Capítulo 40

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Sin darse cuenta, cayó dormida.

Soñó con la noche cuando Severus la salvó del dementor, la verdad sea dicha, probablemente estaría muerta si no fuera por él, llevaba salvándole la vida desde que ella tenía razón de ser. Aunque realmente no se lo había planteado antes, una duda penetraba su cabeza ¿Por qué? ¿Por qué tenía Severus Snape como meta de vida salvarla constantemente? ¿Era porque él y su madre habían sido como hermanos?¿había algo más?

La despertaron unos fuertes ruidos que provenían del pasillo afuera de su habitación y al salir con su cara marcada por las sábanas arrugadas y el cabello convertido en un nido de pájaros, pudo ver un par de cabezas pelirrojas corriendo escaleras abajo hacia el salón restaurante.

Bajó a buscar algo para comer luego de lavarse la cara y cambiarse la ropa, y se encontró con un gran grupo de pelirrojos sentados alrededor de una mesa formada por varias mesas y, en medio de aquella marea de pelirrojos, estaba Harry.

Una mujer regordeta y de aspecto amable que parecía ser la madre de aquella jauría de chicos bullosos, levantó la mirada hacia la escalera en donde estaba Violet y le dió un codazo a Arthur Weasley, quien de inmediato siguió la mirada de su esposa y se fijó en la chica.

— ¡Violet! —exclamó efusivamente— justo estábamos hablando de ti ¿te gustaría unirte a nosotros? Aún no hemos ordenado.

— Oh, no, no se preocupe, Sr. Weasley, solo vine por algo para comer en mi habitación, no quiero ser una molestia.

— Pero si no es ninguna molestia, querida, ¡ven y siéntate con nosotros! —insistió la Sra. Weasley— ¡Fred! ¡George! hagan espacio y tú, Ronald, acerca una silla. —Ordenó la mujer con tono dictatorial— ¡rápido, rápido!

— De verdad que no es necesario... —continuó diciendo Violet, pero ya los chicos habían acatado las órdenes de su madre y, antes de darse cuenta, estaba sentada en medio de Fred y George (que eran gemelos y los más altos entre sus hermanos) y frente a los padres.

Harry estaba allí sentado entre dos chicas: una parecía ser la menor de los Weasley, tenía el mismo color de ojos de su madre que eran de un tono marron calido, casi almendrado; la otra chica tenia el cabello espeso de color marrón y llevaba un gato persa gigante y malacaroso en su regazo; junto a esta ultima estaba otro de los Weasley que parecía ser el menor de los varones. Violet asumió que estos últimos eran Hermione y Ron, los mejores amigos de Harry. El chico le sonrió desde allí y ambos compartieron una mirada cómplice.

—¿Y tu tía, Violet? —le preguntó Molly Weasley— las esperábamos a ambas para la cena.

— Ella tuvo que volver a casa esta noche, Sra. Weasley.

— ¿Sabes si su entrevista terminó bien? —indagó el Sr. Weasley.

— Si, señor, comenzará a trabajar la próxima semana —respondió la chica—, gracias a sus indicaciones llegamos sin problemas al hospital.

— ¡Qué maravillosa noticia! —celebró la mujer— tendremos que enviarle un regalo de felicitación, Arthur.

— Tienes razón, querida.

Los hijos de la pareja los miraban con curiosidad, aquellos eran demasiados ojos sobre Violet y esto la hizo sentirse cohibida.

— No has presentado a nuestra invitada, padre —comentó el que parecía ser el hijo mayor con tono de voz diplomático.

— Tienes razón, Percy, que grosero de mi parte. Muchachos, ella es Violet Bancroft, es la hija de una vieja amiga nuestra, comenzará a asistir a Hogwarts desde mañana ¿no es así, Violet?

La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora