Eliade termino de llenar el saco de monedas y lo guardó en su bolso, cuando ya se disponían a salir, Violet se fijó en un pequeño joyero puesto sobre una mesa alta junto a la pared. Sin pensarlo, se acercó a él y lo abrió. Dentro del joyero había varios pares de zarcillos de oro y plata, y unos ojos azules –los suyos– le devolvían la mirada desde un pequeño espejo pegado en la tapa. Pero lo que más le llamó la atención, fue un hermoso relicario puesto en medio de los zarcillos sobre una pequeña almohadilla de pana negra. Era de plata, y un gran zafiro brillaba en medio de la puertecilla delantera.
– Era de mi madre –dijo Eliade a su espalda, sobresaltándola– era una Ravenclaw. Se lo heredó a Elizabeth porque pensó que una squib no era merecedora de una joya como esta.
Violet tenía cientos de palabras de consuelo para su madre en la punta de la lengua, pero en vez de eso le pregunto:
– ¿Qué es Ravenclaw?
Eliade comenzó a caminar hacia la puerta.
– Es una de las cuatro casas de Hogwarts; son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Tu madre era una Slytherin y tu padre pertenecía a Gryffindor.
– ¿Y cómo te eligen?
Eliade estaba a punto de responderle, cuando Ghornook comenzó a hacer de nuevo aquel espantoso ruido para alejar al dragón. En cuanto estuvieron a salvo en el carrito Violet recordó al dragón alejándose mientras templaba al sonido creado por el duende. «Lo siento mucho, amigo» pensó.
Luego de firmar una forma en la que la hacían legalmente dueña de la cámara trecientos treinta y siete, Violet y su madre salieron de Gringotts. Juntas comenzaron a caminar por el callejón Diagon, mirando las tiendas y pensando en donde entrarían primero.
– ¿Cómo deciden a que casa perteneces, mamá? –volvió a preguntarle la chica a su madre.
– En realidad no lo sé, cariño, lo poco que se sobre Hogwarts y el mundo mágico es lo que aprendí en mi infancia, junto a mis padres, y por mis conversaciones con Elizabeth. En cuanto mis padres supieron que era una Squib, me enviaron a un internado muggle, no soportaban la vergüenza de tener un 'sin magia' en la familia.
– Lo siento mucho, mamá.
– No tienes por qué, cielo, el no vivir en el mundo mágico no me hizo infeliz. Tuve una vida, tomé buenas y malas decisiones, me enamoré, hago lo que me gusta y tengo una hija maravillosa.
Su madre se había detenido y la miraba sonriente.
– Ahora, porque no eliges una tienda y comenzamos a gastarnos el legado de tus padres.
Violet se rio a pesar de lo mal que eso había sonado.
La chica sabía a qué tiendas quería ir primero, pero solía dejar lo mejor para el final. Miró hacia todos lados, tratando de decidir por dónde empezar, cuanto escuchó el ulular de las lechuzas.
– ¿Por qué hay una tienda de solo lechuzas?
– Los magos utilizan las lechuzas como mensajeras, todas las familias de magos tienen una, son útiles, hermosas y leales.
– Entonces supongo que debemos comprar una. –dijo Violet encaminándose hacia el Emporio de La Lechuza.
– En realidad, creo que deberíamos tener dos. –le dijo su madre, caminando junto a ella.
– ¿Por qué dos?
– Porque deberías tener tu propia lechuza, cielo, para que la lleves contigo a la escuela, y debemos tener una para el correo de casa.
– ¿Puedo llevar animales a la escuela? –pregunto Violet con recelo.
– No cualquier animal, pero una lechuza es fundamental en la vida de un mago. Incluso creo que en Hogwarts tienen su propia lechucería.
La chica se quedó pensando en ello hasta que llegaron a la tienda y el olor a plumaje y excremento la sacó de sus cavilaciones.
– ¡Bienvenidas!
Las saludó un hombre alto, de pelo entrecano y con gafas de carey, vestido con una túnica color gris humo desde atrás de una mesa. Frente al hombre estaba una caja de cristal con un par de huevos color gris a los que el hombre apuntaba con la varita, que tenía la punta refulgente de rojo, mientras daba círculos.
– Si ven alguna lechuza que les llame la atención por favor díganmelo. –Les dijo sonriéndoles– Solo por hoy, las jaulas tendrán un 15% de descuento por la compra de su lechuza.
– Gracias –dijo Eliade– Da un recorrido por la tienda, cariño –le dijo a Violet–, escoge la que más te guste.
La tienda estaba abarrotada hasta el techo de barras de madera y metal en donde los pájaros podían posarse, y decenas de jaulas de todos los tamaños colgaban del techo o yacían en el suelo y repisas. Las habían de todos los colores: marrones, blancas, chocolate, café rojizo... pero Violet pasaba de ellas, pues eran hermosas, pero se veían iguales para ella. Hasta que la vio. Pasó junto a ella sin verla nada menos que dos veces, pues estaba hundida en una esquina, en la oscuridad. Pero cuando iba por su tercer recorrido la lechuza ululó fuertemente –como diciendo «¡eh, mírame!» –, y el sonido se escuchó como un suave graznido.
Violet giró en redondo y se quedó mirándola fijamente, impresionada. Era hermosa y tan increíblemente negra que la luz hacia que sus plumas brillaran de un tenue azul oscuro. Fue como amor a primera vista. Según el dependiente de la tienda, nadie había querido comprarla porque era raro que hubieran lechuzas de color negro, y creían que era mal augurio. A Violet, que no era nada supersticiosa, le gustaba el espécimen exactamente por esto, porque era diferente a las demás. Su madre escogió un ejemplar de precioso color beige, compraron un par de bolsitas de frutos secos para lechuza, y fue así como gastaron sus primeros treinta galeones.
Luego pasaron por la tienda que, junto con Flourish & Blotts, le había llamado más la atención: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.»
– ¿Ya puedo comprar mi varita mamá?
– Me sorprendí cuando no lo elegiste de primero.
– Quería dejarlo para lo último pero, ya no puedo resistirlo. ¡Necesito mi 'palito mágico'!
La chica se veía eufórica.
Eliade soltó una carcajada ante aquella última expresión.
– Vamos por tu 'palito mágico' – dijo la mujer entre risas.
hola chicos!!
Siento muchísimo la espera y les agradezco todo el apoyo (sí, incluso los insultos), para mi significa que les gusta y les importa la historia.
Sigan comentando. subiré mas esta misma semana.
Los amo!
Lady.
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La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)
FanfictionViolet Bancroft es una chica prodigio pero ademas de eso... Ella es una bruja. Su misión no será fácil, pero deberá sobreponerse a la adversidad y aprender a conocer su nuevo mundo con todo lo que conlleva ser una bruja, una aprendiz de alquimista y...