entrenamiento practicando la desaparición. Fue toda una proeza poder lograrlo por primera vez –en la que Violet apareció junto al lago que quedaba a unos 500 metros de la mansión– pero luego de lograrlo ya nada pudo detenerla. Sabía desaparecerse.

La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora