30 de mayo de 1993
Era el día antes del último día de clase.
Todos se despedían de sus amigos entre gritos, risas y llanto, ya que al día siguiente seria la "despedida oficial" a la que como siempre, nadie asistiría; solo los chicos de último año estarían allí y, una semana después, se graduarían y no volverían a saber de aquella cárcel llamada internado.
Había harina volando en el aire y espuma de lata.
Algunas parejas aprovechaban para besarse apasionadamente en medio del gentío, despidiéndose como si no volvieran a verse en la vida.
Violet caminó más rápido hacia el estacionamiento, agarrando con fuerza la mochila en su espalda y dejando atrás a su amiga Danielle, una chica de piel morena y cabello negro mucho mayor y más alta que ella.
- ¡Violet! -se escuchó es la distancia- ¡Violet!
La muchacha giró rápidamente y vio como un chico guapo, de cabello castaño, vestido con el uniforme del instituto -pantalón azul oscuro, camisa blanca de manga larga, corbata a juego con el pantalón y chaleco de lana gris- corría hacia ella atravesando el patio del colegio.
- Hola, Marco -lo saludó mientras le sonreía- ¿Qué pasa?
- Violet, mañana es el partido, ¿vendrás? -le preguntó entre jadeos el muchacho en cuanto la alcanzó en la mitad del patio.
Violet tenía trece años y era la menor y más baja de su clase de último grado en la que todos superaban los diecisiete años. Tenía el cabello rubio hasta los hombros, grandes ojos azules y una piel muy blanca, lo que hacía que sus continuamente sonrojados pómulos resaltaran. Lo que más le gustaba a la gente de ella era esa pequeña peca que tenía bajo el ojo izquierdo, decían que le daba un toque de coquetería. Ella no quería ser coqueta, por lo que la odiaba.
Violet llevaba saltando de año en año desde que era muy pequeña hasta que adelanto cinco años de estudio, se sentía casi como la mascota de su clase en la que todos eran adolescentes con las hormonas algo alborotadas.
Marco Millar no era solo el chico más popular de su clase, si no el más guapo, atlético, y por si fuera poco, inteligente. Era el líder del club de debate, el de ciencias y el capitán del equipo de tenis del instituto. Decían que incluso había ganado una beca para ir a la universidad. Violet no entendía cómo es que este chico le estaba pidiendo que lo fuera a ver en el partido, era casi como si la estuviera invitando a una cita, a ella, una chica cuatro años menor.
Violet le rogaba al cielo que no se sonrojara, ya que llevaba botando la baba por Marco Millar desde que había ingresado a ese instituto.
- Bueno... -comenzó Violet pensando en el libro que la esperaba en casa.
No creía que fuera mejor un partido de tenis a una buena lectura y un café caliente, sin importar que Marco Millar fuera la estrella.
- No lo sé, tengo algunas cosas que hacer.
- Vamos, Vi -la animó Danielle- será divertido, todo el curso irá, es el último día de instituto -al ver que Violet seguía dudando añadió- no irás a encerrarte en tu casa de nuevo ¿verdad?
Violet le frunció el ceño a la chica, mientras un leve e inevitable rubor le subía a las mejillas, y luego miró a Marco.
- Claro, Marco, iré. -le dijo mientras sonreía.
- Oh, genial, te veré ahí entonces.
Se giró y se fue corriendo rápidamente.
- Ese arroz ya se coció -canturreó Danielle tras ella.
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La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)
FanfictionViolet Bancroft es una chica prodigio pero ademas de eso... Ella es una bruja. Su misión no será fácil, pero deberá sobreponerse a la adversidad y aprender a conocer su nuevo mundo con todo lo que conlleva ser una bruja, una aprendiz de alquimista y...